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Unesco y México analizan riesgos hidrometeorológicos

Expertos urgen a trabajar en la reducción de estos riesgos y que se vea como un problema creciente.

Durante la segunda reunión científica de la Cátedra UNESCO en Riesgos Hidrometeorológicos, a cargo de la UDLAP Jenkins Graduate School, Nuria Sanz Gallego, directora de la UNESCO en México, aseguró que la mejor información siempre viene de la academia.

Polioptro Martínez Austria, director de la Cátedra, fue el encargado de ilustrar la evidente gravedad e impacto de los eventos climáticos extremos y la importancia de su estudio.

La relevancia de tocar hoy temas como el de riesgos meteorológicos responde a la pregunta: ¿por qué tenemos que esperar a que haya un desastre que incluya muertos, deslizamientos de tierra, inundaciones y grandes pérdidas materiales para que prestemos atención momentáneamente a estos desastres? , expuso.

Por ello, dijo, las cátedras UNESCO constituyen uno de los mecanismos más importantes de esta organización para potenciar la colaboración en la formación de recursos humanos y la investigación a nivel global así como el soporte en la toma de decisiones a todos los niveles.

Según datos de la oficina de las Naciones Unidas, en la década del 2005 al 2014, 87% de los desastres naturales estuvo relacionado con el clima, costando al mundo 1.4 trillones de dólares, 1,700 millones de personas afectadas y 700,000 muertes.

Este tipo de desastres desafortunadamente continúa creciendo , explicó el también académico del departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad de las Américas Puebla, mientras en la década de los 50 se registraron apenas 23 desastres, en el periodo 2000-2008 se registraron 354.15 veces más que apenas unas cuantas décadas atrás .

Aseguró que México se encuentra entre los primeros 10 países más afectados por desastres naturales en el mundo, específicamente, en el octavo lugar, del 2005 al 2014, fue afectado con 54, la mayoría relacionados con clima extremo y con pérdidas estimadas en 26,000 millones de dólares, y, desafortunadamente, muestra una tendencia creciente.

En 20 años nuestro país perdió por desastres naturales 12,378 vidas humanas, con 55 millones de afectados, 2.8 millones de viviendas dañadas y 241,463 destruidas .

Por otro lado, en la megasequía reciente en México (2011-2013), 90% del territorio nacional llegó a estar en condiciones de escasez y más de 70%, en sequía severa, con afectaciones extensas que limitaron el caudal del sistema Cutzamala a la Ciudad de México, lo que ocasionó problemas de abastecimiento, pero también conflictos políticos y sociales.

Martínez Austria aseguró que estos datos son más que suficientes para hacernos pensar y trabajar arduamente en la reducción de estos riesgos y que se centre la atención de la nación en un problema que no sólo es grave sino creciente, el clima será más extremo; la seguridad hídrica de la nación depende en buena medida de la prevención y la gestión de los riesgos hidrometeorológicos .

Acotó que falta mucho por hacer en el pronóstico y prevención ante estos proceso tan complejos y aseguró que para atender estos retos el conocimiento científico así como los recursos humanos son esenciales, requerimos la mejor ciencia, tecnología e innovación para atender estos riesgos, ese es el propósito de la Cátedra de la Unesco, que es un amplio programa de investigación liderado por UDLAP .

Por su parte, durante la conferencia magistral, a cargo de Víctor Hugo Alcocer Yamanaka, subdirector general técnico de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), se pusieron en evidencia algunas herramientas con las que contamos para lidiar con estos fenómenos.

Explicó que nuestro país prácticamente se parte en dos en disponibilidad de agua, el centro y sureste tienen una altura de precipitación superior al promedio nacional y la parte norte carece de lluvias, estos dos problemas son fenómenos complicados de estudiar, predecir y coordinar .

Detalló que encontrarnos justo en la franja de desiertos del mundo favorece las sequías, pero también es una zona que combina la temperatura cálida del mar, vientos y bajas presiones que provocan ciclones tropicales, los cuales llegan al territorio nacional por ambos océanos.

Ante ello existen acciones preventivas y correctivas, siendo el Monitor de Sequía en México una herramienta elemental para el consenso de los resultados de las regiones afectadas por sequía, que incluso será fortalecido con un nuevo monitoreo, que se dará a conocer la próxima semana e incluirá, además del grado de sequía, el grado de humedad. Utiliza índices multivariados, cartografía aeroespacial con alta resolución y combina tres fenómenos muy importantes: precipitación, grado de escurrimiento y humedad del suelo.

Esto, junto con un programa de contingencias hidráulicas, un atlas de riesgo por inundación, planos que determinan la zona federal, una política estricta de presas y la participación de autoridades como Protección Civil, el Servicio Meteorológico Nacional, que ya es una unidad de seguridad nacional, y un cuerpo colegiado, para atender eventos extremos, permite estar listos para la temporada oficial de huracanes, que inicia este próximo 25 de mayo.

Hoy la Cátedra UNESCO incluye líneas de investigación en análisis de escenarios de cambio climático, cuencas hidrológicas, modelos matemáticos estadísticos y probabilísticos aplicados en cambio climático, análisis de sequía, gestión del agua en cuencas internacionales así como ondas de calor y sus efectos en la salud humana.

nelly.toche@eleconomista.mx

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