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Arte e Ideas

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Un cruce de caminos literarios

Representantes de la industria editorial (desde escritores hasta writing coaches) de tres países se juntan en un esfuerzo de mezcla cultural.

La primera edición tuvo 26 participantes y todos eran gringos . Para la octava esperan a 260, y muchos de ellos mexicanos.

Es el Festival de Escritores de San Miguel de Allende o San Miguel Writers’ Conference, un encuentro literario que, más que bilingüe, aspira a lo transcultural.

En una charla, Susan Page, fundadora y directora de este encuentro al que acuden representantes de Estados Unidos, México y Canadá, y Carmen Rioja, la responsable de la parte en español, explican en qué consistirá la octava edición (que ocurrirá del 13 al 18 de febrero) y su participación récord de mexicanos, como ponentes y como talleristas.

Muchos invitados son mexicanos…

Susan Page. El punto central de esta conferencia es que en EU existen muchas en inglés, pero en ésta se trata de que sea realmente bilingüe y transcultural. Necesitábamos que hubiera más escritores mexicanos.

Carmen Rioja. Y no sólo escritores (van Juan Villoro, Rosa Beltrán, Jorge F. Hernández, Guadalupe Nettel, Fabrizio Mejía Madrid y Araceli Ardón), hemos invitado a algunas personas que profesionalmente están en el negocio editorial (como el editor Guillermo Quijas y la antologadora y promotora Paola Tinoco) porque los escritores quieren ser publicados.

Sé, por mi experiencia en la séptima edición (a la que asistieron editores independientes, agentes, book doctors y writing coaches) que el mundo de la publicación en inglés es mucho más diverso y mucho mejor negocio que en español…

SP. Es cierto, en especial por la idea del agente literario. En México nos es una figura común, los publishers (quien publica el libro, una persona distinta a quien lo edita) tratan directamente con el escritor. En Estados Unidos la figura de los agentes ha crecido desde el siglo XIX porque se sintió la necesidad de que alguien mediara entre el publisher y el escritor. Es como un réferi.

Como autor no tienes que meterte en los negocios, es asunto del agente. Yo, como autora, no pienso en eso. Mi agente sólo me manda mi cheque por correo y yo me puedo sentar y escribir.

De alguna manera, el tema ineludible en este encuentro son las fronteras. ¿Me pueden hablar de los participantes?

SP. Bueno, Luis Urrea (su novela Devil’s Highway fue finalista del Pulitzer y será llevada al cine con Damián Alcázar y Paz Vega) creció en la frontera y hablará sobre construir puentes en lugar de muros.

Lawrence Hill es canadiense y en su novela The Book of Negroes (Commonwealth Prize y un bestseller en Canadá) habla de migraciones de Estados Unidos a Canadá en el siglo XIX.

Sandra Cisneros (la más reconocida de las autoras chicanas) es ya parte del Festival, lo ha sido desde hace dos años. Y ahora (incluso) se está mudando a San Miguel de Allende. Es chicana y muy transcultural, da una visión muy introspectiva de la experiencia estadounidense .

CR. Esperamos que con el festival demos un poco más de visibilidad a estos autores que no han sido traducidos al español o muy poco. El caso de Urrea es notable, nació en México, en Tijuana, y sólo se le ha traducido para el Kindle.

Traerlos quizá da la oportunidad de que una editorial mexicana se interese por ellos.

Y viceversa, se necesitan más traducciones al inglés de la obra de Juan Villoro, aunque ya hay algunas.

¿Por qué es interesante para un escritor estadounidense o canadiense, en lugar de ir a los encuentros de escritores de sus países, venir a San Miguel?

SP. Por muchas razones. San Miguel es un destino muy codiciado en todo el mundo, en especial para los gringos porque hay una comunidad muy grande de ellos.

El costo también es un atractivo. Un encuentro de este tamaño y con estos conferencistas en Estados Unidos costaría alrededor del doble.

Pero es sobre todo la posibilidad de interactuar con otra cultura, de mezclarse con los escritores mexicanos, lo que los trae.

¿Por qué iría un escritor mexicano al Festival de San Miguel?

CR. San Miguel tiene una larga tradición de encuentros, vas a conocer gente que no podrías conocer en otro lado. Es una encrucijada desde tiempos prehispánicos, estaba en la frontera de las culturas mesoamericanas y las culturas del norte, Atotonilco era la encrucijada del Camino de Tierra Adentro, el camino de la plata, era un lugar para descansar y hacer buenas relaciones comerciales y culturales; aquí fue donde la música otomí se fusionó con la española; por aquí empezó la independencia y la idea de la nación mexicana.

Es un lugar que como mexicano no te quieres perder, y si tienes todos estos escritores, mejor.

¿Hay un mercado para libros transculturales?

SP. Yo creo que el mercado está ahí. A mí me encantaría leer libros originalmente escritos en inglés sobre mexicanos o que ocurran en México, y viceversa para los lectores en español. Ahora sólo tenemos acceso a traducciones, que no está mal, pero no es lo mismo.

CR. Yo crecí en Monterrey y ahí la cultura tiene mucha influencia de Estados Unidos. Y sé que hay cosas, palabras, expresiones, que sólo adquieren significado en la mezcla de culturas. Urrea dice que es las dos cosas, que es frontera. Dice: mi madre me llamaba Luis pero mi padre me llamaba cabrón .

Deberíamos estar agradecidos del surgimiento de ésta que es una nueva cultura, no es Español, no es Inglés, es inclusiva…

Nosotras creemos que mexicanos, estadounidenses y canadienses podemos convivir mejor, y en San Miguel ya está pasando.

manuel.lino@eleconomista.mx

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