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Otro sismo en 19S, ¿qué explicación da la ciencia?

Tres temblores han sacudido al país el mismo día: 1985, 2017 y ahora 2022. Tomar los simulacros con seriedad, piden los especialistas, pues aunque la probabilidad de que esto se repita es muy baja, existe

MEXICO-EARTHQUAKE

MEXICO-EARTHQUAKEAFP or licensors, AFP

19 de septiembre es una fecha importante para todos nosotros en función de los sismos. Por ello la población tienen que estar muy consciente de lo que tiene que hacer, de que vivimos en un país sísmico y tenemos que actuar en consecuencia”, 

Dr. Rodolfo Luis Quintanar Robles, geofísico.

Este 19 de septiembre, nuevamente se registró un sismo de magnitud 7.7 (Mw) a las 13:05 horas (tiempo del centro de México), con epicentro a 63 km al sur de Coalcomán, Michoacán. El temblor, de poco más de 45 segundos de duración y seguido por 408 réplicas a lo largo del día, la más intensa de magnitud 5.3 de acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional (SSN), hizo que reviviéramos momentos de incertidumbre y de muchas preguntas, pues coincidentemente ocurre después del Simulacro Nacional 2022 que se realizó a las 12:19 horas.

¿Qué dice la ciencia?  

Especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México y el SSN concuerdan en que no es más que una “desagradable coincidencia” que un temblor ocurra el día del simulacro, pues desde el punto de vista estrictamente técnico no existe la certeza y mucho menos la probabilidad de que los sismos ocurran el mismo día. Aun así, explican que se pudiera estudiar a detalle este fenómeno que ha ocurrido el mismo día del año en tres ocasiones y otros más que también son interesantes para la ciencia.

El doctor Rodolfo Luis Quintanar Robles, secretario académico del Instituto de Geofísica de la UNAM, dijo a El Economista que se pueden abrir líneas de investigación, “de hecho la ciencia es eso, un continuo buscar en los orígenes de los fenómenos; este es un fenómeno bastante interesante que merece ser estudiado de una manera muy formal, metódica y no desde la especulación. Esto va a abrir nuevas preguntas que van a merecer respuestas más apropiadas”.

Mientras eso sucede, lo que sí se puede decir es que los sismos se disparan generalmente cuando hay una liberación de esfuerzos producidos en una zona aledaña, por ejemplo, el 14 de septiembre hubo un sismo de magnitud 5 en las costas de Guerrero frente a Petatlán y es posible que ese sismo haya liberado esfuerzos que den por consecuencia un movimiento de las placas tectónicas, Oceánica y Norteamericana, y que haya disparado el sismo. “De manera categórica, no existe una relación causa–efecto entre un sismo que ocurra, por ejemplo, en China, a uno que ocurra en México, pero puede haber una relación de disparo del sismo en la misma zona y sus movimientos”.

Quintanar Robles explica que en esta ocasión se trata de un sismo de subducción, es decir, producto de la subducción de la placa Oceánica o Cocos bajo la placa de Norteamérica a 15 km de profundidad. Dadas sus características es muy probable que produzca una gran cantidad de réplicas, en ese sentido es importante hacer notar que esto seguirá pero con una tendencia a disminuir su intensidad.

Víctor Hugo Espíndola Castro, investigador del SSN, agrega que todos los sismos que se generan por rompimiento en las fallas, en particular estos de subducción, generan dos tipos de ondas (de compresión y transversales)  y dependiendo en dónde nos encontramos y qué tan grande sea el sismo, podremos sentir ambos efectos: Las de compresión son más conocidas como movimiento trepidatorio y las transversales como oscilatorio. “En el caso de un sismo como el de hoy se pueden sentir ambos efectos”. 

¿Qué otras respuestas ofrecen los científicos?

Los especialistas respondieron a una serie de cuestionamientos que son frecuentes entre los mexicanos.

—¿El clima influye en los sismos?

En este tipo de sismos muy fuertes, las lluvias o la cuestión meteorológica no tienen nada que ver con los esfuerzos internos a decenas de kilómetros bajo nosotros y que son áreas extensas. Están más bien sujetos a la dinámica interna de la Tierra. Cuestiones meteorológicas están involucradas en la superficie y el subsuelo, como agrietamientos. 

Hay estudios en diferentes partes del mundo, aunque no se ha reportado de manera contundente, donde se han tratado de asociar fenómenos hidrometeorológicos con la ocurrencia de sismos. Se ha dado como una posible explicación sobre hidratación entre las placas que producen que se favorezca el deslizamiento y una ruptura. Sin embargo, son estudios que están en progreso y hay mucha controversia aún.

—¿Los sismos se pueden predecir?

Hasta ahora no existe un método de pronóstico, pues son técnicas demasiado generales que no aplican al fenómeno sismológico. Esas técnicas se aplican tanto a los picos de la pandemia de covid, como a la ocurrencia de huracanes, en ese sentido no podemos considerarlo válido. 

Por otro lado, al observar todo el catálogo sísmico desde 1900 se han presentado temblores mayores de 7 grados en todos los meses, ciertamente la probabilidad de que ocurra el mismo día es muy baja, es como sacarse la lotería tres veces, pero que una probabilidad sea pequeña no quiere decir que no pueda ocurrir, tan es así que hoy pasó.

—¿Por qué fue cambiando la estimación del nivel de magnitud del sismo?

La magnitud no es una medición directa, es una estimación que se obtiene a partir de los datos sísmicos. Primero se obtienen datos preliminares con un algoritmo que simula con pocas series y segmentos de registro, un número, por eso se van dando ajustes. Al final quedó en 7.7 de magnitud.

—¿La estadística puede responder a las coincidencias en los sismos del 19S?

Todos los datos obtenidos en estadística son una recolección, organización, estructuración, análisis y presentación, pero hay que tener en cuenta en qué contexto se dan. Por ejemplo, si tomamos en cuenta un periodo más largo de tiempo, se puede ver que la mayoría de los sismos no ocurren en septiembre sino en otra época del año, es decir, para analizar el fenómeno sísmico, desde un punto de vista estadístico, tiene que considerar periodos muy grandes de datos.

—¿Qué recomiendan a la población?

Que tengan conciencia de que vivimos en un país sísmico y debemos estar preparados. Es importante participar en los simulacros y saber que al vivir en una zona sísmica tenemos que construir mejor, esas serían las principales conclusiones.

Las placas tectónicas se están moviendo de manera continua, una con relación a la otra permanentemente, de tal manera que el fenómeno de fricción entre las placas siempre está ocurriendo y eventualmente esa fricción puede llegar a romper la interfaz entre esas dos placas, eso es lo que libera la energía que se traduce en un sismo.

nelly.toche@eleconomista.mx

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