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La necesidad de tener estadísticas con perspectiva de género y los retos para producirlas
El impacto del Covid-19 en todos los sectores es diferenciado entre hombres y mujeres; y obviar estas disparidades no sólo compromete el desarrollo y la recuperación general de los países de la región; también agudizará las desigualdades de género y revertirá el trabajo avanzado en este rubro.
Las necesidades sociales y económicas se han transformado como consecuencia de la emergencia sanitaria por Covid-19. La producción de información oportuna y datos estadísticos es fundamental no sólo para entender lo que pasa a escala global y nacional sino también para implementar políticas efectivas de respuesta a la crisis.
En la inauguración virtual del XXI Encuentro Internacional de Estadísticas de Género organizada por el Inegi, el Inmujeres, la Cepal y ONU Mujeres se enfatizó en la necesidad y urgencia de transversalizar la perspectiva de género en la generación de estadísticas, así como la necesidad de coordinación de las instituciones nacionales con otras dependencias y con sus pares en otros países.
El impacto del Covid-19 en todos los sectores es diferenciado entre hombres y mujeres; y obviar estas disparidades no sólo compromete el desarrollo y la recuperación general de los países de la región; también agudizará las desigualdades de género y revertirá el trabajo avanzado en la materia, coincidieron los participantes.
Ahora más que nunca es necesario producir datos de calidad, innovando en técnicas y aprovechando otras fuentes de recolección para tener panoramas más completos; con la tecnología geoespacial de datos y otras innovaciones técnicas es posible tener información más actualizada. Aquí es donde se deben crear puentes entre la estadística tradicional y estas nuevas métricas, que es fundamental para una recuperación de las economías y sociedades, dijo Cecilia Alemany, directora regional adjunta de la ONU Mujeres para América Latina y el Caribe.
Aunque en las prioridades de los gobiernos está atender la emergencia en términos de salud y economía, es importante que no se deje de lado la producción de información porque los números son la única manera de entender lo que realmente está pasando, de representarlo correctamente y a tiempo y así orientar las políticas a un camino de erradicación de la disparidad de género y otras problemáticas sociales, comentó Mario Cipoli, secretario ejecutivo adjunto de la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe).
Es necesario también que la producción de datos con perspectiva de género no sea sólo en los rubros que se consideran “problemáticas propias de las mujeres” como la violencia feminicida, la discriminación por género, el trabajo doméstico o el uso del tiempo. La perspectiva de género debe extenderse a toda la producción completa de estadísticas e información oficial, dijo Nadine Gasman, titular del Inmujeres (Instituto Nacional de las Mujeres).
Las proyecciones y las estadísticas que se han podido recopilar ya muestran que la población femenina es más vulnerable en la crisis que ha generado el Covid-19; están en las primeras líneas de atención, laboran en los sectores económicos más golpeados, han enfrentado mayor carga de actividades en casa e incluso la violencia familiar contra mujeres y niñas se ha profundizado en el confinamiento. En este contexto es necesario atender esas necesidades desde la estadística, dijo la presidenta del Inmujeres.
“Entonces hay que preguntarnos cuáles son las estadísticas que nos van a permitir implementar políticas de derechos positivos para las mujeres”, dijo Cipoli.
El foco no sólo debe ser visibilizar la necesidad de producir datos, sino enfrentar los retos de tiempo, calidad, fuentes de recolección y coordinación de institutos para que efectivamente la información impacte en las políticas públicas de respuesta a la crisis Covid-19 y que encamine estas políticas a largo plazo en línea con los Objetivos de Desarrollo Social de la ONU.
La producción estadística ya enfrenta grandes retos a partir de la pandemia, en primer lugar y especialmente por la necesidad de innovar y explorar nuevas metodologías y estrategias para recolectar datos evitando el contacto físico y la movilidad. Además hay que garantizar el flujo continuo de la oferta estadística y no perder de vista la perspectiva de género aun con estos nuevos métodos, dijo Julio Alfonso Santaella, titular del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).
La pandemia evidenció las desigualdades entre hombres y mujeres en todos los rubros y con ello la necesidad de integrar la perspectiva de género en la producción de datos y la difusión de los mismos. Se debe presionar para que los proyectos que se han logrado levantar hasta ahora para conocer el panorama de desigualdades continúen y que además se integre la visión de género en todos los programas estadísticos.
Otro de los retos más importantes en la producción efectiva de la estadística es la falta de coordinación entre entidades. En un primer momento, se debe entender que en este contexto es importante contemplar las fuentes masivas de datos como la información geoespacial, el big data o los registros administrativos y tratar de enlazarlos con los métodos estadísticos tradicionales y la información oficial.
Por otro lado, es importante que los departamentos de estadística se coordinen con otras instancias públicas y privadas que trabajan en materia de género, especialmente en la prevención de las desigualdades y la violencia y en la impartición de justicia, dijo Nadine Gasman. En el caso de México, por ejemplo, se han logrado producir datos oficiales que dan cuenta de la violencia feminicida, de delitos por cuestiones de género, de las disparidades en el trabajo del hogar no remunerado o las brechas laborales, pero estos datos no han trascendido a otras dependencias de modo que estas problemáticas no cesan y las víctimas no logran acceder a la justicia.
La perspectiva de género no sólo debe estar en los datos sino en todas las instituciones para lograr encaminar las políticas hacia una sociedad con mayor equidad entre hombres y mujeres. En un contexto de emergencia como el que se vive ahora, lo primero es que las problemáticas sociales (especialmente de género) quedan expuestas y potencializadas; lo segundo es que las autoridades deben reaccionar de manera oportuna para entender las necesidades y atenderlas, y los datos son una pieza clave en este proceso, coincidieron los participantes.