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Política

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No han prescrito los homicidios cometidos por Palma

La defensa del Güero Palma interpuso un amparo para denunciar actos de incomunicación y prácticas de tortura en su contra durante su encarcelamiento.

Un Juzgado de Distrito de Amparo en Materia Penal en la Ciudad de México concedió al narcotraficante Héctor el Güero Palma un amparo para no ser sujeto de incomunicación ni de actos de tortura durante su detención en el penal federal del Altiplano.

La titular de la PGR, Arely Gómez González, dijo que ahorita está corriendo el término constitucional para que el juez primero emita su declaratoria y, después, determine lo conducente , es decir, declare el auto de formal prisión o de libertad.

De acuerdo con el expediente de la causa, Palma Salazar está siendo sujeto de proceso por parte de la Fiscalía General del Estado de Nayarit por el homicidio de dos personas (un subcomandante de la policía de Nayarit y un acompañante del mando policial), ocurridos en el año 1995.

Consultado por El Economista, el abogado Samuel González experto en temas de narcotráfico dijo que no aplica la prescripción de esos delitos imputados a Palma Salazar, por lo que se avala la legal detención.

El homicidio prescribe en la media aritmética, deben ser 30 años, y son homicidios del 95, o sea, que todavía falta tiempo para que pueda darse la prescripción de estos delitos. Vamos a ver si pueden aplicar el debido proceso con la información que tienen ahí, y eso es un asunto de la Procuraduría de Nayarit , dijo.

La defensa del fundador del Cártel de Sinaloa interpuso un amparo ante un Juzgado de Distrito de Amparo en Materia Penal en la Ciudad de México, para denunciar actos de incomunicación y prácticas de tortura en su contra durante su encarcelamiento en el penal federal del Altiplano. El recurso le fue aceptado por el juez, por lo que las autoridades deberán garantizar que el reo pueda tener comunicación con sus abogados y, en su caso, familiares.

Palma Salazar fue detenido el 22 de junio de 1995 en una casa de Zapopan, Jalisco, cuando convalecía de las lesiones que había sufrido al caer en su avioneta.

jmonroy@eleconomista.com.mx

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