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La nube en el espacio y el desastre
Los centros de datos, la base de la tecnología de nube, han llegado a los parajes más inhóspitos del planeta. En el fondo del mar, en medio de la selva y hasta en el ártico, grandes instalaciones de computadoras ofrecen almacenamiento, procesamiento y otros servicios digitales, a distancia, a millones de personas alrededor del globo.
Washington, DC. “El reto del espacio es un reto de datos”, dijo Peter Márquez, cabeza del equipo de Política Espacial de Amazon Web Services. La cantidad de información que proveen miles de satélites que giran en torno a la Tierra, sumada al flujo de datos que, se prevé, provenga de las exploraciones espaciales (científicas, comerciales y turísticas), podría hacer complicado su tratamiento desde centros de datos terrestres.
Los centros de datos, la base de la tecnología de nube, han llegado a los parajes más inhóspitos del planeta. En el fondo del mar, en medio de la selva y hasta en el ártico, grandes instalaciones de computadoras ofrecen almacenamiento, procesamiento y otros servicios digitales, a distancia, a millones de personas alrededor del globo.
Los data centers han llegado también a las zonas de desastre, como las recientes inundaciones y deslaves en Petrópolis, a 68 kilómetros de la capital brasileña, en momentos en los que ni siquiera había internet. La Snowball es una nube móvil desarrollada por AWS con el fin de ofrecer servicios de almacenamiento y procesamiento sin necesidad de una conexión a internet y en situaciones extremas.
En una pequeña caja de medio metro de largo y 30 centímetros de alto, los equipos de respuesta a incidentes pueden contar con la capacidad de cómputo necesaria para procesar información proveniente de cámaras, drones y otras fuentes de datos para la distribución de recursos y la atención médica de víctimas de todo tipo de desastres. La vertical de servicios de nube del gigante del comercio electrónico Amazon ha desarrollado un vehículo de respuesta a desastres como un ejemplo de uso de este pequeño centro de datos.
La Snowball puede funcionar sin conexión a internet, aunque también puede conectarse a la red vía satélite y también podría ser usada por equipos de investigadores que realicen pruebas de campo y requieran procesar grandes cantidades de información. Algo que está vinculado con la iniciativa de Datos Abiertos de AWS, en la que puede encontrarse información como la que genera la app mexicana de alerta sísmica Grillo sobre los temblores en el país.
Negocios en el espacio
Otro de los lugares en los que AWS ve a la nube y a los centros de datos que la sustentan es el espacio. Igual que compañías como SpaceX y Virgin Galactic, tanto Amazon, con Blue Origin, como AWS, están buscando oportunidades de negocio fuera de la atmósfera terrestre. Por eso, de acuerdo con Peter Márquez, la compañía de servicios de nube fundó su unidad de negocios en el espacio en 2020.
Desde entonces, AWS ha participado en proyectos como el almacenamiento de los datos generados por el Mars Rover Perseverance, el más reciente vehículo de exploración del planeta rojo, y en el aceleramiento del Programa Espacial de Brasil, a través de la educación de la fuerza de trabajo y el desarrollo de capacidades técnicas. La compañía también ha lanzado un programa de aceleramiento de startups, en el cual ha elegido a 10 proyectos enfocados en el negocio espacial.
Para Márquez, uno de los próximos de este proceso de digitalización del espacio es la instalación de centros de datos en órbita o en otros planetas.
El mercado de servicios de nube en 2021 registró ganancias para las compañías por 178,000 millones de dólares. AWS es el mayor proveedor de este tipo de servicios en el mundo, con 33% de la cuota del mercado global. Le sigue Microsoft Azure, con 21%, Google Cloud, 10% y Alibaba Cloud, con 6 por ciento. Seguramente el espacio será otro terreno en el que competirán los gigantes de la tecnología.
rodrigo.riquelme@eleconomista.mx
rrg