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Ante una maraña de crisis, ¿quién se hace cargo del futuro?
La UNAM organiza el primer Coloquio Internacional “La humanidad amenazada”, para el que esta semana reúne a 36 mentes de 11 países, entre ellas Tawakkol Karman, Donatella Di Cesare, Rigoberta Menchú, Noam Chomsky y Josep Colomer.
En tan solo un siglo, entre los años 1900 y 2000, el mundo pasó de una población de 1,650 millones a 7,800 millones de habitantes, pero el ritmo de crecimiento demográfico se aceleró a más del doble en las últimas cinco décadas. En este contexto, de acuerdo con las más recientes cifras de ACNUR, en los últimos años el volumen de desplazamientos en todo el orbe sobrepasa los 20 millones de personas por año.
Por otro lado, de las más de 140,000 especies animales y vegetales conocidas, un estimado de 42,000 (un 35%) se encuentra hoy en peligro de extinción. Por si fuera poco, entre 2006 y 2016 el crecimiento del nivel del mar global se aceleró 2.5 veces más que el ritmo de todo el siglo XX.
Para sumar al escenario desfavorable, según la Organización Meteorológica Mundial, entre 1979 y 2019, los riesgos meteorológicos, climáticos e hidrológicos representaron el 65% de todos los tipos de desastre en el planeta, fueron causa del 45% de las muertes registradas por este tipo de incidentes y generaron el 74% de las pérdidas económicas causadas por desastres. Y esas proporciones no hacen más que aumentar con el paso de los años como consecuencia de la actividad humana.
Pensar escenarios y responsabilidades
Con las anteriores referencias sobre el momento en el que desembocamos, el filósofo español Daniel Innerarity se pregunta: “¿quién se hace cargo del futuro en una sociedad compleja que no está amenazada por una o varias crisis sino configurada ella misma de una manera crítica?”. Sobre todo, ¿quién se hará cargo, cuando este panorama de crisis, añade, “contrasta con el cortoplacismo de nuestras instituciones de gobierno insuficientemente interesadas en explorar ese futuro”?
Es el planteamiento a responder en el primer Coloquio Internacional de Primavera “La humanidad amenazada: ¿quién se hace cargo del futuro?”, organizado por la UNAM junto con la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) y el propio Innerarity, que se lleva a cabo del 24 al 28 de abril, con la participación de 36 especialistas de 11 países.
Además del referido, entre las voces que toman parte del programa a lo largo de la semana se encuentra el filósofo francés Edgar Morin, la también pensadora italiana Donatella Di Cesare y su símil, el estadounidense Noam Chomsky, así como dos ganadoras del Premio Nobel de la Paz, la activista y luchadora feminista yemení Tawakkol Karman, ganadora en el 2011, y la activista guatemalteca Rigoberta Menchú, entre muchas otras voces.
“El futuro se llama incertidumbre”: Edgar Morin
Este lunes, el coloquio fue inaugurado, entre otras voces, por la Nobel Tawakkol Karman, también reconocida como una de las líderes del movimiento de la Primavera Árabe en Yemen, quien cuestionó:
“¿Qué podemos hacer o decir sobre el futuro de la democracia y los derechos humanos en un mundo donde tenemos desastres naturales, tiranías, fascismo y autoritarismo en muchos países del mundo, incluso en aquellas naciones de occidente que se ostentan como democráticas?”.
Acto seguido, se llevó a cabo la conferencia magistral “Pensar el futuro”, de la que, entre otras voces, tomó parte el francés Edgar Morin.
“El futuro se llama incertidumbre”, declaró el filósofo de inicio. “Una posibilidad muy fuerte es aquella que podemos llamar desastrosa o catastrófica. Es la tendencia que comenzó en la transición de siglo, con la mundialización del poder y la crisis universal de la democracia, la regresión política y la decantación a sociedades en sumisión total, como China. Esta tendencia regresiva se vino a sumar a la crisis de la biósfera, y a éstas, la pandemia, además de la guerra en Ucrania, con todas sus consecuencias económicas y los riesgos de desintegración y mundialización del conflicto. Con estos rasgos regresivos, los hechos positivos parecen muy pequeños y parciales”.
Por otro lado, señaló el pensador de 101 años, la ciencia considera dos posibilidades antagonistas: “por un lado, la posibilidad de control de la población por parte de las inteligencias artificiales y, para los más ricos, la llegada de los transhumanismos, es decir, la posibilidad de una vida más prolongada, mientras que el resto permanecerá en la miseria. El transhumanismo es una perspectiva muy linda para algunos en Silicon Valley, pero terrible para todos los demás”.
No obstante, opinó, para tener un desarrollo óptimo de la tecnología y la ciencia para el beneficio de la especie, no es eludible “el mejoramiento de la condición humana y el progreso de la solidaridad. Sin esta solidaridad, y no solamente dentro de una sola nación sino entre todas, si no hay una conciencia sobre el destino común, no podremos avanzar a una sociedad mejor”. Para lograr esto, dijo en primer lugar, se requiere desarrollar un pensamiento que vaya más allá de las nociones cuantitativas-económicas que ponderan.
“La otra alternativa necesaria es la resistencia contra la barbarie que cada día se hace más resistente: la vieja barbarie del odio, el desprecio, la tortura, que persiste en diversos países (...) y está ligada con la barbarie fría, helada, del modo de pensamiento a partir del cálculo, de la economía, que pondera lo cuantitativo y no considera la cualidad humana”.
Temas de los siguientes días y algunos invitados
Martes 25 de abril
“Derecho humano al futuro”
Juan Ramón de la Fuente, Ricardo Rivero Ortega, Rigoberta Menchú.
Miércoles 26 de abril
“Cambio climático y desarrollo local sostenible”
Alicia Bárcega, Cristina Monge, Teresa Rivera Rodríguez.
Jueves 27 de abril
“Desigualdad, financiamiento y políticas públicas para el desarrollo”
Ricardo Belschowsky, Arantxa Colchero Aragonés, Victoria Nuguer.
Viernes 28 de abril
“Política, gobierno y democracia en el S.XXI”
Josep Colomer, Noam Chomsky, Pippa Norris.