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Sargazo: UNAM advierte riesgo en el Mar Caribe

Sólo en Puerto Morelos, el sargazo acumulado en 2018 podría llenar 300 albercas olímpicas, aseguran especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México.

El sargazo pone en riesgo al Mar Caribe tal como lo conocemos hasta ahora, alertan investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes precisaron que las aguas color turquesa, playas blancas y gran diversidad de especies animales y arrecifes coralinos están siendo gravemente dañadas por la presencia de esta planta marina, que ha repuntado en los últimos años y ante lo cual las autoridades gubernamentales han hecho esfuerzos erráticos, por lo que urge que el país cuente con una agencia oceanográfica, señalaron los académicos.

Al sargazo se suman la falta de oxígeno, la mala calidad del agua y la producción de sustancias químicas advirtió Brigitta Ine van Tussenbroek, investigadora de la Unidad Académica Sistemas Arrecifales Puerto Morelos del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la Universidad Nacional.

“Atender esta problemática es un reto multidisciplinario y multisectorial. Se requiere de investigación y coordinación entre académicos y los gobiernos federales y locales, la participación de hoteleros, empresarios del turismo e industriales para que procesen y aprovechen el sargazo”, señaló van Tussenbroek.

En una charla con medios de comunicación en el Instituto de Geografía de la UNAM, un grupo de expertos ofreció un análisis sobre la problemática del sargazo en el país.

Martha García Sánchez, de la Unidad Académica Sistemas Arrecifales Puerto Morelos del ICML, indicó que el sargazo está formado por especies pelágicas que tienen su ciclo de vida en la columna de agua. No está reportado que tengan reproducción sexual, son especies clonales y por eso se reproducen aceleradamente.

México, sin una agencia oceanográfica nacional

Jorge Zavala Hidalgo, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA), expuso que el origen del sargazo es externo y no un asunto local de las costas mexicanas; abarca todo el Caribe, incluso el Atlántico ecuatorial.

“Sus causas parecen una combinación de procesos y son tema de investigación por ser un asunto muy complejo. El hecho es que hemos tenido repuntes de sargazo en 2011, 2015, 2018 y 2019”. Para abordar el problema se tienen que combinar acciones de corto plazo necesarias para mitigar el impacto y remover el sargazo, con labores de largo plazo, enfocadas a la investigación y monitoreo.

Zavala subrayó que su grupo del CCA tiene experiencia en modelación y sistemas de pronóstico que pueden indicar hacia dónde se dirige y en cuanto tiempo puede llegar, así que podrían participar en esta área.

“En otros países existe una institución que atiende aspectos oceánicos y se relaciona con las instituciones académicas: el Programa Copernicus en la Unión Europea y la agencia oceánica y atmosférica en Estados Unidos. México no tiene una agencia oceanográfica nacional y es un vacío muy grande, por lo que hay una respuesta errática de las instituciones gubernamentales, que deberían ser incluyentes”, consideró.

Alternativas

Rosa Elisa Rodríguez, también de la Unidad Académica Sistemas Arrecifales, comentó que se centra en desarrollar bases de datos sobre el volumen del sargazo que llega a costas de Quintana Roo.

“No teníamos registros de la cantidad que llega, y sin ese dato es difícil tener programas de manejo adecuado, desarrollar una industria y tener sitios de disposición habilitados”.

En septiembre de 2015 contabilizaron dos mil 500 metros cúbicos de sargazo por kilómetro de playa, y en 2018 (la base de datos más completa) se juntaron aproximadamente 275 mil metros cúbicos en seis kilómetros de playa de Puerto Morelos.

“Si extrapolamos a los 17 kilómetros de todo el municipio, eran casi 800 mil metros cúbicos, equivalentes a trescientas albercas olímpicas de 50 metros por 25 metros de profundidad”, detalló.

Rodríguez indicó que en Quintana Roo ya hay algunas industrias que utilizan el sargazo de manera piloto. Hay una fábrica de alginatos (productos que se usan en la industria alimenticia), otra de fucoidanos (para la industria farmacéutica), y algunos lo mezclan con polímeros para hacer platos y vasos desechables. También hay una iniciativa para calentadores solares, casas de adobe y sargazo, biocombustibles y una patente para hacer papel. “Falta escalar de la planta piloto para poder usar esos grandes volúmenes que están llegando”.

Monitoreo desde el LANOT

Gabriela Gómez Rodríguez, del Instituto de Geografía (IGg) mencionó que con el Laboratorio Nacional de Observación de la Tierra (LANOT) se puede ayudar a monitorear el sargazo.

Esta entidad recibe información satelital, la procesa y distribuye. “Damos alertas tempranas a muchas instituciones relacionadas con distintos fenómenos, y se pueden detectar los manchones de sargazo”.

Raúl Aguirre Gómez, también investigador del IGg, destacó que en este equipo se detectan parámetros fundamentales para entender el fenómeno, como la temperatura del mar y la cantidad de clorofila asociada al sargazo.

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