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Y dónde encontrarlos
Bueno, les decía la semana pasada lo importante que es la saga de Harry Potter para mi vida, y para la vida de millones de fanáticos alrededor del mundo.
Bueno, les decía la semana pasada lo importante que es la saga de Harry Potter para mi vida, y para la vida de millones de fanáticos alrededor del mundo. Fue nuestro paraguas, nuestro cinturón de seguridad. Nuestro freno de mano.
Lo que más me gusta de todo el universo creado por J.K. Rowling es que es un continuo. Es decir, es una historia que existe antes de que aparezca Harry y continua más allá de las aventuras en Hogwarts, la escuela de magia a la que Harry y sus amigos asisten.
Son libros bien escritos. Siempre me maravillará que Rowling haya sido una escritora novata: los siete libros de la saga son sus siete primeros libros. Nadie nace adulto, dice el viejo adagio. Ja: díganselo a ella.
Por el otro lado están las adaptaciones cinematográficas. Casi ninguna me gusta. Mi favorita es El prisionero de Azkaban, la tercera, la dirigida por Alfonso Cuarón, la menos fiel al libro original. Es una aventura divertidísima en la que cualquiera, sea lector o no, se puede sumergir.
Les digo: soy admiradora de los libros pero no de las películas. Y con eso llegamos a Animales fantásticos y dónde encontrarlos.
Vaya desastre de película. Dirigida por David Yates (director de otras tres películas de la saga Potter, dos de las tres más aburridas) y escrita por la propia Rowling, Animales fantásticos se ahoga en su propio pinole. Es como si la escritora hubiera tomado muchas notas que le sobraron y las hubiera arrojado sobre el escritorio pensando: Esto con esto otro y aquello y presto, ya tengo mi guión . No hay un verdadero esfuerzo narrativo, es lo que quiero decir. Hubiera funcionado mucho mejor si Rowling hubiera escrito un cuento y un guionista profesional que entiende de estructura dramática le hubiera hecho la adaptación.
Les digo: Rowling es terrible como guionista. No hay historia, solo una serie de digresiones sobre, bueno, Animales fantásticos. Hay, y ojalá lo hubieran explorado más, un intento de contar cómo es la vida de los magos fuera de Inglaterra, en especial en Estados Unidos, donde el racismo cotidiano no desaparece con la magia. También aparece Grindenwald, nombre que le resultará conocido al lector de las novelas: es el mago oscuro que existió antes del buen tío Voldemort. Pero nada: el mago malvado es una nota al pie hasta... Ok, nada de spoilers.
Ay, Rowling, tenías en tus manos un peliculón pero tu falta de oficio como guionista te delató.
¿Podría Eddie Redmayne verse más sobreactuado? Dioses. Óscar o no, a mi Redmayne me parece de lo peor de su generación.
El actor de La teoría del todo y La chica danesa protagoniza como Newt Scamander, zoólogo mágico obsesionado con enseñarle a todos los magos la importancia de convivir con las bestias fantásticas en vez de cazarlas y exterminarlas. A Newt lo expulsaron de Hogwars por su cercanía con esos animales. De su lado sólo tuvo a un maestro, un tal Albus Dumbledore. No se hagan bolas: estos hechos suceden sus buenos 70 años antes del tiempo de Harry. Es el inicio del siglo XX.
Newt viaja a Estados Unidos con su maleta llena de criaturas fabulosas. El problema es que un trío de ellas se le pierden en pleno Nueva York.
No cuento más porque la verdad no vale la pena. Les digo, en realidad no hay historia, sólo oportunidades para usar CGI (efectos especiales, pues) y la figura encorvada de Redmayne. Yo que ustedes me ahorraba el dinero de la entrada y mejor revolvía entre mis estantes para encontrarme con el original Animales fantásticos y dónde encontrarlos, bestiario que demuestra la gran imaginación de Rowling y su capacidad para la comedia. Lástima que ambas virtudes no aparecieron en su guión. Ni siquiera diría que la cinta es exclusiva para fans: a nadie le deseo pasar dos horas y cacho picándose los ojos en la butaca.
He dicho.
