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Capital Humano

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Autismo en el trabajo, claves para la inclusión laboral

El Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo recuerda que la inclusión laboral es un acto de justicia social, también una acción que enriquecerá a las empresas incrementando 30% su productividad.

Foto: Especial

Foto: EspecialShutterstock

Al terminar la capacitación, hubo quien se acercó a las especialistas. Según lo que oyeron en la charla, alguien en su familia o ellas mismas podrían tener autismo. Wow, eso explicaba tantas cosas. Es que la falta de información ha invisibilizado a las personas neurodivergentes o les ha cerrado oportunidades.  

“De pronto, nos volvimos en un puente para acercar a nuestros colaboradores con instituciones”, cuenta Josune González, gerente de Diversidad e Inclusión de AT&T México.

Lo que inició como una capacitación para que el personal recibiera a compañeras y compañeros autistas en el equipo, terminó en un descubrimiento para quienes recibieron la plática.

Este 2 de abril es el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, fecha declarada en 2007 por la ONU. El propósito de instaurar fechas conmemorativas es promover el respeto y ejercicio de los derechos humanos de la población en cuestión, como el derecho al trabajo.

“Se calcula que, en todo el mundo, uno de cada 100 niños tiene autismo”, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, “estudios bien controlados” han registrado cifras “notablemente mayores”.

La prevalencia del autismo en países de ingresos bajos y medianos es hasta ahora desconocida, apunta la OMS. En México, se estima “que hay aproximadamente 94,800 niños entre cero y cuatro años y 298,00 entre 5 y 19 años con trastornos del espectro autista”, de acuerdo con la Secretaría de Salud (SSa).

¿El autismo causa discapacidad?

Clínicamente se le llama Trastornos del Espectro Autista (TEA), pues no hay una sola forma de ser o vivir con autismo. Sin embargo, las personas con esta condición “se caracterizan por algún grado de dificultad en la interacción social y la comunicación”, señala la OMS.

También indica que, aunque hay quienes pueden vivir de manera independiente, algunas presentan “discapacidades graves que necesitan constante atención y apoyo durante toda su vida”.

El movimiento por la neurodiversidad lo incluye dentro de las variaciones neurológicas por las cuales luchan para que sean vistas y tratadas de manera diferente.

En 2019, Simon Baron-Cohen, profesor en el Departamento de Psiquiatría y Psicología Experimental de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, reconoció que el modelo médico del autismo “exige la prevención y la cura”, pero que el modelo de la neurodiversidad “está dividiendo a la comunidad del autismo”.

El autismo puede ser una discapacidad, pero no es un defecto, le respondió Aiyana Bailín, especialista en autismo no verbal, en la revista Scientific American. “Las personas con diferencias neurológicas no son versiones rotas o incompletas de personas normales”.

La cuestión con la discapacidad es que, “a menudo, se define más por las expectativas de la sociedad que por las condiciones individuales. No siempre, pero sí a menudo”, agregó.

Porque la discapacidad, “por profunda que sea, no disminuye la personalidad. Las personas con cerebros atípicos son plenamente humanas, con derechos humanos inalienables, como todas las demás”. Por ello subraya: las personas con discapacidad, siendo autistas, por ejemplo, “pueden vivir vidas ricas y significativas”.

El paso a paso para la contratación de personas autistas

Los entornos laborales pueden ser uno de los menos adaptados a las neurodivergencias, como el autismo, a pesar de que “los equipos con profesionales neurodivergentes pueden ser 30% más productivos” según un reporte de la firma de consultoría Deloitte.

“El primer consejo que les daría es que pierdan el miedo” y para ello hay que informarse sobre esta condición, dice la gerente de Diversidad de AT&T, Josune González.

En 2018 esa compañía arrancó el Programa Entorno Azul, cuyo objetivo fue contratar a personas autistas. “Nos acercamos con instituciones expertas, quienes nos orientaron primero en entender el autismo”, explica.

Luego de ello, siempre con el área de Recursos Humanos, comenzaron a asignar posiciones específicas para esa población y abrieron las primeras cinco vacantes. 

A la par, proporcionaron capacitación para sensibilizar e informar “a los equipos de liderazgo y posteriormente al resto de los y las compañeras”.

Es una gran idea y una acción de reparación el contratar a personas autistas, pero para ello garantizar que se podrán desenvolver de la mejor manera antes que hay que preparar su entorno laboral.

Fue en una de esas charlas cuando varias personas supieron qué es el autismo y qué características tiene. Muchas sospecharon que algún familiar o que ellas mismas podrían tener esta condición.

Una vez que ya habían identificado a las cinco personas con autismo que contratarían, se reunieron con cada una de ellas para “conocer los ajustes razonables específicos requerían para entrar a la organización”.

Con base en lo que las candidatas y los candidatos les señalaron hicieron otra segunda “sensibilización del equipo ya muy enfocada en las necesidades de quienes iban a ser sus colegas”.

Pero las intervenciones no terminan ahí. El acompañamiento debe continuar en los procesos cotidianos de la vida laboral:

“A veces las reglas sociales no les significan algo. En el comedor se saltaban la fila e iban directamente al mostrador a pedir su comida. Esto generaba cierta comodidad. Entonces, con el equipo de Comunicación hicimos una campaña para toda la organización para indicar cómo es el proceso y pedir que si alguien no lo cumple, te puedes acercar y preguntar si le puedes ayudar”, cuenta Josune González.

Probablemente también necesitarán hacer cambios en las oficinas. En el caso del corporativo de AT&T cuentan con espacios abiertos con cierto tipo de iluminación que puede lastimar a las personas con autismo.

El código de vestimenta de la multinacional estadounidense prohíbe el uso de gafas oscuras o de audífonos en sus instalaciones. Pero uno de los ajustes razonables que se pidieron en las entrevistas “fueron espacios un poco más oscuros y aislantes de sonido”, así que permitieron que estas personas utilicen estos artículos.

“Por último, el consejo que podría compartirles a quienes estén por la labor de contratar a personas autistas es que busquen espacios donde ellas disfruten de su trabajo”, concluye Josune González.

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