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Cambios a Ley de Movilidad aumentarán precios de aplicaciones de transporte: Asociación de Internet.mx
Aunque no se ha calculado el impacto que tendrán en compañías como Uber, Cabify o DiDi los más recientes cambios al reglamento de la Ley de Movilidad de la CDMX, para la Asociación de Internet.mx, estas medidas son un obstáculo para que estas empresas crezcan y hagan más negocios en el país.
Aunque aún no se tiene cuantificado el impacto económico ni de operación que podrían tener en compañías como Uber, Cabify o DiDi los más recientes cambios al reglamento de la Ley de Movilidad de la Ciudad de México, para la Asociación de Internet.mx, de la que son socias varias de estas empresas de redes de transporte, las medidas impuestas por el gobierno de la ciudad son un obstáculo para que crezcan y para que hagan más negocios en el país, además de que, a la larga, estos nuevos costos recaerán en los usuarios finales, ya sean los conductores o los usuarios de estas aplicaciones.
“Tal vez no se vea de forma inmediata pero el efecto de estos costos adicionales en la operación es un aumento en los precios para los usuarios finales”, dijo a El Economista Enrique Culebro Karam, presidente de la Asociación de Internet.mx. El directivo añadió que seguramente habrá una afectación para estas empresas en el desarrollo de su actividad y en el hecho de que puedan llegar a más ciudades del país. “No creemos que esto fomente la innovación o que vaya a hacer que más usuarios se integren”, dijo.
El pasado 24 de abril se publicaron en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México una serie de modificaciones al reglamento de la Ley de Movilidad local con las que, entre otras medidas, se obliga a las empresas de redes de transporte, como Uber, Didi, Cabify y Beat, a registrar cada una de las unidades que operan con sus aplicaciones; mientras que los conductores de estos vehículos tendrán que tramitar una licencia tipo E para poder ofrecer este servicio, por lo cual deberán pasar por pruebas ante el Centro para el Fomento de la Educación y la Salud de los Operarios del Transporte Público de la Ciudad de México (CENFES).
Durante la presentación de estas modificaciones al reglamento, tanto la jefa de Gobierno de la Ciudad, Claudia Sheinbaum, como el secretario de Movilidad, Andrés Lajous, enfatizaron que estos cambios tenían como objetivo regular las operaciones de las empresas y “poner piso parejo” entre éstas y el servicio de taxis. Un día después, el 25 de abril, fueron publicados, también en la Gaceta Oficial, los procedimientos que deberán seguir las empresas para obtener su propio registro y para hacer el registro de los vehículos que operen con su aplicación, para lo cual tendrán que pagar al menos 1,902 pesos por cada una.
“Como asociación, tenemos varias inquietudes con relación a lo que dice esta ley”, afirmó Culebro y aclaró que varias de estas empresas son socios de la asociación que preside. “En los últimos años, hemos seguido muy de cerca el fenómeno de movilidad, porque realmente esta actividad resalta en estudios que hemos hecho”, dijo.
Transporte, puerta al comercio electrónico
El Estudio sobre los Hábitos de los Usuarios de Internet en México 2018, patrocinado por la asociación, reveló que 36% de los usuarios de Internet en México solicita transporte en línea. Las razones que arguyeron los usuarios para elegir esta modalidad son la seguridad (72%), el poco tiempo de espera (49%), que se sienten más cómodos (40%), que ofrecen un mejor servicio (37%) y que son más baratos (19 por ciento). Mientras que los motivos por los que los usuarios usan estas aplicaciones son para ir a casa (56%), para no usar su propio automóvil (45%), para salir de fiesta (44%) y para ir al trabajo (42 por ciento).
Por su parte, de acuerdo con el Estudio de Comercio Electrónico 2018, que también auspicia la asociación, el transporte por aplicación o página web es el producto o servicio digital más contratado por los compradores en línea, ya que 6 de cada 10 compradores dijeron haber solicitado este servicio. Además, uno de cada 10 compradores solicitan transporte en línea diariamente y cuatro de cada 10 lo hacen cada semana.
Para Culebro, el servicio de transporte a través de aplicaciones es un punto de entrada al comercio electrónico y al uso de Internet en general en México. “Ponerle obstáculos a esta actividad creemos que podría impactar otros aspectos de la inclusión de otras personas a medios digitales, así de importante vemos a este respecto”, dijo.
El directivo destacó dos aspectos de la nueva legislación que, desde la óptica de la Asociación de Internet.mx, pueden bloquear la innovación que practican empresas como Uber, DiDi o Cabify: la incapacidad para que los conductores puedan recibir pagos en efectivo y el que se solicite que acudan a cursos presenciales para recibir la licencia tipo E.
Negocios tradicionales deben evolucionar
Respecto de la competencia entre los servicios que ofrecen las empresas de redes de transporte y los taxis, el directivo comparó dicha rivalidad con la que surgió con la aparición de la fotografía digital. “Imagínate que alguien hubiera hablado sobre gravar con un impuesto a las fotografías digitales para poner piso parejo. Más bien las empresas de fotografía en filme que conocemos cambiaron y se volvieron más competitivas en el nuevo ambiente”, dijo.
Aseguró que si lo que se busca es fomentar la competencia, la solución no es poner trabas a la innovación. Más bien, acotó, se requiere que los negocios que nacieron tradicionales o los antiguos modelos de negocio evolucionen y sean competitivos, al entender la nueva realidad de los medios digitales y de Internet y al darle beneficios a sus usuarios.
“En esta misma lógica haríamos el análisis sobre esto acerca de poner piso parejo: ¿dónde sí ayudan estas situaciones y dónde es una estrategia para que el modelo tradicional no sufra tanto con esta disrupción? Nos parecen situaciones que a largo plazo no van a generar un valor agregado real”, dijo.
Con respecto a si el motivo de las autoridades para realizar estos cambios a la regulación es recaudatorio, Culebro afirmó que no está mal que se quiera recaudar más ingresos, siempre y cuando se determine el fin que se le dará a dicha recaudación. “Si el fin fuera provocar el emprendimiento, la innovación y la digitalización sería otra la discusión. Pero simplemente hacer un cobro sin saber cuál es su razón de ser, siempre levanta cuestionamientos”, dijo.