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Arte e Ideas

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Los libros buscan triunfar en el cine, en el FICG

El Pitch Literario celebra su tercera edición en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara. En esta edición, representantes de cuatro editoriales buscan convencer a decenas de cineastas para comprar los derechos de su obra. Como un Shark Tank, pero editorial.

En este lugar, en unos cuantos minutos, diez como máximo, el destino de un libro puede cambiar definitivamente. Y ese cambio rotundo, es de esperarse que para bien, depende de la velocidad y verosimilitud con que se transmite de manera oral.

Depende de la persona que cuenta su trama si es lo suficientemente clara como para detallar en menos de diez minutos por qué es ideal para adaptarse a la cinematografía, si tiene los elementos necesarios como para cautivar a grandes audiencias, interesarlas, intrigarlas.

Estamos en el Café-Concert del Conjunto Santander de Artes Escénicas, un espacio multiusos con un pequeño escenario vecino de la Cineteca FICG, donde se lleva a cabo el grueso de las actividades del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG). Durante los días de duración del festival, este espacio se utiliza como la sede principal del programa de industria, cuyos grandes protagonistas son los cuatro pitches que convocan a un público variopinto y entusiasta dispuesto a escuchar a quienes se suben a contar una historia con la esperanza de enganchar a unos cuántos interesados en adquirir los derechos para una adaptación fílmica. Es como un Shark Tank pero sobre cine.

Este año los cuatro pitches programados son el de Escuelas de Cine; el de Terror, Ciencia Ficción y Fantasía, el Literario y el de Videojuegos. Estamos en el Pitch Literario. Es uno de los eventos más disfrutables del programa de industria, considerando que incluso hay una happy hour en la que tanto los productores y cineastas dispuestos a escuchar a los ponentes, y los editores o representantes de los sellos se pueden tomar un tequilita totalmente gratuito mientras se sientan a escuchar o se acercan para preguntar más detalles sobre la historia presentada.

De la ciencia ficción a la novela negra

Son cuatro los sellos editoriales que desfilan por las tarimas del pitch este año, en este orden: Paraíso Perdido, Anagrama, que debuta este año; Penguin Random House y Planeta. Cada uno de sus representantes, sin importar el tamaño de la editorial, tienen el mismo tiempo para presentar sus historias; deberán administrarlo bien si pretenden presentar uno, dos o los libros que deseen.

Se cuentan relatos de géneros como la novela negra, el neogótico latinoamericano, el drama, el romance, el erotismo. Algunos relatos provocan las carcajadas o las ovaciones de los varios presentes dispuestos a llevarse de aquí un nuevo y prometedor filme. Están presentes productores y realizadoras de todo el continente. A lo que vinieron, como dice el meme, es a esto, a llevarse nuevas ideas, nuevas colaboraciones y, con suerte, una historia bajo el brazo que, de alguna manera, ya tiene a un público cautivo en los lectores de la obra, es cosa de ofrecer fidelidad o bien proponer un ángulo estético que sume al relato, y así evitar la condena de quien se aventura en una adaptación que no enganche con su público más fiel.

Paraíso Perdido está representado por Joaquín Peón Iñiguez y Antonio Marts. Han decidido dar santo y seña sobre un cuento de misterio, ciencia ficción y horror contenido en el libro “Cuando las luces aparezcan” (2020), de Roberto Abad, que nos deja escudriñar en la historia de un joven que, por una serie de cirunstancias igual de extrañas, termina en un pueblo habitado únicamente por gente mayor, pero descubre que esto se debe a las perversas intenciones de algunas personas que drenan la juventud de personas como él.

Por su parte, Lluisa Matarrodona, representante en México de Anagrama, sello debutante en este pitch, se apura para presentar, con toda efectividad, dos novelas. La primera, “Black, black, black” (2010), el primer título de una trilogía detectivesca, de novela negra, un género que ha enriquecido la literatura en nuestra lengua, autoría de la española Marta Sanz, una de las nuevas estrellas de la literatura en nuestra lengua, bastante prolífica.

La segunda obra,  “El sótano” (2023), de la también ibérica Begoña Huertas, la historia de una mujer que voluntariamente se ingresa en una clínica psiquiátrica de lujo, dado que ha sufrido un brote sicótico de considerarse, por lo que decide internarse para averiguar qué lo ha provocado, pero no se espera toda la maraña de situaciones que se le volcarán encima.

En su turno, Penguin Random House presenta dos novedades editoriales: “Amores adúlteros” (2007), de Beatriz Rivas y Federico Traeger, y “Dime que no es cierto” (2023), de Francisco Martín Moreno, por cierto, quien es pareja de Rivas. Se trata de dos historias pasionales, donde el sexo es un eje omnipresente y cuyo relato convence rotundamente a productoras, directores y demás gente de cine de todo el continente reunida en este lugar, mientras se toma un coctel totalmente gratuito, gracias al patrocino de una conocida marca de tequila.

Planeta, finalmente, presenta la novela “Cara de liebre” (2020), de Liliana Blum, una historia de “seducción, venganza y misterio”, donde la noche es parte integral de la trama, protagonizada por Irlanda, una joven jóven y atractiva con paladar hendido y quien guarda un secreto bastante angustiante. Por el día es una maestra de literatura, mientras que por la noche es una mujer fatal. Planeta también introduce a la historia de “El amor acaba” (2024), de la chilena Carmen Galdames.

“Nosotros tenemos las historias, ustedes tienen las herramientas necesarias para llevarlas a la pantalla”, dice la representante de Planeta, y refiere que Liliana Blum es una de las autoras más prometedoras de la literatura latinoamericana. Dice que su obra “va en la línea de Mariana Enríquez”. Y no es la primera vez en que la autora de horror por excelencia para la literatura contemporáneo en nuestra lengua es mencionada en este pitch. Seguramente todo el mundo desea adaptar las historias de Enríquez, y con toda probabilidad le preguntarán a Anagrama cuál es el estatus de las obras de la autora de horror argentina.

Vale la pena verlas en la pantalla

Durante el pitch se comparten comentarios sobre el estatus de ambas industrias, los intereses en común, las ventas, las y los autores que, por su propio nombre y trayectoria, ya son una garantía de ventas. Eso sí, spoiler alert: en este pitch no son mal vistos los spoilers, al contrario, los escuchas quieren saber más sobre la historia, conocer el desenlace, acercarse, indagar más sobre los detalles.

La participación de todas las editoriales participantes culmina con un gran aplauso. Los presentes han mostrado el interés por alguna de las líneas narrativas presentadas en el encuentro que, pese al completo desenfado con el que se gestó, está ya consolidado como una incubadora de proyectos fílmicos, como un puente de enlace entre las dos disciplinas narrativas por excelencia.

El director boliviano Sergio Vargas, a quien se le veía entusiasmado con la historia sobre la obra de Roberto Abad, se aproxima a los editores de Paraíso Perdido.

“Personalmente, me encanta el género de ciencia ficción y como director escucho, pienso y me imagino todo lo que nos exponen las editoriales. Hay muchos proyectos muy chéveres. De algunos adiverto que pueden ser muy difíciles de producir, pero también creo que vale la pena explorarlos en el mundo del cine, porque las historias escritas ya tienen una comunidad construida de lectores que ya conocen la historia y a sus personajes”, declara Vargas a este diario.

Por su parte, la productora venezolana Gabriela Gutiérrez comenta: “Definitivamente, son esenciales esos minutos que tienen los ponentes para presentar sus libros. Yo soy una persona muy perceptiva, muy sensorial, y puedo identificar cuando una historia es buena en unos cuántos segundos. Algunas editoriales fueron más redondas que otras a la hora de hacer su pitch. En particular, me atraen dos historias de dos diferentes sellos y estoy por abordarlos porque quiero ahondar un poco más de las historias”.

A unos metros de distancia, los editores de Paraíso Perdido se organizan para atender a quienes se interesan en el cuento de Roberto Abad. Esta editorial es una de las que participan en este pitch desde el primer año, y no han dejado de estar presentes desde 2022, año de la primera edición.

Hasta ahora, comenta Joaquín Peón Iñiguez, no ha fructificado una producción audiovisual, “pero estamos en un diálogo constante. Hoy se nos ha acercado gente de distintos países interesada en adaptar la historia. Una vez que se acercan, se programa una cita, pero a veces lo podemos lograr aquí mismo y ahí se hacen preguntas más a detalle, sobre derechos y dineros. Nosotros, siendo una editorial independiente, con tanta cercanía con los autores, nos permite mucha libertad”.

Los libros de pitch

“Cuando las luces aparezcan”

Roberto Abad (2020)

Paraíso Perdido

“Black, black, black”

Marta Sanz (2010)

Anagrama

“El sótano”

Begoña Huertas (2023)

Anagrama

“Amores adúlteros”

Beatriz Rivas y Federico Traeger (2007)

Alfaguara

“Dime que no es cierto”

Francisco Martín Moreno (2023)

Alfaguara

“Cara de liebre”

Liliana Blum (2020)

Seix Barral / Planeta

“El amor acaba”

Carmen Galdames (2024)

Emecé / Planeta

Las historias escritas ya tienen una comunidad construida de lectores que ya conocen la historia y a sus personajes”,

Sergio Vargas, director de cine (Bolivia)

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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