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Arte e Ideas

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“En México, todos somos tan Tin Tan”

El ‘Pachuco de Oro’ vuelve a su ‘cantón’ en el Museo Kaluz, en la exposición “Tan Tin Tan. Un mexicano del siglo XXI”, con la que conmemora –de agosto a noviembre– el 50º aniversario luctuoso del “artista más multifacético de la época de oro del cine mexicano”, afirma Juan José Soto, co-curador de la muestra.

El próximo miércoles 30 de agosto será Noche de Museos en la Ciudad de México. Una buena oportunidad para visitar el Museo Kaluz, que conmemora el 50° aniversario luctuoso de Tin Tan con una magna exposición que resitúa al artista mexicano más polifacético y popular del siglo XX y lo inserta en el siglo XXI.

En la casona marcada con el número 85 de la avenida Miguel Hidalgo, cruce con Reforma, en el corazón de la ciudad, que fue originalmente un hospicio en la época virreinal, luego una vecindad en la segunda década del siglo XX y finalmente un hotel, nació en 1915 el histrión y cantante Germán Genaro Cipriano Valdés Castillo, apodado Tin Tan, el “Pachuco de Oro”, quien ahora vuelve a su ‘cantón’ en la exposición “Tan Tin Tan. Un mexicano del siglo XXI”.

En ese inmueble descuella ahora el Museo Kaluz, cuya apertura, en plena pandemia de 2020, pasó casi inadvertida, pero  en estos días los visitantes hacen cola.

El Economista recorre la muestra que hace alusión al “primer mexicano del siglo XXI”, como lo describió Carlos Monsiváis, con la guía de Juan José Soto, co-curador, junto con Marco Barrera-Bassols, de esta propuesta museográfica, que destaca por su esmerada investigación historiográfica del personaje y por los recursos lúdicos que ofrece al visitante.

“Sin ser el típico galán, Germán Valdés fue quien más mujeres besó en el cine, quien más películas hizo y el actor más taquillero de su época, y eso nunca se lo han reconocido”, asegura.

“Pese a ser un actor multifacético, y haber filmado más de 100  películas (Cantinflas filmó 56), se ha revisado de una manera muy tímida. Pero fue uno de los pioneros de las corrientes artísticas que configuraron el rostro de la cultura popular del siglo XX y de lo que hoy es el Siglo XXI mexicano”, afirma Soto.

Refiere que exhibir la muestra en el Museo Kaluz tiene un doble significado: primero, porque en ese inmueble nació Germán Valdés, junto con 3 de sus nueve hermanos. Y, por otro lado, porque “desde aquí se abre una nueva historia para el inmueble y para el museo, vinculada a la cultura popular, y además con una fuerza simbólica muy importante porque está geográficamente enclavado en una de las colonias más emblemáticas, con mayor riqueza cultural, como es la colonia Guerrero, que, en términos populares, ha dado mayor aportación. Y eso revitaliza la idea de que el Centro Histórico sigue siendo el corazón de este país”.

Un pachuco antisistema

Juan José Soto explica que Tin Tan surge en el convulso siglo XX, marcado por muchos acontecimientos bélicos, desde la Revolución Mexicana hasta la Segunda Guerra Mundial, y por el surgimiento de muchos movimientos sociopolíticos y culturales que comenzaron a definir las identidades nacionales; por ejemplo, el personaje de pachuco, que Tin Tan retoma de los movimientos de los años 40 en Estados Unidos, y lo  incorpora a la escena cultural underground mexicana, “va chocar con la narrativa oficial que intentaba construir un modelo de identidad nacional en ese momento”.

Y detalla: “Fue un personaje marginado y censurado por el oficialismo de la época. Intelectuales como José Vasconcelos, Salvador Novo, Paula Brook, escribieron muchas columnas muy duras y críticas contra el personaje del pachuco, que de alguna forma desmantelaba esta idea de ‘lo nacional’ y empezaba a anticiparse a esta otra idea de un México pluricultural, multiétnico, plurilingüístico, y allí es donde radica la contemporaneidad de Tin Tan”.

En el México de los años 50 que amaba a Cantinflas, el “peladito” de doble moral que aspiraba a entrar en las élites al tiempo que aleccionaba al pueblo –némesis del pachuco–, “Tin Tan se inserta en el mundo cultural fuera del canon y los sectores más populares se van a sentir muy identificados con él, y va a configurarse una identidad cultural al margen de que la que se promueve desde la esfera oficial. Una identidad que hoy permanece. En México, todos somos tan Tin Tan y a veces no nos damos cuenta, por eso se llama así le exposición”, declara el curador.

El despliegue de la exposición

“La íntima impronta” es el primero de los seis módulos que propone el recorrido de la exposición, que busca recuperar la historia primigenia de Germán Valdés, más que su personaje, nos dice Soto.  Allí se expone su acta de nacimiento original, su pasaporte, su green card, fotos familiares y algunos objetos personales, como su cámara fotográfica.

La muestra continúa con el módulo “Origen disonante y destino melódico”, que narra los primeros pasos de Germán Valdés en el mundo de la música y el espectáculo, desde entonces al lado de su carnal Marcelo (Chávez), imbuido por los movimientos musicales caracterizados por las grandes bandas de jazz, swing y blues, y ligados a las luchas antirracistas en Estados Unidos, en pleno auge del Zoot Suit y las rebeliones de los afrodescendientes y mexicoestadounidenses, de las que tomará la prenda característica de su indumentaria y  su primer nombre artístico como ‘Pachuco Topillo Tapas’, con el que se presenta en el Mason Opera House de Los Ángeles, durante su primera gira por Estados Unidos.

Así llegamos al “Argonauta del humor”, donde se exponen testimonios de su debut como Tin Tan en el Teatro Esperanza Iris en 1942. Sigue la exposición por “Un humor disruptivo”, “El Barco de las ilusiones” y “Tin Tan y su flota”; las dos últimas hacen referencia a Germán Valdés como un artista antisistema, que hace crítica jocosa a los contrastes sociales que empezaba a producir el modelo económico adoptado por México tras la Segunda Guerra Mundial y, por otro lado, al hecho de que, a diferencia de otras figuras contemporáneas del espectáculo, como Cantinflas, Tin Tan siempre fue una propuesta artística colectiva, apunta el curador.

A lo largo de estos núcleos se exponen carteles, fotografías, discos, instrumentos musicales, pinturas contemporáneas, registros sonoros y películas, que dan cuenta de la trayectoria polifacética del Pachuco de Oro.

Las más de 200 piezas exhibidas provienen de acervos públicos y privados de más de 20 instituciones, entre ellas la Fonoteca Nacional, Herederos de Germán Valdés y de la Oficina de Tin Tan, Colección y Archivo de Fundación Televisa, Museo del Estanquillo, Fototeca Nacional del INAH, Fundación María y Héctor García y el Taller Ernesto García Cabral A. C., entre otras.

La exposición se enriquece, además, con un documental que se proyecta en la sala audiovisual del museo, donde además se exhibirá durante toda la muestra –hasta el 27 de noviembre–, diariamente y en tres horarios, una selección de películas remasterizadas protagonizadas por el actor, como “El revoltoso”, “El hijo desobediente”, “Simbad el mareado” y “El rey de barrio”.

La entrada a la exposición y al ciclo fílmico es gratuita. El museo cierra los martes.

Consulte el programa y el micrositio

francisco.deanda@eleconomista.mx

Editor de Arte, Ideas y Gente en El Economista. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestro en Filosofía Social, por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). Especialista en temas de arqueología, antropología, patrimonio cultural, religiones y responsabilidad social. Colaboró anteriormente en Público-Milenio, Radio Universidad de Guadalajara y Radio Metrópoli, en Guadalajara.

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