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Nubank quiere que DIMO sea para México lo que Pix ha sido para Brasil
Jag Duggal, director global de Producto de Nubank, adelantó algunas de las características que serán clave es su estrategia para que su producto DIMO se convierta en una de las formas de pago preferidas de los mexicanos, que sea móvil, simple, instantáneo, pero sobre todo gratuito.
La fintech de origen brasileño Nubank quiere que su próximo producto DIMO se convierta en una de las formas favoritas de pago de los mexicanos, de la misma forma en la que Pix, desarrollada por el Banco Central de Brasil, ha sido un éxito entre los brasileños.
Pix es una solución de pago instantáneo, que permite la realización de transferencias y pagos electrónicos y que ha sido adoptada por al menos la mitad de la población brasileña, es decir, por más de 100 millones de personas, desde su lanzamiento, en 2020.
En entrevista con El Economista, Jag Duggal, director global de Producto de Nubank, habla de algunas de las características que tendrá DIMO para convertirse en lo que Pix ha sido para Brasil y sobre cuáles serán las consecuencias para el ecosistema financiero en México.
—En Brasil, Pix se ha extendido ampliamente como forma de pago, lo mismo que los sobres rojos de WeChat en China. En México, tenemos CoDi, pero no ha funcionado como se esperaba, ¿cuál crees que sea ese producto especial que extienda las transacciones digitales en el país?
—La respuesta corta es que no lo sé, pero tenemos la esperanza de que DIMO será la próxima iteración en la tecnología. Ya sabes, estamos acostumbrados a lanzar, hipótesis, lanzar, fallar, iterar, lanzar de nuevo. Y así, sé que México encontrará esa iteración que resuene. Hubo ciertas formas específicas en que el sistema trabajó que no acabaron de despegar. Pero ahora, ya sea con el ejemplo de lo que ocurrió en la India o con el ejemplo de Pix en Brasil, el Banco Central de México tiene muy buenos ejemplos de lo que funciona y está aprendiendo de ellos.
Así que esperamos que sea DIMO, no lo sabemos, no se puede saber antes de los hechos. Pero creo que la necesidad de inclusión financiera en México es tan grande, para simplificar la carga de tener una economía de efectivo tan pesada y el crecimiento económico y la inclusión que se puede desbloquear son demasiado importantes para que no suceda. Esperemos que sea DIMO. Si no es DIMO, será la evolución número tres, pero lo lograremos.
—¿Cuáles son las diferencias que encuentras entre Brasil y México respecto del sistema financiero y también de la educación financiera de sus habitantes?
—Brasil ha tenido históricamente tasas de bancarización y acceso a crédito más altas que la mayoría de América Latina, no solo México. Siempre ha tenido esto, especialmente en los últimos 10 años, en parte impulsado por la llegada de nuevos bancos, que ha aumentado significativamente. Ahora estamos llegando a México y Colombia. Creo que, en parte, Brasil partió desde un punto diferente.
En segundo lugar, y específicamente en lo que respecta a los pagos, Pix fue diseñado de manera brillante. Además, el regulador, el Banco Central de Brasil, fue muy enérgico. Fueron tanto reflexivos como enérgicos. El sistema se diseñó con mucha claridad; por ejemplo, debía ser gratuito. En Brasil, había sistemas llamados TED y DOC que generaban grandes ganancias para los bancos tradicionales. Una de las innovaciones de Nubank cuando lanzamos Nu Conta, hace cinco años, fue que no teníamos esas tarifas. Pero éramos los únicos. En cierto sentido, Pix tomó esa idea y la implementó en todo el sistema financiero. Puedes imaginar cuán impopular fue esto para los bancos que dependían de las ganancias.
El Banco Central tuvo que decir que no. Fueron enérgicos a favor del consumidor y la competencia. Exigieron un sistema abierto, sin tarifas en la transacción principal. Esto nos obligó a todos los competidores, incluido Nubank, a innovar y pensar en qué servicios podíamos construir sobre la plataforma que pudieran generar ingresos, como créditos sobre PIX, que todavía están en sus primeras etapas.
Creo que eso fue clave, la reflexión en el diseño en términos de simplicidad, las opciones que se conectaron y que el consumidor tenía control sobre ellas y podía conectarlas y cambiarlas si lo deseaba. Y luego, la enérgica resistencia al desafío que decía: no, no, no podemos hacerlo o hagámoslo más lentamente. Nos obligaron a movernos muy rápido. Tuvimos equipos en Nubank que no durmieron durante cuatro meses. De hecho, el proyecto fue liderado por alguien de nuestra oficina en México y ella no durmió durante meses para asegurarse de cumplir con los plazos. Así que creo que eso fue clave.
—Entiendo que no están lanzando DIMO de forma inmediata, pero ¿nos podrías adelantar cuáles serán algunas de las características de este producto?
—Muchos de los detalles todavía están siendo, ya sabes, totalmente definidos, pero creo que las claves, son que está basado en el móvil, en un sistema de claves simples que la gente conoce. Conozco tu dirección de correo electrónico o tu número de teléfono. Es instantáneo, o lo más cercano a instantáneo, segundos, no días, 24/7, no horas de oficina. Esas son las claves. Esas son las claves de Pix. Esas son las claves para DIMO.
Lo que tenemos que trabajar y asegurarnos, porque creo que es muy potente, aunque será más difícil para nosotros en el lado bancario, es el coste y el precio y la gratuidad. En Brasil, el Banco Central fue muy claro. No hay lugar para negociar la gratuidad. Esa es la norma. Y esa ha sido una de las claves de la adopción. Pero sí, móvil, sencillo e instantáneo. Esas son las claves. Y la cuarta creo que va a ser el precio.
—¿Crees que eso se necesita en México, que el Banco de México sea más enérgico para que los bancos adopten un sistema como Pix o CoDI?
—Tenemos la esperanza de que DIMO dé en el blanco. Esperamos que DIMO dé en el blanco. Si no, no lo sabemos, tampoco lo sabíamos con PIX. No sabíamos cuánto o cómo despegaría. Pero si DIMO despega, entonces genial. Lo habremos conseguido. Si no, entonces creo que es una prioridad importante para cualquier gobierno digitalizar la economía y digitalizar el sistema financiero para permitir la inclusión y también bajar los precios.
Lo digital no es importante porque sí. Lo digital es importante porque reduce los costes. Y porque reduce los costes, promueve la inclusión y reduce los precios. Así que creo que es una agenda importante para cualquier país, en cualquier parte del mundo. Estamos en los primeros días. India va muy por delante. China, con un sistema muy diferente, mayoritariamente privado, también va por delante. Brasil se ha unido a ese grupo. México también lo hará.
—¿Cómo crees que reaccionen otras instituciones financieras y bancos ante la posibilidad de que las transacciones a través de DIMO sean gratuitas?
—Nadie renuncia a sus ganancias fácilmente. Creo que los ganadores del futuro serán los que construyan en torno a las necesidades de los clientes, y hay una señal muy poderosa en la economía mexicana. La mitad de los mexicanos no están bancarizados. Esa es una señal de una necesidad insatisfecha. Así que mi opinión es que, en dos años, esto no será una pregunta. Será un hecho, como lo fue en Brasil.
Hubo mucho ruido durante la formación de Pix, por ejemplo, sobre lo que pasaría. Todos los grandes bancos están bien, todos ganan mucho dinero. Todos se están adaptando. Nuestra opinión en Nubank es que no hay que luchar contra el futuro, sino abrazarlo.