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Arte e Ideas

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Belleza de las matemáticas, sólo para los más pacientes

La primera mujer y el primer latinoamericano que ganan la prestigiosa Medalla Fields no tuvieron garantizadas las oportunidades para desarrollar su talento, las generaron.

Maryam Mirzakhani, la primera mujer en ganar la Medalla Fields, uno de los dos galardones más prestigiosos de las matemáticas, nació y se educó en Irán, donde las mujeres no tienen las mismas ventajas de los hombres. Por parte de Artur Avila, el primer latinoamericano en ganar la Fields, es un ejemplo de que es cierto que el que persevera alcanza. Y ambos comparten algunas características.

Maryam creció con tres hermanos y unos padres que han sido siempre su gran apoyo. En sus primeros años vivió tiempos difíciles, la guerra entre Irán e Irak; sin embargo, la ofensiva concluyó justo cuando ella terminó la primaria.

En una entrevista con The Guardian, la matemática cuenta: Mi hermano mayor me hizo interesarme en la ciencia en general, él solía decirme lo que aprendía en la escuela . Así, su primer recuerdo de admiración por las matemáticas fue cuando su hermano le contó la anécdota de Gauss, quien muy pequeño resolvió lo que se denomina como la suma de los términos de una progresión aritmética, para evitar, como le había pedido la maestra, sumar todos los números del uno al 100.

En Teherán, la directora de la secundaria para niñas Farzanegan, una mujer de carácter fuerte, estuvo dispuesta a todo con tal de ofrecer las mismas oportunidades que se brindaban en las escuelas de varones.

Maryam tuvo la oportunidad de participar en las Olimpiadas de Matemáticas. Ahí conoció a matemáticos y amigos que la inspiraron para entrar a la Universidad de Sharif.

Después emigró a Estados Unidos para continuar con sus estudios. Y allá muchas veces tuvo que explicar cómo es que pudo asistir a la universidad en Irán, a lo que contestaba que si bien es cierto que niños y niñas van a escuelas separadas hasta la escuela secundaria, esto no impide participar en olimpiadas y campamentos de verano que permiten su formación en todos los campos.

Aun así, cuenta que asistió a un seminario informal para prepararse en muchos temas que los estudiantes de Harvard ya tenían desde el high school.

A PESAR DE LOS RECHAZOS

Ahora hay quien le dice el príncipe de las ecuaciones . Artur Avila aportó una capacidad técnica formidable, la ingenuidad y la tenacidad de un maestro en la solución de problemas , según el Congreso Internacional de Matemáticas, que otorga la Medalla Fields.

El interés del brasileño por las matemáticas comenzó a los 13 años, cuando participó en la Olimpiadas Internacionales de Matemáticas para estudiantes de secundaria.

Sus primeras participaciones fueron rotundos fracasos: el adolescente desconocía partes enteras del programa. Pero eso picó su amor propio y lo introdujo por primera vez en el recinto del IMPA, Instituto de Matemática Pura y Aplicada, en Río de Janeiro.

Tras varios intentos, termina ganando la medalla de oro y con ella la atención de Wellington de Melo, profesor en el prestigioso instituto.

A partir de ese momento su periplo se acelera: termina el liceo, ingresa al IMPA y a los 19 años se lanza en una tesis de dinámica unidimensional, que valida en el 2001.

Descubrió París como turista, aprendió francés y se presentó a un concurso del Centro Nacional de Investigación Científica, que lo rechazó en dos oportunidades, pero un investigador francés que conoció en el IMPA le facilita el acceso a un puesto de posgrado en el College de France.

En el 2003 entra finalmente al CNRS, y para el 2008 era el director de investigación, con apenas 29 años. Junto a otros investigadores resuelve en esa época tres de los 15 problemas para el siglo XXI planteados en el 2000 por el matemático Barry Simon.

PASO A PASO

Me gusta hacer matemáticas en la playa, uno camina, intercambia , contó el brasileño a la revista de la CNRS.

Hacer matemáticas para mí es como estar en una larga caminata sin rastro y sin final a la vista , dijo la iraní a The Guardian.

Y ambos tienen la convicción de que si más estudiantes le dieran oportunidad a esta materia podrían descubrir lo excitante que es. La belleza de las matemáticas sólo se muestra a los seguidores más pacientes , dijo Maryam. (Con información de AFP)

nelly.toche@eleconomista.mx

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