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La lactancia materna es una fuente de alimentación irremplazable
En la Semana Mundial de la Lactancia Materna especialistas llaman a reconocer la lactancia materna no sólo para la salud de los bebés, sino también para las madres y la sociedad en general. Invertir en la protección, promoción y apoyo de esta actividad es una prioridad de salud pública que puede salvar vidas y mejorar el bienestar a largo plazo, indican
Con el lema 'Cerrando la brecha: apoyo a la lactancia materna en todas las situaciones', la Semana Mundial de la Lactancia Materna (SMLM) tiene como finalidad reducir la brecha y las desigualdades experimentadas por las madres durante su ejercicio del derecho a la lactancia materna, especialmente en los grupos vulnerables.
La lactancia materna es la forma óptima de alimentar a los bebés, proporcionando los macro y micronutrientes necesarios en el equilibrio adecuado, ofreciendo además, protección inmunológica contra enfermedades. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses de vida, seguido de la introducción de alimentos complementarios mientras se continúa amamantando hasta los dos años o hasta que madre e hijo así lo decidan.
Pero, ¿Por qué se habla de un tema de desigualdad?
Diversos análisis y estudios apuntan a que el índice de abandono de la lactancia durante las primeras 3 semanas es excesivamente alto y señalan como causas más probables la falta de información y apoyo que reciben las madres y sus familias.
De acuerdo con datos de la organización Pacto por la Primera Infancia, la lactancia materna es un asunto de justicia social, porque las mujeres en situaciones de vulnerabilidad, como las que trabajan en el sector informal, enfrentan barreras estructurales que les impiden amamantar el tiempo que desean. En México, el 56% de las mujeres que trabajan lo hacen en el sector informal (ENOE 2024), lo que significa que no cuentan con las prestaciones sociales de los trabajos formales, como son seguridad social, aguinaldo, vacaciones pagadas o protección a la maternidad. La falta de protección social en el sector informal limita el derecho y la capacidad de las mujeres para amamantar, pues a menudo carecen de la flexibilidad y la privacidad necesarias para amamantar o extraer su leche materna.
En contraparte, una adecuada salud y nutrición en niños, niñas, mujeres embarazadas y mujeres en etapa de lactancia puede salvar millones de vidas al año y contribuye a la equidad desde el inicio de la vida al generar las mejores condiciones para el desarrollo de los infantes.
Por esta razón, se deben de hacer esfuerzos para garantizar que todas las mujeres embarazadas tengan acceso al apoyo adecuado y oportunidades para ejercer su derecho a decidir.
En México desde 1974 la licencia de maternidad por embarazo es de 12 semanas, pese a los profundos cambios en la vida social y laboral de las mujeres, no se ha adecuado, por eso se han propuesto reformas a la ley para ampliar las licencias de maternidad de 12 a 24 semanas y que las mujeres elijan cuándo quieren iniciar su periodo de descanso.
En el país, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2021-2022, únicamente 49.2% de los recién nacidos recibieron leche materna en la primera hora de vida y solo 33.6% de los menores de 6 meses, lactancia materna exclusiva, lo que dista de las metas de desarrollo sostenible establecidas para el 2030 que son del 70%. Por otro lado, 27.2% de las niñas y los niños fueron alimentados con Fórmula Comercial Infantil (FCI), seguido por el agua simple (5.5%) y tés o infusiones (4.4%), lo que evidencia las prácticas inadecuadas de lactancia materna en el país.
El alto consumo de FCI sigue siendo el principal obstáculo para alcanzar los estándares internacionales establecidos en materia de prácticas de lactancia materna.
Impacto económico y ambiental
Gabriela Gutiérrez Mendoza, de la Coordinación para la Igualdad de Género (CIGU) de la UNAM, asegura que amamantar es una práctica con impacto económico porque disminuye adquirir fórmulas especializadas, biberones y demás productos, además de que no genera residuos por el envasado o su transporte.
Este enfoque en los últimos años ha cobrado especial relevancia. La lactancia materna es un alimento natural y renovable que representa la forma más respetuosa de alimentación con el medio ambiente en los primeros años de vida. Produce cero residuos y su huella ambiental es mínima.
Por el contrario, la FCI significa el doble de huella de carbono que la leche materna —debido a la producción y procesamiento de leche y aceite vegetal—, el envasado de fórmulas, el transporte hasta el punto de venta, la esterilización, la preparación y la producción de biberones. Según estimaciones de la Red Internacional de Acción sobre Alimentos Infantiles (IBFAN) se requieren más de 4,000 litros de agua para producir un kilo de fórmula infantil y cada año se desechan, al menos en Estados Unidos, 550 millones de latas, 86,000 toneladas de metal y 364,000 kilos de papel procedente de envases de fórmula.
Más beneficios de la leche materna
De acuerdo con Unicef, mantener la lactancia materna exclusiva, sin incluir ningún otro alimento durante los primeros 6 meses de vida, es importante porque favorece el desarrollo sensorial y cognitivo y protege a los bebés contra enfermedades infecciosas y crónicas.
Entre los beneficios específicos de la lactancia materna, la doctora Paola Castillo, vocera oficial de PiSA Farmacéutica, destaca que de manera temprana reduce el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante, ayuda a prevenir el sobrepeso y la diabetes tipo 2 en la infancia y además de contar con un factor protector contra la leucemia infantil, además fomenta el vínculo emocional y el apego entre madre e hijo.
Agrega que se ha demostrado el impacto de manera secundaria en la optimización de los ingresos futuros de los niños, al favorecer el adecuado crecimiento y neurodesarrollo, logrando incrementar el desarrollo de sus habilidades académicas durante sus años de escolaridad. En cuanto a la salud de las madres, la Dra. Castillo explica que aquellas que amamantan tienen un menor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, cáncer de mama, y cáncer de ovarios. “La lactancia materna contribuye a una mejor salud general y bienestar para las madres”.
Por su parte, investigadores de la Facultad de Química de la UNAM trabajan con la hormona de la prolactina, el profesor Marco Antonio Cerbón Cervantes, explica que además de sus aportaciones favorables durante la lactancia, genera una valiosa neuroprotección a nivel del cerebro y cumple funciones determinantes en el neurodesarrollo de las personas.
“En los últimos años se ha podido demostrar que induce neurogénesis en el cerebro y es capaz de proteger contra daño excitotóxico en las neuronas hipocampales.”
Además de su importancia en la producción de leche y el desarrollo de las glándulas mamarias, llega a tener más de 300 funciones que pueden abarcar desde la conducta maternal hasta modificaciones significativas en el sistema inmune y en el sistema nervioso central.
“Lo que sabemos ahora es que tiene funciones relevantes en memoria, aprendizaje, plasticidad sináptica y neurodesarrollo. De esta forma pasa a ser una hormona que tiene importancia desde el punto de vista de la regulación de numerosas funciones, particularmente en el hipocampo, y en otras áreas del cerebro”.
Como conclusión, la lactancia materna muestra el ejercicio de múltiples derechos: que niñas y niños tengan una alimentación sana y gocen de salud; ser cuidados, cuidar y generar procesos de autocuidado de las mujeres; además elegir ser madre y amamantar a su bebé, así lo confirman las expertas de la Coordinación para la Igualdad de Género (CIGU) de la UNAM, además subrayan que esta práctica debe darse en espacios adecuados donde se proteja la intimidad e higiene de la madre y su bebé, se trata de un momento importante para ambos, pues al alimentarlo lo mira, va reconociendo su llanto y expresiones. “En el arrullo cambia la voz, puede ser más tierna, más dulce y eso genera tranquilidad en el niño o la niña, cuando hay las condiciones adecuadas para la lactancia se trata de un acto de plenitud”.