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¿Qué es eso de la “ecoansiedad”?

Los jóvenes son los más afectados por la ecoansiedad, pues son quienes se muestran más preocupados por las condiciones del lugar que habitarán por el resto de sus vidas.

Foto EE: Shutterstock

Foto EE: Shutterstock

Las personas que se preocupan constantemente por las situaciones ambientales del planeta o que consideran que sus esfuerzos para preservar la naturaleza son nulos y poco fructíferos, son considerados como gente con ecoansiedad.

¿Qué es la ecoansiedad?

“Se manifiesta por medio de una preocupación creciente, miedo o estrés constantes en relación con cuestiones ambientales, generando cambios en el comportamiento, como centrarse en actividades para protegerse de ciertos elementos del ambiente o dejar de hacer otras por temor a peligros en el entorno”, asegura Javier Urbina Soria, responsable académico de la Residencia en Psicología Ambiental de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Por su parte, Ingrid Vargas Huicochea, profesora del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina, explica que no es necesario que los individuos hayan vivido de manera directa algún desastre ambiental, como un tsunami o un incendio, basta con que vean en las noticias información sobre estos hechos para que tengan pensamientos catastróficos.

¿Estrés fisiológico?

La ansiedad es una combinación de lo psíquico y lo fisiológico. Por ejemplo, indica Javier Urbina, la ecoansiedad genera estrés fisiológico, lo que ocasiona que disminuyan las defensas, se alteren los sentidos y haya una modificación de la temperatura corporal. Aunque en la mayoría de las veces son sensaciones momentáneas, pueden ir incrementando su frecuencia y duración hasta llegar a ser crónicas; porque para algunas personas observar el estado general del planeta se convierte en una situación estresante de gran potencia.

Síntomas de ecoansiedad

“Las señales que indican que los individuos tienen problemas de salud mental debido a situaciones ambientales incluyen pensamientos obsesivos acerca del tema que se pueden presentar constantemente; ver las cosas de manera catastrófica, sin buscar soluciones; y, dentro de las más graves, está el tener pesadillas o reacciones físicas intensas respecto a situaciones desencadenantes, como exponerse al calor o ir a las playas donde han habido huracanes, lo que causa que aumente la frecuencia cardiaca o la respiración comience a ser más rápida”, afirma la también coordinadora de Investigación del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental.

Desesperanza e impotencia

Urbina Soria precisa que los jóvenes son los más afectados por la ecoansiedad, pues son quienes se muestran más preocupados por las condiciones del lugar que habitarán por el resto de sus vidas, a diferencia de otras generaciones de mayor edad. Esto les puede generar además de ansiedad, estrés postraumático y depresión.

En ocasiones, aunque los jóvenes realizan acciones en beneficio del ambiente, no mejora su situación, pues al no ver cambios notorios o inmediatos consideran que no están contribuyendo lo suficiente; por lo anterior, se sienten desesperanzados e impotentes, lo que ocasiona que su ansiedad no desaparezca y es necesario que sean atendidos por especialistas de la salud mental.

Soluciones para la ecoansiedad

De acuerdo con el especialista en Psicología ambiental, en algunos casos la realización de actividades a favor del planeta obedece a una búsqueda de notoriedad o publicidad, en el caso de instituciones públicas o privadas; por fortuna, la mayoría de las veces van acompañadas de una real convicción de que el planeta está dañado y la búsqueda de opciones para remediarlo.

Para el académico una forma como se puede combatir la ansiedad en este grupo de edad es desempeñar un papel activo y formar parte de programas de mejoramiento ambiental en su comunidad, cualesquiera que sea la índole concreta, como limpieza, siembra de árboles, mantenimiento de áreas verdes y cuerpos de agua y sensibilización de vecinos, entre muchas otras.

No obstante, la profesora Vargas Huicochea recomienda que para combatir la ecoansiedad se pueden hacer meditaciones, limitar la exposición a las redes sociales (sobre todo las que manejan contenido amarillista), participar en estrategias ecológicamente conscientes para el autocuidado como los productos que usamos. Pero, si la sintomatología persiste es necesario acudir a valoración por un especialista en salud mental.

(Con información de la UNAM)

 

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