Un día al interior de la torre de rectoría

La UNAM, a la misma temperatura de siempre, templada. Si alguien no ha ido, identificaría de inmediato la Rectoría, pues abundan las mantas con mensajes de rebeldía, de exigencia, de paz.

Mensajes que señalan a José Narro como fascista, mensajes a la ONU para que se encargue de exigir al Estado respeto a los derechos humanos, mensajes entre los universitarios.

Justo detrás del cerco improvisado en la entrada principal estaban los estudiantes a la espera de los rebeldes. Ellos, en un vaivén de voces de distintas facultades, analizaban, teorizaban sobre soluciones inconvenientes, justificaban las exigencias y la inconformidad de la mayoría de los jóvenes. En ese

círculo seudointelectual, con más de 25 alumnos dialogando, de pronto salía un yo también soy del CCH Naucalpan , a mí también me tocaron las deficiencias del plan de estudios, los asaltos de los porros , yo doy clases allá y cuando tomaron la Dirección (del CCH), nadie les hizo caso, por eso vinieron acá , desalojo por la vía pacífica, con respeto a la autonomía de la UNAM . Otros decían que la autonomía no es razón suficiente para que no entre la policía; no saben lo que quieren , quieren que los alumnos nos enfrentemos con ellos , quieren que entre alumnos lo solucionemos , otros cuestionaban la ubicación de las autoridades. Los únicos que faltaban en ese círculo interuniversitario eran los encapuchados , los que tomaron las instalaciones hace 12 días. Todo se queda en palabras.

Una persona se dijo familiar de Siqueiros, muralista que junto con Rivera crearon los asombros visuales de la UNAM, entregó una carta en donde afirma que la Universidad es parte del sistema capitalista y que el Rector y grupos de poder pretenden mantener el statu quo. Se dijo en favor de la lucha, pero pidió no hacer quemas cerca. Debajo del mural de Rectoría había ceniza y extinguidores. Con pesar salió un rebelde a recibir la carta. Regresó. Manifiestan hartazgo del linchamiento mediático , de acuerdo a su voz. Los rebeldes al interior se quitan la capucha; se dedican, a leer a Ricardo Flores Magón, lo citan: Que a sangre y fuego caiga lo que a sangre y fuego se sostiene . Discuten, vigilan, uno de ellos, con los ojos rojos y la mirada fatigada, aseguró no haber dormido en más de cuatro días. Desde afuera gritan que trajeron agua. La reciben.

No son más de 15 rebeldes al interior. Uno lamentó usar capucha, no querría hacerlo, pero aseguró represión inmediata. Su mirar refleja ilusión ante el anarquismo, sin embargo, admitió que ellos no realizaron la pinta en el hasta bandera, que apareció ayer por la mañana.

Cualquiera que se asome a las oficinas custodiadas por malestar y exigencias diría en qué chiquero están . Basura, libros por doquier.

Oscuridad. Aun así, ellos exigen más que la no expulsión, proponen en 12 puntos elevar el perfil del egresado, adecuar las materias del último año e incluir el Inglés en los tres, reforzar el Francés. Peticiones para elevar la calidad de la educación en el CCH.

Rectoría de la UNAM

Cinco peticiones de desalojo en una semana

El Consejo Nacional de Autoridades Educativas solicitó al grupo de encapuchados que retiene la Torre de Rectoría entregar el edificio. Lo mismo hizo la Fundación UNAM, encabezada por Rafael Moreno Valle.

En una semana han emitido pronunciamientos en el mismo sentido la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe; exrectores de la UNAM; 75 agrupaciones de profesionales, organismos privados y civiles.

Igualmente, 18,300 alumnos pertenecientes a 160 escuelas del Sistema Incorporado de la UNAM; la Comisión Especial de Seguridad del Consejo Universitario; 115,664 firmas de la comunidad universitaria; consejeros universitarios y 104 organizaciones estatales y gremiales de egresados. (José Juan Reyes)