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Mil días de alimentación adecuada, clave para el crecimiento infantil

Especialistas aseguran que amamantar puede disminuir la muerte prematura en menores de cinco años.

La nutrición en los primeros 1000 días de la vida de todo ser humano marcan las bases para una vida sana en el futuro. Promover una ingesta adecuada de nutrientes esenciales para asegurar que esto ocurra es la tarea de los profesionales de la salud, aseguró la doctora Sydney Greenawalt, pediatra especialista en nutrición clínica. Si todos los niños de cero a 23 meses estuvieran amamantados de forma óptima, cada año se podría salvar la vida a más de 820,000 menores de cinco años.

“Para que un ser humano alcance su máximo potencial en la vida, requiere de buena nutrición, estimulación y cariño. En realidad es muy poco lo que se necesita, pero esto marca de por vida el proceso, pues aunque puede haber compensaciones posteriores, los cimientos son fundamentales”, confirmó la especialista durante su conferencia dictada en el lanzamiento de Nutricia, productos alimenticios para infantes.

Explicó que de eso se tratan estos 1000 días, de asegurarse de que este ser humano va a poder enfrentar problemas a futuro y gozará de buena salud. Sin embargo, esto no ocurre para todos, el problema es serio; a nivel mundial 155 millones de niños sufren retraso del crecimiento; 52 millones presentan peso bajo para su talla; 41 millones tienen sobrepeso u obesidad; y lo peor, 45% de las defunciones en niños (2.7 millones) se asocia a la desnutrición.

Como elemento clave para combatir el tema, está la lactancia materna, “es la mejor opción, sin duda”, incluso rumbo al 2025 la Organización Mundial de la Salud ha establecido una meta de lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida de 50%;  pero muchos factores pueden comprometer su administración, en ese caso es fundamental que los padres cuenten con orientación sobre las alternativas adecuadas de parte de los especialistas ya que existe mucha ciencia para alcanzar una salud adecuada”, aseguró la especialista.

Y es que hablar de fórmulas para alimentar a los pequeños no es cosa menor, a últimas fechas se ha satanizado el tema, pero cuando entendemos que en México la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida pasó de 22.3% en 2006 a 14.5% en 2012, cambia la perspectiva y obliga a hablar de las opciones; “tenemos que aprovechar la ciencia y la oportunidad de esta evolución para lograr lo necesario”.

Y no sólo eso, existen requerimientos especiales de nutrición a causa de trastornos funcionales digestivos, como alergias a la proteína de leche de vaca u otras alergias alimentarias, también hay retardo del crecimiento, desnutrición, aumento del requerimiento nutricional, o madres con padecimientos como VIH, entre otros problemas que deben ser resueltos en los primeros dos años y medio de vida.

Las características nutricionales

La nutrición es uno de los factores ambientales que más va a determinar el crecimiento y el desarrollo de un niño, “sí, sí somos lo que comemos”, enfatizó la doctora Greenawalt. La mala calidad y cantidad de nutrientes causa efectos permanentes en el desarrollo, ¿cuáles son algunos de ellos? El hierro, que en los primeros años de vida tiene que ver con la formación del cerebro, neurotransmisores, el hipocampo, la memoria y con la mielina, que cubre los nervios y hace que la información pase rápido. Sin hierro suficiente en los primeros años de vida, 20 años después está demostrado que hay déficit cognitivo y motor.

El zinc tiene que ver con el funcionamiento del sistema inmune, es un cofactor imprescindible en más de 200 enzimas y antioxidantes; implicado en la neurotransmisión hipocampal y clave en la neurogénesis, maduración y migración neuronal.

Macronutrientes, que son los carbohidratos, que dan energía inmediata; proteínas, que dan estructura; y grasas, para generar además de estructura, función y energía.

En cuanto a vitaminas, la vitamina A actúa en la expresión genética, diferenciación celular, percepción visual, crecimiento y desarrollo óseo. Folatos, que trabajan en la síntesis de nucleótidos, integridad de DNA, proceso de metilación, producción y mantenimiento de células, producción de glóbulos rojos y transcripción. Vitamina B12 para formación de glóbulos, elaboración de ADN. Vitamina B3 (niacina) reparación de ADN, formación de neurotransmisores, reacciones que generan energía y síntesis de hormonas. Esto, por mencionar algunas.

Como un ejemplo; el cerebro a los dos años alcanza 85% de su tamaño, el chiste es estimular esa cabeza y asegurarnos de que el desarrollo intelectual está ahí. Del mismo modo, la maduración inmune se da durante este periodo.

nelly.toche@eleconomista.mx

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