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A 40 años de la conquista de la Luna

El 20 de julio de 1969 los ojos y oídos del mundo sólo se concentraban en una cosa: la llegada del hombre a la Luna.

El 20 de julio de 1969 los ojos y oídos del mundo sólo se concentraban en una cosa: la llegada del hombre a la Luna.

La misión Apolo 11 realizó uno de los más grandes sueños del hombre.

De la mano de los astronautas Neil Armstrong y Edwin Buzz Aldrin, la humanidad logró plasmar sus huellas sobre la enorme roca que es nuestro satélite natural.

A cuarenta años del máximo logro de la carrera espacial… La humanidad pone la mirada en las estrellas una vez más…

Más allá de la atmósfera

La aventura del hombre en el espacio no tuvo un comienzo prometedor y sorprendió a EU y la entonces Unión Soviética en medio de la Guerra Fría, en que la creación de cohetes y satélites tenía objetivos más militares que científicos.

La delantera en la carrera fue tomada por la URSS, la cual el 4 de octubre de 1957, cuando lanzó al espacio el Sputnik I, el primer satélite artificial de la Tierra.

EU reaccionó con la creación del programa Apolo, que casi 12 años después, lo llevó a la conquista de la Luna.

La nueva disputa por la Luna

"El deseo de explorar, conocer y comprender es parte de nuestro carácter", dijo en enero de 2004 el presidente George W. Bush cuando anunció los planes para un retorno al satélite.

"No sabemos adónde concluirá esta aventura", añadió Bush. "Lo que sí sabemos es que los humanos están rumbo al cosmos".

El programa Constellation , lanzado en 2004 y actualmente objeto de una evaluación por el presidente Barack Obama, comenzó con el envío de dos sondas para preparar el gran regreso y determinar si la Luna contiene agua en forma de hielo.

Además, varios otros países como China y Rusia anunciaron también sus intenciones de alunizar .

"Uno de los motivos para volver a la Luna es ver si hay un potencial económico con la explotación de recursos lunares", indicó John Logdson, investigador del Museo Nacional del Aire y el Espacio de Washington.

Y no sólo eso, "la Luna es una mina de informaciones científicas por descubrir, directamente vinculadas a la comprensión de los orígenes de la Tierra y de los otros planetas" del sistema solar, explicó a la AFP el geólogo Harrison Schmitt, 12 hombre en caminar sobre suelo lunar en 1972 con Apollo 17, la última misión a la Luna.

Herederos de la carrera espacial

El desarrollo de la tecnología espacial se aceleró a pasos gigantescos y pronto comenzaron las misiones científicas a los planetas del sistema solar, a los asteroides y hasta los cometas que cruzan la galaxia.

"Es fascinante la forma en que las tecnologías desarrolladas para la exploración espacial han entrado en nuestras vidas", señaló Karina Edmonds, ex especialista de la Administración de Activos Tecnológicos del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA.

El horno microondas, el velcro, el GPS, los lentes de contacto y el láser son instrumentos que hoy no existirían si no hubiera sido por las tecnologías desarrolladas por la exploración espacial.

"La gente se asombraría si supiera cuántas cosas que usa en su vida diaria han tenido origen" en los esfuerzos científicos de la agencia espacial estadounidense, añadió.

La lista de las aplicaciones de la era espacial a la vida diaria, es casi interminable, incluye los sensores infrarrojos ahora incorporados a los termómetros sin mercurio.

También los instrumentos inalámbricos, como la taladradora con la que Armstrong perforó las piedras lunares que trajo a la Tierra.

Los monitores cardíacos para controlar la salud de los astronautas son hoy de uso corriente en los hospitales, así como las lentes de contacto, desarrolladas para proteger a los navegantes del espacio de la luz ultravioleta.

Otros inventos son el teflón para proteger a los cohetes, los alimentos deshidratados, y los nuevos tubos de pasta dentífrica que contenían los alimentos de los astronautas en la ingravidez del espacio.

Pero para los científicos las aplicaciones más importante son:

El GPS, que permite ubicar con precisión un punto en cualquier lugar del planeta con la ayuda de satélites.

Y la Estación Espacial Internacional (EEI), considerada la mayor empresa tecnológica internacional de la historia con un costo inicial de 100,000 millones de dólares, comenzó a tomar forma a finales de 1998 cuando se unieron sus dos primeras piezas en una órbita a casi 400 kilómetros de la Tierra.

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