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La megabiblioteca José Vasconcelos pierde rumbo
Más de 10,000 personas piden el regreso de Daniel Goldin a la dirección del recinto.
Conflictos con trabajadores de la Biblioteca Vasconcelos (BV) y diferentes problemas acabaron con Daniel Goldin, director del espacio, quien llegó al puesto en el 2013 con el apoyo de Rafael Tovar y de Teresa, presidente del entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes .
La Secretaría de Cultura informó hace unos días la renuncia de Daniel Goldin “por así responder a los intereses de quien venía fungiendo como director de la Biblioteca Vasconcelos”.
Las autoridades prometieron que la biblioteca operaría 100%, algo que no ha sucedido y donde los problemas con el personal de base, confianza y eventual continúan.
En la BV trabajan 28 personas de base, 57 de confianza, 83 eventuales y 60 de honorarios; algunos ya no fueron recontratados, otros están a la espera y un grupo quiere que se les basifique.
El presupuesto de la BV se distribuye de la siguiente manera: 40 millones 321, 242 pesos se utilizan para mantener al monstruo y 24 millones 516, 211 pesos son para nómina y servicios personales, un rubro que debido a la nueva política de austeridad del gobierno federal se está adelgazando.
Colaboradores y amigos de Daniel Goldin aseguran que el editor renunció por no acceder a los cambios en cuanto a la recontratación de los trabajadores y fue despedido con malos tratos por parte del titular de la Dirección General de Bibliotecas, Marx Arriaga, quien convocó a una reunión al personal de confianza, base y eventual haciendo a un lado al director.
La respuesta de la comunidad cultural ha sido furiosa ante la noticia sobre el abuso a Goldin por parte de las autoridades. El editor es querido y respetado.
Elena Poniatowska escribió: “Si un intelectual ha hecho todo por el fomento a la lectura es Daniel Goldin, director de la Biblioteca Vasconcelos, que ha sabido granjearse el cariño de los trabajadores. Es una infamia que se le maltrate”.
El escritor Enrique Krauze posteó: “Acto de barbarie contra Daniel Goldin, un hombre de larga y limpia vocación cultural y amor a los libros”.
Luigi Amara opinó: “Es una lástima que hayan despedido a Daniel Goldin (¡y a mucha gente más!) de la biblioteca después del admirable giro que había dado la biblioteca”.
Martín Solares arremetió: “La cuarta transformación comete un error tremendo al despedir a tantos promotores e incluso al director de la Biblioteca Vasconcelos. Me extraña que tanta gente tan competente y valiosa que trabaja ahora en el ámbito de cultura sea incapaz de detener esta decisión errónea e injusta”.
Mientras que el editor Diego Rabasa señaló: “Daniel Goldin es una de las personas más inteligentes, sensatas, comprometidas y chingonas que conozco. La Biblioteca Vasconcelos se transformó con su gestión. Y las formas son espeluznantes”.
Por su parte, el curador y critico de arte Cuauhtémoc Medina fue contundente: “Más sobre el caso Goldin: un funcionario que no quiere ser cómplice de recortes laborales, ante un superior cercano a la familia de AMLO. ¡Esto no fue por lo que votamos!”.
10,000 personas con Goldin
Según informes, Daniel Goldin luchó porque se recontratara en febrero al personal eventual y de honorarios, pero no lo consiguió y las quejas de los trabajadores llegaron a los medios de comunicación; cada grupo con su propia versión de los hechos.
Pero hasta ahora, el mismo Daniel Goldin no ha dicho nada sobre el supuesto maltrato o su renuncia a la BV.
Usuarios y simpatizantes firmaron una petición en Change.org que ya supera las 10,000 firmas donde se pide su restitución y un mayor presupuesto a la famosa megabiblioteca.
Un grupo de trabajadores con cerca de 13 años en la biblioteca asegura que hubo dispendio de recursos en talleres y cursos que sólo tomaba el equipo de Daniel Goldin, mientras otro lo defiende y cuenta historias acerca de su administración y la manera en la que ayudaba a la gente en situación de calle, con problemas auditivos y ene general a los visitantes.
A Daniel Goldin se le reconoce el giro que dio a una biblioteca repleta de escándalos y dispendio de recursos en su construcción y que por fin estaba funcionando con cerca de 2 millones de visitantes en el último año.
Lo cierto es que los recortes de presupuesto al INAH, INBA y en diferentes áreas de la Secretaría de Cultura han provocado enojo, temor y angustia entre los trabajadores.