Cervantino batalla para mantenerse como el gran faro cultural

Guanajuato, Guanajuato. Don Marcos está acomodando una mesa de madera en el borde de su negocio. La instala lo más próximo posible, hasta donde se le tiene permitido, a la fuente de la Plaza de San Fernando. A la par, vocea sendas invitaciones a quienes se detienen para echar un vistazo al menú. Son las tres de la tarde del jueves, la hora de la comida y tiene apenas una mesa ocupada.

“Ha estado canija la cosa. El primer fin de semana (del Cervantino) estuvo de la chingada. El fin de semana intermedio se compuso un poquito, pero para ser Cervantino, ha estado muy mal esto. Hemos estado cerrando a la una de la mañana. Hay ciertas restricciones que nos han pasado a fregar. Tenemos la esperanza de que este fin de cierre se componga”, comenta mientras ocupa una de sus mesas.

El restaurantero comenta que el plazo de esta temporada que más turistas atrae a la ciudad ya no es el Cervantino, como solía suceder hasta hace una década. Afinca sus esperanzas en el periodo de Día de Muertos. Mientras tanto, sigue invitando a los paseantes de la Plaza San Fernando a probar el molcajete y tomarse una michelada.

Durante el primer fin de semana de la edición 52 del Festival Internacional Cervantino (FIC) –con Brasil y Oaxaca–, de acuerdo con los reportes de la presidencia municipal de la capital guanajuatense, esta localidad recibió un aproximado de 43,000 visitantes para una ocupación hotelera del 51 por ciento.

Asimismo, el organismo anunció que para el segundo fin de semana la suma estimada de afluencia fue de 150,000 visitantes, con una ocupación hotelera del 52 por ciento.

Las cifras hasta ahora resultan halagüeñas si se considera que el año pasado –con Estados Unidos como Invitado de Honor–, durante los 17 días de festival, el cálculo total de afluencia fue de 174,000 visitantes.

Por otro lado, en el 2022, año en el que se celebraron 50 ediciones del FIC, con Corea del Sur como país invitado, y pese a las restricciones propias del segundo año de la pandemia, hubo una destacable cifra de asistencia, más de 285 mil visitantes estimados.

Lejos están las cifras que arrojó la edición 2018, por ejemplo, con alrededor de 450,000 visitantes a la ciudad en el marco del FIC, de acuerdo con cifras difundidas por las autoridades en turno durante la conferencia de balance de ese año.

Ahora bien, es prudente precisar que las cifras de asistencia han sido fluctuantes a lo largo de los años. Hay ediciones con un rotundo éxito y, por tanto, la derrama económica en la ciudad. Por ejemplo, para el FIC de 2009, el cual tuvo a Quebec como Invitado de Honor, se reportó una asistencia a la capital guanajuatense de 116,000 personas.

El FIC compite con otros atractivos culturales

Este gran festival es, por supuesto, un foco cultural y turístico de gran relevancia en el país, pero los tiempos han cambiado y la oferta de este tipo se ha diversificado de manera paralela. Esto ha desfavorecido al festival y la asistencia a la ciudad.

A la par del FIC, este año se realizó la edición 22 del Festival Internacional de Cine de Morelia, con invitados destacados como Francis Ford Coppola, Alfonso Cuarón y Liv Tyler. Asimismo, este fin de semana de cierre del FIC, se llevó a cabo el Gran Premio de la Ciudad de México, de la Fórmula 1, que, sin duda, es un atractivo turístico de peso en todo el país.

El Economista conversa con Liliana Preciado Zárate, hotelera, expresidenta de la Comisión de Turismo del Municipio de Guanajuato y actual regidora de la entidad.

De inicio, confirma que el periodo de Día de Muertos se ha convertido en el gran atractivo turístico de la segunda mitad del año para Guanajuato, y que mucho público prefiere esperar a ese periodo de celebraciones para viajar a la capital guanajuatense, nombrada Patrimonio de la Humanidad en 1988.

Este año, la asistencia fue buena. Oaxaca y Brasil generaron una excelente expectativa y la ocupación hotelera fue buena si la comparamos con el año pasado, que fue muy baja. En 2024 logramos un levantamiento, pero, es cierto, no como en años pasados. Pero me parece que después de la pandemia, ningún destino turístico se ha vuelto a posicionar realmente fuerte”, comenta la regidora.

Insiste en la necesidad de reubicar las fechas en las que se lleva a cabo el Festival Internacional Cervantino, para beneficio de las asistencia. “Originalmente, el festival iniciaba el primer miércoles de octubre. Así no competíamos con los grandes festivales que había a nivel nacional, como también lo son las fiestas de octubre de Jalisco o el encuentro cinematográfico en Morelia”.

Y complementa: “ahora, para esta edición creo que Oaxaca aportó mucho, porque trajo una oferta cultural impresionante que nos deja con un gran sabor de boca. Levantó mucho las expectativas, echó la casa por la ventana. Considero que Brasil sí dejó mucho que desear. Pero nos vamos con un muy buen sabor de boca con Oaxaca, sobre todo porque tomaron las calles”.

Hay una distancia con el público local

Pese a que Oaxaca tomó las calles desde el primerísimo momento, con un Convite previo a la presentación inaugural de La Guelaguetza, y que Brasil, aunque con una presencia más tímida en las calles de la ciudad, hizo lo propio con obras como “Ubú: ¡lo que es bueno debe continuar!”, del Grupo de Teatro Clowns de Shakespeare, se percibe una distancia entre el público local y el festival. Al menos eso comenta Don Marcos, el restaurantero, y Luis, un taxista local.

“El fin de semana pasado, la gente se decepcionó. Se anunció que habría una batucada por la calle principal, y de verdad mucha gente se formó desde temprano para verla pasar, pero terminó muy molesta porque en realidad solamente desfiló un grupo de tamborileros que ni brasileños eran. Una señora me dijo que no había visto nada del festival y este desfile sería el primero de los eventos que vería, y se fue de verdad enojada”, comparte el restaurantero.

Este diario consultó a la curaduría de Brasil sobre este desfile. Y una vocera del país invitado indicó que no estaba involucrada en la organización de esta actividad. En cambio, compartió que con anticipación se trató de contactar a una escuela de samba para integrarse a la delegación, pero el presupuesto no fue suficiente.

Por su parte, Luis conduce por las calles y túneles de Guanajuato mientras escucha una estación de radio local que transmite los conciertos del festival. Explica que cada año le interesa prestar atención a los espectáculos que se presentan en el encuentro cultural, al menos a la distancia, y también comenta sobre el evidente distanciamiento entre la gente local y el FIC.

En los inicios del Cervantino, en el año 72, todos los eventos eran gratuitos. Uno como guanajuatense podía asistir sin mayor problema. Pero todo tiene que cambiar y evolucionar. Es decir, los últimos 30 festivales han sido monetizados. Y es que mientras estuvo la señora Carmen Romano de López Portillo (como presidenta del FIC), el festival se hizo mucho más institucional. Antes lo manejaba el gobierno del Estado, el DIF Fonapas y la Universidad de Guanajuato. Pero después se invirtieron los papeles, digamos que la universidad puso su semilla y dejó que el gobierno federal le diera continuidad”.

El taxista amplía que durante las primeras ediciones del encuentro “los comercios locales echaban la casa por la ventana, se involucraron del todo y veías banderines por todos lados. Pero después se empezaron a vender permisos a diestra y siniestra, de venta de cerveza, por ejemplo. El gobierno local empezó a capitalizar los servicios y a nosotros nos dejaron sin agua durante estas fechas porque se prioriza el suministro de los hoteles del centro. Entonces, por eso la gente de Guanajuato se ha sentido lastimada y distanciada del evento”.