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Sector Financiero

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Solicitantes de créditos inflan ingresos para ser aprobados

El costo de vida en México podría presionar las finanzas de algunos solicitantes y algunos usuarios considerarían falsificar información.

Inflar el monto de ingresos en las solicitudes de crédito es una práctica común entre los solicitantes que buscan aumentar sus probabilidades de ser aprobados para un préstamo o una línea de crédito. Esta estrategia, aunque puede parecer una solución rápida y efectiva conlleva riesgos significativos tanto para el solicitante como para la entidad financiera.

Un estudio realizado por Fico, firma especializada en la prevención de fraude, reveló que alrededor de 36% de los mexicanos que solicitan crédito inflan sus ingresos para obtener mayores posibilidades de acceder a préstamos.

El análisis de la firma indicó que el costo de vida en México podría presionar las finanzas de algunos solicitantes, por lo que algunos usuarios considerarían que falsificar información en las solicitudes no es malo. Sin embargo, es muy probable que no puedan pagar y podrían enfrentar las consecuencias de cometer fraude.

“Muchas personas no lo ven como un fraude, como es la forma que tienen para poder acceder a un crédito exageran sus ingresos, pero eso no permite tomar una decisión adecuada y genera inconvenientes durante todo el proceso de vida del cliente”, indicó Gilma Díaz, directora de Ventas de Fico para la región Norte de América Latina.

De los usuarios y de manera no excluyente, 29% infló sus ingresos para la solicitud de un préstamo hipotecario; 33% para la solicitud de un crédito automotriz; 34% para la apertura de una cuenta bancaria; 24% en la reclamación a un seguro sobre los bienes asegurados y 23% en los bienes que se perdieron o dañaron.

Para que una originación de crédito sea adecuada, que no sobre endeude al usuario y tampoco sea una posible pérdida por fraude, Díaz resaltó el uso de tecnología para obtener datos de los usuarios que puedan calificarlos o descártalos efectivamente.

“Existe tecnología para definir si alguien es un posible defraudador, se pueden evaluar distintas variables que ya han sido utilizadas en el pasado para intentar hacer fraude, por ejemplo, es muy normal que se compartan el número teléfono, direcciones, ciertos tipos de datos y para eso hay herramientas que manejan esos datos para alertar sobre un posible fraude”, dijo Díaz.

Confianza en ambas partes

Por otra parte, el estudio también evidenció que los clientes necesitan confiar en su banco, la encuesta mostró que 75% de los usuarios opinan que tener una buena protección contra fraudes es una de sus consideraciones principales para elegir su banco, para 38% es la más importante, por encima de otras como la facilidad de uso con 29%, o un buen valor por el dinero con 12 por ciento.

Además, los encuestados se preocupan más por los fraudes bancarios que por otras situaciones que no se relacionan con la banca, como el robo de efectivo o las estafas en las compras online.

El robo de identidad ocupó el primer lugar como preocupación de fraude para 36% de los consultados, seguido de la preocupación por ser estafado para enviar dinero con 27 por ciento.

“Para el usuario es mucho más complejo poder detectar este tipo de fraudes, como usuario soy mucho más consciente de que si me robaron una tarjeta tengo que bloquearla y avisarle a mi banco. En comparación a estas nuevas estafas donde un usuario no sabe si alguien se está haciendo pasar por un conocido y ahí es donde necesito que mi banco me ayude a darme información para proteger mi dinero”, señaló.

sebastian.estrada@eleconomista.mx

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