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Política

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Plan Sonora de Energías Limpias, un guiño, pero México no ha corregido el rumbo en producción de electricidad

No hay elementos que permita suponer que el gobierno haya reconsiderado su decisión de apostar por la generación de electricidad mediante derivados del petróleo y corregir el rumbo hacia el uso de energías renovables, exponen analistas.

Foto: Reuters

El parque fotovoltaico que se construye en Puerto Peñasco, Sonora, presentado el viernes pasado por autoridades mexicanas al enviado especial presidencial de Estados Unidos para Cambio Climático, John Kerry, representa un guiño del Gobierno federal a las energías renovables; sin embargo, todavía no hay elementos que permita suponer que el gobierno apueste por la generación de electricidad mediante el uso de energías renovables.

Óscar Ocampo, coordinador de Energía del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), señaló que es una buena noticia pero, desde luego, no es suficiente en función de lo que requiere el país en términos de satisfacer su demanda para los próximos años y cumplir con sus compromisos internacionales para contribuir a disminuir el calentamiento global y cambio climático.

Explicó que el parque fotovoltaico, considerado por el gobierno de Sonora como el proyecto público más ambicioso y grande de América Latina y el séptimo a nivel mundial, es grande, pero la pregunta que debe hacerse es ¿respecto de qué?

En entrevista, dijo que es cierto que es el más grande de la región, en términos de paneles solares fotovoltaicos, pero lo que no dicen es que va a estar listo hasta 2028, “cuando quién sabe si será el más grande”.

Según el Gobierno sonorense, tendrá una capacidad de 1,000 megawatts, y se prevé su operación inicial en el 2023, con una inversión estimada de 1,685 millones de dólares, lo que permitirá dotar de energía eléctrica a más de 538,000 viviendas para el año 2027 en que se prevé su terminación.

Ocampo expuso que lo que en principio se inaugurará este año, son alrededor de 400 megawatts, lo cual lo hará un parque relativamente grande, pero no algo que no tenga precedente en el país.

Expuso que con este se pretende producir un gigawatt de energía limpia en un periodo de seis años. En ese sentido, recordó que con las subastas de largo plazo que se llevaron a cabo entre 2015 y 2017 se produjeron casi siete.

Por su parte, Inder Rivera, gerente de Energías Limpias del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por su sigla en inglés) México, comentó que el Plan Sonora es una buena pista de hacia donde debería marchar México en el marco de la transición energética.

Son indicios que, al menos estatalmente vamos bien y ojalá sean la punta de lanza para empezar a ver una estrategia federal en el mismo sentido, mencionó.

En su opinión, este tipo de proyectos permitirá a la Comisión Federal de Electricida (CFE) corroborar que generar energía eléctrica mediante fuentes renovables es más barato que utilizando energías fósiles.

No es que la CFE no tenga plantas de generación con energías renovables en su cartera de proyectos, además de que ya compra energía producida con energía renovable, pero con esto tendrán muchas lecciones aprendidas.

Lo que se espera, apuntó el especialista, es que con estas señales se va a empezar a destrabar el tema de energías renovables ya sea de privados o del gobierno.

Para Óscar Ocampo, lo preocupante, es que el Plan Sonora es el único proyecto ambicioso que tiene el gobierno federal en materia de generación de electricidad mediante energía renovable, lo cual es totalmente insuficiente para que el país alcance sus metas de reducción de emisiones, generación de energía limpia para 2024.

Pensar que ese proyecto por sí mismo muestra algún compromiso con el cambio climático o habla de que se está detonando inversión en energías renovables, no es algo realista.

Es insuficiente para lograr la meta de producir 35% de electricidad mediante energías limpias para 2024. Ahorita estamos en alrededor de 28%, ya casi acabando 2022.

No hay manera que el país cumpla, por una decisión política porque el apetito del sector privado por invertir está y se traía un buen ritmo para llegar a la inversión privada necesaria para cumplir la meta, pero desde 2019, cuando se cierra todo se volvió imposible.

Dijo que lo delicado es que si México no cumple se volverá poco atractivo a la inversión porque empresas, por ejemplo del sector automotriz, tienen como política arriesgar su dinero donde puedan producir con energías limpias. Y eso limitará el crecimiento de la economía nacional.

Inder Rivera destacó que en México ya se tiene mucha experiencia en generación de electricidad mediante el uso de energías renovables, lo que ha faltado es poner más atención en la creación de una cadena de valor mexicana, porque no hay contenidos nacionales.

México ajustó sus pronósticos en renovables

De acuerdo con un análisis realizado por el IMCO sobre las actualizaciones a junio de 2022 del Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen) 2022-2036 de la Secretaría de Energía (Sener), el gobierno ajustó sus pronósticos de crecimiento de energías renovables en la matriz energética nacional.

Refiere que mientras los objetivos de reducción de emisiones de México plasmados en el Acuerdo de París de 2015, así como en la Ley General de Cambio Climático y en la Ley de Transición Energética, establecen que el país deberá generar el 35% de su energía a partir de fuentes renovables para 2024, el documento posterga el cumplimiento con este porcentaje hasta 2031.

Eso quiere decir “siete años después de lo originalmente previsto, sin plantear una ruta crítica creíble para alcanzar este objetivo”.

Recalca que este retraso no obedece a razones económicas y/o técnicas, sino a la decisión de que CFE sea la única responsable de expandir la capacidad de generación renovable al cerrar la puerta a los productores privados para emprender nuevos proyectos en el sector.

Lo grave es que esta decisión contraviene el marco jurídico y regulatorio vigente establecido en tratados como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y en la Ley de la Industria Eléctrica.

No estamos en la ruta de satisfacer la demanda

Óscar Ocampo dijo que lo anunciado hasta ahora en materia de inversión en el sector y aprobado por el gobierno en turno no es suficiente para atender la demanda del país para los próximos años en función de su ritmo de crecimiento económico.

Detalló que México debería estar invirtiendo hoy lo suficiente para generar 4 gigawatts adicionales al año, para satisfacer el crecimiento de la demanda.

La cartera total de proyectos de la CFE no da para eso porque no tiene la capacidad para ello y no tendría por qué tenerla, solo que el gobierno federal prácticamente le ha apostado a esa empresa la generación de la electricidad que necesitará el país para satisfacer la demanda, lo cual dijo, es absurdo.

Por ello, el especialista consideró que esto, debería ir acompañado de más permisos para que privados invirtieran y generaran más electricidad mediante tecnología eólica, paneles fotovoltaicos, geotermia, entre otras.

Llamó la atención en que, hasta ahora, se ha contado con la energía suficiente para atender la demanda, pero de no incorporarse más inversión privada para generar electricidad, es probable que se puedan registrar apagones en el mediano plazo.

“En 2022 o 2023, no tienes mayor riesgo; en 2024 ya puedes tener un riesgo de que en determinados momentos de la demanda máxima no tengas energía suficiente para inyectar a la red eléctrica”.

Al término del 2021, México contaba con 86,153 MW de capacidad instalada. Con las adiciones contempladas hasta 2036 de capacidad instalada se contará con 127,230 MW. Si se ajusta por el factor de planta promedio de cada tipo de tecnología (el cual refleja la relación entre la energía real generada en un tiempo determinado y la energía que se habría producido si la planta operara al 100% de su capacidad, lo cual no sucede por mantenimientos, reparaciones, falta de combustibles, entre otros), la capacidad de generación real del país será de 465 mil 716 GWh 2036.

Según el IMCO, Prodesen 2022-2036 estima que la capacidad instalada aumentará en 48% para 2036. Los planes contemplan adiciones en energía solar, nuclear, de ciclos combinados y de combustión interna, de 251%, 155%, 40% y 209% respectivamente.

En opinión de los especialistas del centro las cifras del gobierno son alarmantes, pues la CFE no cuenta con los recursos necesarios para llevar a cabo esta expansión —la inversión privada en generación eléctrica asciende a 44,000 millones de dólares, de acuerdo con estimaciones del Consejo Coordinador Empresarial— y el Prodesen no da información puntual sobre cómo se planean financiar estos proyectos.

diego.badillo@eleconomista.mx

Periodista mexicano, originario de Amealco, Hidalgo. Editor del suplemento Los Políticos de El Economista. Estudié Sociología Política en la Universidad Autónoma Metropolitana. En tres ocasiones he ganado el Premio Nacional de Periodismo La Pluma de Plata que entrega el gobierno federal. También fui reconocido con el Premio Canadá a Voces que otorga la Comisión Canadiense de Turismo, así como otros que otorgan los gobiernos de Estados Unidos y Perú.

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