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Conaliteg desconoce estatus del programa de libros para secundaria

La directora general de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos declaró que desconoce si la SEP ha decidido excluir a la industria privada del proceso tradicional de colaboración sobre los títulos de este nivel educativo, pero garantizó que, sea cual sea el retraso y la determinación, los libros estarán en las escuelas a tiempo; “Seguimos esperando la decisión", declara Victoria Guillén.

Foto EE: Ricardo Quiroga

Foto EE: Ricardo Quiroga

Restan cinco meses para el inicio del ciclo 2023-2024 en educación básica y apremia el tiempo para el desarrollo de materiales editoriales para las escuelas públicas. El trabajo preparativo, sobre todo en materia editorial, requiere de un extenso ciclo anticipado.

En particular, durante los últimos 60 años, la dotación de libros diversos para nivel secundaria ha sido posible a través de la colaboración entre la industria editorial y la Secretaría de Educación Pública (SEP), o al menos así venía sucediendo hasta el año pasado.

Tradicionalmente, un grupo de editoriales especializadas y afiliadas a la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) participaban de este proceso. Durante el primer trimestre de cada año, la SEP emitía una convocatoria para la propuesta de materiales especializados para este nivel, de esta manera, los sellos editoriales enviaban sus propuestas a las autoridades educativas y éstas elegían y aprobaban una selección para integrar el catálogo de títulos que finalmente se pondrían a disposición de más de 300,000 maestros de todo el país para que estos pudieran elegir los libros más adaptables a sus necesidades.

En los últimos años, una treintena de editoriales han participado y se han beneficiado de este proceso colaborativo de propuesta, selección y distribución de libros educativos para secundaria. En este proceso, la instancia intermediaria entre la SEP y la Caniem ha sido la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg), es decir, es aquella que recibe las órdenes de las autoridades educativas, realiza los pedidos, reúne los materiales seleccionados y debe concretar la distribución nacional antes del inicio de cada ciclo escolar.

No obstante, como este diario consignó dos semanas atrás, el presidente de la Caniem, Hugo Setzer Letsche, expresó la preocupación gremial ante un posible cambio de postura por parte de las autoridades educativas que podría excluir a las editoriales privadas del proceso para el próximo ciclo escolar, puesto que, a esta altura, la Conaliteg ya estaría haciendo las solicitudes para que los materiales elegidos entren a imprenta. Pero nada de esto ha sucedido y la cámara no ha recibido anuncio oficial sobre la decisión de la SEP. Lo que se sospecha, compartió entonces Setzer, es que la SEP estaría elaborando sus propios materiales, un título único por cada grado.

Aparente hermetismo

Este fin de semana, El Economista asistió a la undécima edición de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán, en Mérida, y asistió a la mesa "La Conaliteg a 64 años de su fundación", encabezada por Victoria Guillén Álvarez, directora general de dicha dependencia.

Después de la mesa, nos acercamos a la funcionaria para conocer sus comentarios sobre este aparente rompimiento de la comunicación entre la SEP y la Caniem a pocos meses del inicio del ciclo escolar, considerando que la Conaliteg ha sido el enlace entre ambas partes durante el proceso arriba descrito.

“La Conaliteg únicamente produce y distribuye los libros”, anticipó Guillén ante el planteamiento. “Nosotros únicamente recibimos (indicaciones sobre) lo que tenemos que producir y distribuir. Todo lo demás es responsabilidad de la Dirección General de Materiales Educativos de la Subsecretaría de Educación Básica”, añadió.

No obstante, se le preguntó que considerando que ha sido el enlace ante la Caniem, podría tener más información sobre lo que se fragua en la SEP, dado que la misión de la Conaliteg es entregar los materiales en tiempo y forma, y que el tiempo ya está encima.

A esto, Guillén Álvarez respondió que la Conaliteg será el enlace con la Caniem “siempre y cuando tengamos la información de la Dirección General de Materiales Educativos (…) y seguimos esperando la decisión. Nosotros sólo recibimos instrucciones (…) nada más estamos esperando, pero todo lo demás sigue caminando”.

Se le cuestionó si no habrá un retraso en la entrega de los materiales considerando el meticuloso proceso que merece la selección, impresión y distribución de los títulos antes de agosto próximo.

“En 2021 realizamos 190 millones de libros que llegaron en tiempo y forma. El año pasado, fueron 160 millones de libros, en tiempo y forma. Ahorita nosotros estamos esperando que nos lleguen y saldrán en tiempo y forma”, garantizó, sin embargo, añadió que la Conaliteg y su responsabilidad “es un coloso gigantesco. Se dice muy fácil producir y distribuir, pero producir implica hacer licitaciones públicas nacionales previamente, y las internacionales para la compra de papel y los insumos fundamentales”. Eso sí, explicó que el proceso para los materiales que esta comisión desarrolla desde cero inicia en noviembre del año previo.

A cinco meses del inicio del ciclo escolar 2023-2024, que la Conaliteg no tenga noticias sobre el estatus de los libros de secundaria que se encargará de distribuir, sugiere hermetismo innecesario, un retraso y verticalidad en las decisiones sobre la educación pública.

Indicios sobre la postura de la SEP

Un par de semanas atrás, el director general de Materiales Educativos de la SEP, Marx Arriaga Navarro, participó en la sesión “Libros de texto gratuitos. Avances y retos de una nueva política” dentro de un seminario organizado por el Conacyt. Entonces, declaró:

“Hay empresarios de la educación que no van a dejar este territorio así de fácil, y ese es el gran reto que se tiene, hacer entender a esta gente que se ha dedicado a comercializar la educación, a generar un mercado, a generar una mano de obra barata para la maquila, que dejen de lado a la educación y que permitan que el sueño de la izquierda se haga real, que es que la cultura llegue a todos los niveles socioeconómicos (…) históricamente, las casas editoriales se manejan en la ilegalidad, comercializando con libros de textos sin pasar por evaluaciones algunas. Por eso vemos este fijar posturas ideológicas, segregación racial, discriminación de género, en donde ellos colocan o quitan contenido según sus conveniencias ideológicas, además, el costo de esos libros no está regulado”, aseveró el funcionario.

Libros de texto en números

  • 7,854 millones libros de texto gratuitos producidos y distribuidos por la Conaliteg desde 1960 hasta el ciclo escolar en curso
  • 148 millones de libros producidos por Conaliteg para el ciclo escolar 2022-2023
  • 28.2 millones de libros de secundaria producidos para las diferentes asignaturas para el ciclo 2022-2023
  • 1997 año en el que se incluyen los libros de secundaria dentro del programa de gratuidad de la educación

Hasta un 10% de su costo

La semana pasada, la Caniem expuso que el costo total del programa de compra de libros de texto que benefician a más de 30 mil escuelas secundarias públicas en todo el país es de un estimado de 1,600 millones de pesos, considerando que el precio de venta al Estado por cada título se reduce hasta una décima parte del precio en librerías. El precio promedio para las escuelas públicas por un libro de este tipo, con unas 250 páginas, es de 45 pesos.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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