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Incrementa riesgo de alteraciones neurológicas en bebés por exposición a la Covid-19
Debemos dejar de esperar hasta la etapa escolar para detectar en los niños dificultades en el neurodesarrollo. Hay que actuar por medio de la detección ultra-temprana, afirma la doctora Vania Aldrete-Cortez, investigadora de la Universidad Panamericana.
La doctora Vania Aldrete-Cortez, investigadora de la Universidad Panamericana, encabezó un estudio en el cual se revela que los efectos adversos de la exposición prenatal al coronavirus SARS-CoV-2, van más allá de las consecuencias que este virus puede tener en las mujeres embarazadas y enfoca su atención en los bebés.
El estudio denominado: "Los bebés expuestos prenatalmente al coronavirus SARS-CoV-2 muestran ausencia de movimientos nerviosos y tienen un mayor riesgo de trastornos neurológicos", fue recientemente publicado en la revista científica Plos One. Dicho trabajo señala que el 11% de los neonatos expuestos estudiados presentaron la ausencia de un tipo de movimientos generales denominados fidgety en el periodo que comprende de los tres a cinco meses de gestación, lo que indica un mayor riesgo de desarrollar trastornos neurológicos severos, como parálisis cerebral.
Por muchos años la línea de investigación de la especialista ha estado enfocada al cuidado de los bebés y su neurodesarrollo desde el primer momento de vida. “Cuando llegó la pandemia por SARS-CoV-2 todos buscábamos cómo ayudar. En esos momentos de la primera ola la manera de apoyar era tratando de entender la enfermedad. En mi caso fue desde la experiencia con los más pequeños”.
El estudio se dividió en dos grupos; por un lado 28 neonatos con exposición prenatal al virus, hijos de madres sin ninguna vacuna, que no requirieron cuidados intensivos, y que fueron positivas a la prueba de RT–PCR, además de que la enfermedad estaba activa al momento de la resolución del embarazo y; por el otro, los 28 bebés del grupo sin exposición al SARS-CoV-2. Los investigadores compararon los movimientos generales, y posturas a través de la evaluación detallada del repertorio motor temprano denominado Prechtl.
En entrevista para El Economista, Aldrete-Cortez dijo estar preocupada por los resultados, pues imaginemos transferir estos números a todos los bebés expuestos a Covid-19 en México y en el mundo; pero asegura que aquí la parte más importante es hacer conciencia, “alzar la voz de la urgencia de departamentos de seguimiento al neurodesarrollo, de preferencia en todos los hospitales o al menos en los de ginecobstetricia”.
Dijo que un hospital debe tener la capacidad de detección temprana, pues aunque tal vez no se cambia el resultado, si se pueden lograr intervenciones para aminorar el establecimiento del daño, “si buscáramos esta perspectiva, sin duda tendríamos un país más fuerte en salud”.
Agrega que tenemos que hacer algo para este periodo de la vida, y ese algo serían departamentos de neurodesarrollo en nuestros hospitales, “la relevancia de un departamento así es la diferencia entre una enfermedad incapacitante que durará el resto de la vida o una persona que alcance el máximo desarrollo posible”, para un país como México esto es fundamental y para ello se requiere personal con certificaciones para la detección, dijo que no se trata de algo sumamente costoso y que podría entrar en una verdadera política de salud.
Un marcador muy poderoso
La especialista explica que algo muy interesante es el diseño y características del estudio como herramienta, “por la rigidez con la que se hizo la investigación para tener criterios de inclusión y exclusión que permitieran tener mayor claridad en el resultado de manera relativamente sencilla. La evaluación clínica que se utiliza es muy potente, pues tiene el poder de discriminar estas dificultades arriba del 95%”.
El desarrollo cerebral es un proceso complejo, conformado por ciertos periodos críticos que ocurren principalmente durante la vida intrauterina y el primer año de vida, en donde se establecen el 80% de los déficits neurológicos. Sin embargo, la identificación de posibles disfunciones neurológicas de leves a graves en neonatos es difícil.
Hasta ahora se cree que las infecciones virales congénitas dañan el cerebro neonatal en desarrollo. Sin embargo, aún no estaba claro si los recién nacidos expuestos al SARS-CoV-2 muestran manifestaciones de dicho daño. Para la evaluación del desarrollo neurológico, se ha demostrado que las evaluaciones generales del movimiento son efectivas para identificar indicadores tempranos de disfunción neurológica, incluida la ausencia de movimientos inquietos.
Por ello se utilizaron los movimientos de tipo fidgety, se trata de movimiento endógenos, es decir, que son espontáneos, estos aparecen incluso antes de que aparezca el movimiento intencional y se vuelven un indicador de cómo se está desarrollando el bebé. La ausencia de estos movimientos se considera un marcador fiable con un valor predictivo alto para detectar un posible riesgo a desarrollar déficits neurológicos severos como parálisis cerebral. “En una analogía, podríamos pensar en un bebé con año y medio o dos años, si no levanta la cabeza, algo está mal”.
Este tipo de movimientos son indicadores del funcionamiento de regiones cerebrales involucradas no sólo en el movimiento o conducta motora sino también en el desarrollo cognitivo y emocional y la conectividad entre múltiples regiones cerebrales.
Vania Aldrete-Cortez concluye que parte de lo que nos enseñó la pandemia y como resultado de esta investigación, es “la necesidad de evaluar y cuidar a los bebés desde sus primeros días de vida en el hospital, no sólo a los expuestos al SARS-CoV-2, sino a todos los bebés con factores de riesgo que puedan comprometer su neurodesarrollo”
Ahora lo que seguiría, es hacer un seguimiento con madres vacunadas, pues el estudio se realizó durante la primera ola, cuando aún no existía la inmunización. Probablemente el efecto en madres vacunadas sea menor, pero eso no se puede decir hasta no haber realizado un siguiente estudio.
El estudio es de libre acceso y se puede consultar a través de: https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0267575
kg