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México tiene la herramienta para regular la competencia de Google, Apple, Facebook y Amazon
De acuerdo con expertos consultados por El Economista, las investigaciones por barreras a la competencia, que figuran en la regulación mexicana desde 2014, servirían para que el Congreso mexicano no tenga que citar a los directores de éstas o de cualquier otra big tech.
Además de la nueva Unidad de Mercados Digitales que creó en julio pasado, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) tiene la herramienta para que México evite los efectos anticompetitivos que se generan en mercados digitales con empresas como Google, Apple, Facebook y Amazon. De acuerdo con expertos consultados por El Economista, las investigaciones por barreras a la competencia, que figuran en la regulación mexicana desde 2014, servirían para que el Congreso mexicano no tenga que llegar a citar a los directores de éstas o de cualquier otra big tech, para buscar una forma de corregir sus efectos en la competencia económica en el mercado nacional.
El pasado 5 de agosto, Sundar Pichai, director ejecutivo de Google; Jeff Bezos, cabeza de Amazon; Mark Zuckerberg, que dirige Facebook y Tim Cook, que está al frente de Apple, tuvieron que responder a las preguntas del subcomité antimonopolio del Congreso estadounidense. Si bien se trataron temas como la privacidad y protección de datos, la censura y otras compañías extranjeras —sobre todo de China— la audiencia tenía el objetivo de abordar el poder económico que han alcanzado estas compañías en los mercados digitales de Estados Unidos.
“Esta audiencia me ha dejado claro un hecho: estas compañías, tal como existen hoy, tienen poder de monopolio. Algunas deben dividirse, todas deben estar debidamente reguladas y rendir cuentas”, dijo al finalizar la audiencia el congresista demócrata David Cicilline, presidente del Subcomité de Derecho Administrativo, Comercial y Antimonopolio del Comité Judicial de la Cámara.
En junio pasado, el subcomité antimonopolio que dirige Cicilline lanzó una investigación que no sólo busca indagar en “el auge y uso de poder” en los mercados digitales sino que tiene el objetivo de adecuar las leyes antimonopolio en Estados Unidos y sus “niveles de aplicación”, según el anuncio de inicio de la investigación del Comité Judicial del Congreso de EU.
Para Paolo Benedetti, socio de Agon Economía y Derecho, despacho especializado en competencia y regulación, la audiencia de las grandes tecnológicas se inscribe en un contexto particular. Según el especialista, en los cinco años más recientes, los temas de competencia en los mercados digitales han sido protagonistas en las discusiones en materia de competencia y antimonopolios. “Desde hace año y medio, el tema se ha vuelto casi exclusivo”, dijo.
Benedetti recordó que estos gigantes digitales tienen investigaciones abiertas en ambos lados del Atlántico. En marzo del 2019, la Comisión Europea impuso una multa de 1.49 millones de euros a Google por prácticas abusivas en el mercado de la publicidad online. Facebook, Amazon y Apple también están siendo investigadas en el órgano central de la Unión Europea y a esto se suma la reciente investigación del subcomité estadounidense.
“En ese sentido, no me cabe duda que los funcionarios de todas las agencias de competencia alrededor del mundo deben haber estado siguiendo las vicisitudes del evento. Estoy seguro que los funcionarios de la agencia mexicana no fueron la excepción”.
Tipping
Las duras discusiones alrededor de las posibles prácticas monopólicas de la grandes tecnológicas giran en buena medida en torno a un fenómeno: el tipping. También conocido como el fenómeno de “el ganador se queda con todo” o “Winner takes all” en inglés, el tipping ocurre cuando la competencia en un mercado se vuelca completamente a favor de un competidor sin que exista la posibilidad de que esta dinámica pueda revertirse con facilidad.
De acuerdo con Ángel López Hohner, economista socio también de Agon, el tipping es propio de mercados con características muy específicas: aquellas economías de escala muy alta, en las que mientras más se produce, más disminuye el costo unitario de producción, o en economías de red muy poderosas, en las que el valor de los servicios para los consumidores aumenta mientras más personas consumen esos servicios.
“Cuando se presentan estos fenómenos, una pequeña ventaja inicial en tamaño se magnifica y se acelera en espiral: mi ligera ventaja en costos (o mi atractivo marginalmente mayor) me permite atraer más usuarios, que me dan más ventaja, y así sucesivamente hasta que nadie más puede competir con mis costos o con mi atractivo para los usuarios. Esto sucede en mercados como telecomunicaciones, servicios financieros, transporte y, más recientemente, en el de plataformas digitales”, dijo.
Para López Hohner, si se toma en cuenta que, en el caso del comercio electrónico, desde 2018, Amazon representaba 50% de las ventas de comercio electrónico en Estados Unidos; 47% en Alemania y 45% en Francia, lo más probable es que estos mercados ya hayan alcanzado un punto en el que un ganador se lo ha llevado todo o tipping point.
“A esos niveles, es muy difícil que otra plataforma de comercio electrónico —existente o nueva— logre atraer suficientes vendedores y compradores, indispensables ambos para competirle eficazmente”.
México tiene entre tres y cinco años, o menos
A un mercado en el que un ganador se ha llevado todo o que ha alcanzado un tipping point, como parece ser el caso de los mercados digitales en Europa y Estados Unidos, se le conoce como monopolio natural y de acuerdo con López Hohner, su regulación presenta un dilema. Mientras que es necesario preservar la eficiencia que proviene de su escala (tamaño) o de su red de usuarios, también se requiere prevenir que dentro de estos mercados se cometan conductas anticompetitivas que dañen a los consumidores.
“La pregunta es cómo lograrlo, y ése es el debate actual a nivel internacional en plataformas digitales”, dijo.
Igual que sus contrapartes de la Unión Europea, Inglaterra o Estados Unidos, por mencionar algunos, el regulador mexicano se ha lanzado en la búsqueda de esa forma de impedir que empresas como Amazon, Google, Facebook y Apple distorsionen los mercados digitales en México sin restringir la innovación tecnológica y los modelos de negocio que han generado estos mercados.
Recientemente, la Cofece creó la Dirección General de Mercados Digitales, que busca “analizar el desarrollo de los mercados digitales y las implicaciones que estos tienen en materia de competencia económica y libre concurrencia”. Pero el regulador ha tomado una postura más bien conservadora al respecto. Según su recién publicada “Estrategia Digital Cofece” la economía mexicana tiene una característica especial de que los elementos de las tecnologías digitales que regularmente despiertan preocupación y economías más desarrolladas probablemente no tengan el mismo efecto, o al menos no aún, en el contexto mexicano.
No obstante, para Paolo Benedetti, los problemas de competencia en estos mercados digitales “están más asociados sus características estructurales (fuertísimas economías de escala y muy poderosos efectos de red) que a factores locales. Según el especialista, es probable que el regulador mexicano crea que la economía mexicana tiene una característica especial porque en México aún no se ha dado el fenómeno de “el ganador se lo lleva todo”.
“Si ese fuera el caso, les diría que es crucial asegurarse que la competencia en esos mercados se dé en los méritos y los agentes no incurran en prácticas que, de manera artificial, buscan anularla. La experiencia internacional muestra que si no se actúa proactivamente es sólo una cuestión de tiempo para que la competencia en el mercado desaparezca. A modo de ejemplo, el App Store de Apple funciona exactamente igual en México que en Estados Unidos o en Europa. Si allí Apple está desplazando a desarrolladores con los que compite, no veo porqué aquí no estaría ocurriendo lo mismo. De igual manera, en el marketplace de México las reglas y prácticas de Amazon son las mismas que en sus marketplaces de Estados Unidos y Europa. Si allí esas reglas y prácticas inclinan la cancha a su favor cuando compite con sus sellers, no veo porqué aquí sería distinto”, dijo.
Para Ángel López, en el caso del comercio electrónico, en donde los participantes más fuertes en México son Amazon y Mercado Libre, la pandemia ha reducido el tiempo que falta para que este mercado alcance su tipping point. “Si en los países más desarrollados se tardó 10-15 años para llegar a donde están hoy, hace unos meses habría pensado que en México estaríamos hablando de 3 a 5 años; hoy, con el efecto de la pandemia, creo que esto incluso se ha acelerado”, dijo.
Barreras a la competencia
De acuerdo con los especialistas, el regulador mexicano cuenta con una herramienta para evitar que mercados como el de comercio electrónico o el fintech en México vivan el fenómeno del tipping.
Desde 2014, la Ley Federal de Competencia Económica prevé en su artículo 94 la figura de investigación para determinar barreras a la competencia, según la cual “la comisión iniciará de oficio o a solicitud del Ejecutivo federal, por sí o por conducto de la Secretaría, el procedimiento de investigación cuando existan elementos que hagan suponer que no existen condiciones de competencia efectiva en un mercado y con el fin de determinar la existencia de barreras a la competencia y libre concurrencia o insumos esenciales que puedan generar efectos anticompetitivos.
La ventaja de esta figura legal, según López Hohner, es que, al contrario de los instrumentos tradicionales, donde lo que se ataca es una conducta ilegal, en el caso de las investigaciones para determinar barreras a la competencia buscan resolver problemas en el funcionamiento de los mercados que no necesariamente obedecen a una conducta ilegal.
“Si uno revisa las iniciativas de la Comisión Europea y de las autoridades de Alemania y el Reino Unido para intervenir eficazmente en los mercados digitales, se dará cuenta que están pidiendo precisamente el tipo de instrumentos legales que en México existen desde 2014. Por eso creo que la oportunidad en México es enorme: estamos en una fase temprana del problema, y tenemos los instrumentos para entrarle. Muy pocos países del mundo (si es que alguno) pueden decir lo mismo”, dijo.