Lectura 4:00 min
¿La vida cultural podrá volver a cifras prepandemia?
El ascenso de la asistencia femenina impulsó la recuperación de la convocatoria cultural en el país durante el último año, dado que la presencia de la población masculina descendió, según datos del Modecult del Inegi.
Buenas noticias. Por tercer año consecutivo, eventos culturales presenciales en el país, tales como las proyecciones de cine, conciertos o presentaciones musicales en vivo, exposiciones, obras de teatro y espectáculos de danza, han mostrado un incremento en asistencia después de haber sufrido un serio declive durante los dos primeros años de pandemia, 2020 y 2021.
Recientemente, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) presentó la actualización correspondiente al 2024 del Módulo sobre Eventos Culturales Seleccionados (Modecult), que año con año mide las cifras de asistencia del público de 18 años o más a los eventos seleccionados que arriba se mencionan, estudio que se aplicó en 32 ciudades con una densidad de más de 100,000 habitantes o más.
Hasta mayo del presente año, un 52.5% de la población adulta asistió a al menos uno de los eventos arriba enumerados, lo que representa un incremento de casi cuatro puntos porcentuales frente al 2023 (48.7), pero también cobra una importancia simbólica si se considera que por primera vez, después de 2019, no había registros de asistencia de la mitad de la población a la cartelera cultural del territorio, entiéndase a partir de la muestra representativa.
Asimismo, ese resultado de 52.5% de asistencia significa un incremento de poco más de 35 puntos frente al aciago 2021, donde, principalmente a causa de los periodos de confinamiento, se registró el punto más bajo de atención presencial de los públicos a las actividades del sector, que fue de 17.3%, es decir que solamente una sexta parte de la población estuvo en posibilidad de atender la limitada oferta fílmica, musical, expositiva, teatral y dancística del país.
Dos panoramas posibles, en manos de las mujeres
El escenario al que abonan los resultados parece halagüeño puesto que es evidencia de que todavía hay margen de recuperación. Pero es necesario observar que en los años precedentes a la pandemia, entre 2016 y 2019, de manera gradual, sucedió un descenso sostenido de más de seis puntos porcentuales, al pasar de 64% de asistencia del público hasta junio de 2016 a 57.8% hasta mayo de 2019.
Con esta evidencia, la pregunta ahora es: ¿la oferta cultural en el país será capaz de recuperar al menos cinco puntos porcentuales como para igualar la cifra dada en 2019? Sin duda, la respuesta estadística del próximo año ofrecerá más pistas sobre el rumbo de la asistencia a las expresiones artísticas consideradas por el estudio: si todavía pueden crecer hasta igualar e incluso superar los números prepandemia o bien, si después de haber tenido un remonte natural que se fue dando a la par de que el maremagnum de sinsabores sanitarios, políticos, presupuestales, de proveeduría, entre otros, vuelve a haber un bajón que no haría más que confirmar la tendencia decreciente que ya se desarrollaba en el periodo previo al 2019.
Dentro de estas consideraciones, es necesario señalar que fueron las mujeres quienes impulsaron la recuperación del último año puesto que pasaron de un registro de asistencia de 44.6% en 2023 a 52% en 2024, mientras que el interés reflejado en asistencia de los varones descendió ligeramente de 53.5 a 53.1 por ciento.
Por si esto no fuera un indicio sólido, también destaca el crecimiento exponencial de la presencia femenina en los eventos culturales con prácticamente 16 puntos porcentuales remontados en dos años, mientras que la asistencia masculina creció solamente seis puntos en el mismo periodo.
De este parangón surge otro planteamiento: siendo 2024 el año en el que ha habido el márgen más cerrado entre la asistencia del público según los géneros, del 53.1 contra el 52%, ¿podrán las mujeres decantar para sí, y por primera vez, la balanza de los públicos que atienden la oferta cultural en el país? ¿Qué tanto influyen los cambios de criterio en las políticas de programación de los recintos culturales, las perspectivas de género y los temas fértiles que antes no eran de consideración dentro de los contenidos creativos? Seguramente son y serán definitorios.