Población en pobreza laboral no puede cubrir ni la mitad de la canasta alimentaria con su ingreso: BBVA México

Si bien el porcentaje de población en pobreza laboral ha venido a la baja en México, a quienes se encuentran en dicha situación cada vez les alcanza menos para cubrir los gastos de la canasta alimentaria con sus ingresos derivados del trabajo.

Un estudio de BBVA México dado a conocer este martes, revela que en el primer trimestre del 2024, en promedio, la población en pobreza laboral pudo cubrir sólo el 42.3% de la canasta alimentaria con su ingreso.

Esta situación ha venido en deterioro recientemente, dado que, de acuerdo con el documento del banco, la población con pobreza laboral en México, podía cubrir en el primer trimestre del 2023, el 45.7% de la canasta alimentaria y ahora sólo el 42.3 por ciento.

Un reporte reciente del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), señala, sin embargo, que entre el primer trimestre del 2023 e igual periodo del 2024, el porcentaje de la pobreza laboral presentó una disminución a nivel nacional de 1.9 puntos porcentuales al pasar de 37.7% a 35.8 por ciento.

Lo anterior, explicó el organismo, se dio ante un aumento en el empleo (628.8 mil personas más en el periodo), así como un incremento en el ingreso laboral real per cápita de 7.2%, lo que contrasta con el aumento en el costo de la canasta alimentaria que es superior a la inflación anual.

Se considera que una persona está en condición de pobreza laboral o no, a partir de si sus ingresos laborales son mayores o menores al valor de una canasta alimentaria.

Tras la pandemia, el mayor deterioro

El documento denominado "¿Qué tan pobre es la población que está en pobreza laboral?", elaborado por el área de estudios económicos de BBVA, menciona que del tercer trimestre del 2007 al cuarto trimestre del 2015, en promedio se logró aumentar el indicador, ya que el ingreso pasó de cubrir el 40.5% del valor de la canasta alimentaria al 46.5 por ciento.

“El cuarto trimestre del 2015 ha sido el periodo en el que en promedio el ingreso alcanzó a cubrir más del valor de la canasta alimentaria entre la población en pobreza laboral: 46.5%”, puntualiza el documento.

Agrega que después de la pandemia, en el tercer trimestre del 2020, se tuvo el mayor deterioro en la cobertura que el ingreso de la población en pobreza laboral tenía respecto del valor de la canasta alimentaria, ya que sólo se podía cubrir en promedio el 39.2% del valor de ésta.

Situación se agrava en algunas entidades

El análisis de BBVA resalta que dicha situación se agrava en estados como Baja California, Guerrero y Oaxaca, donde las personas en pobreza laboral pueden adquirir menos de una tercera parte de la canasta alimentaria con su ingreso.

Refiere que aunque la diferencia urbano-rural en la brecha ha disminuido desde el tercer trimestre del 2020, ello se debe a que la población urbana ahora puede comprar una menor parte de la canasta alimentaria.

Por otra parte, abunda, se observa una reducción en la brecha de género (aunque prevalece), dado que mientras en el segundo trimestre del 2006 los hombres en situación de pobreza podían comprar el 46.9% de la canasta alimentaria y las mujeres el 33.7%, en el tercer trimestre del 2023 la proporción fue de 45.1% y 38.9% respectivamente.

Quiénes no están en dicha situación

El documento de BBVA agrega que un análisis similar se hizo para el grupo de personas que se encuentra fuera de la pobreza laboral, y el resultado arrojó que en el primer trimestre del 2024, en promedio, el ingreso laboral de la población que no estaba en pobreza laboral era 2.7 veces el valor de la canasta alimentaria (266.2%). Este indicador en dicho segmento, no se vio afectado en la pandemia.

“Se observan dos cosas relevantes: después de iniciar la pandemia, la población que estaba en pobreza laboral tuvo mayores afectaciones en la proporción de canastas que se podían adquirir con sus ingresos laborales respecto de los que no estaban en dicha situación. Asimismo, en el último año, se está ampliando la brecha en la proporción de canastas que se pueden adquirir con el ingreso laboral entre las personas en condición de pobreza laboral, respecto de las que no se encuentran”, puntualiza.