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Capital Humano

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Empleo y salud integral: 6 puntos en los que influyen las empresas

Según un informe de la consultoría McKinsey, la productividad, el estrés y los salarios, entre otros elementos relacionados con el empleo, determinan en gran medida el nivel de salud general de las personas.

Foto: Especial (Shutterstock)

Foto: Especial (Shutterstock)

Hay por lo menos seis factores clave para mantener una buena salud general, los cuales están vinculados al ámbito laboral, por lo que las empresas pueden incidir directamente para crear sociedades más saludables, según un estudio del Instituto de Salud McKinsey (MHI, por sus siglas en inglés). 

La interacción social, la mentalidad positiva, la productividad, el estrés, la seguridad económica y el sueño son esos seis elementos en los que el trabajo y el ambiente laboral influyen, de acuerdo con la investigación Working nine to thrive.

“Imagine un mundo en el que los empleadores realicen inversiones basadas en evidencia en la salud de sus empleados. A cambio, obtienen múltiples beneficios de esas inversiones: sus empleados prosperan, sus negocios prosperan y las sociedades en las que operan prosperan”, alientan Jacqueline Brassey, Lars Hartenstein, Bárbara Jeffery y Patricio Simón, quienes realizaron la investigación.

Según el reporte, en promedio, cada persona pasa un tercio de su vida en el trabajo, es decir, más de 90,000 horas a lo largo de su vida. Por ello el empleo es “una pieza fundamental del rompecabezas cuando se trabaja hacia el objetivo de mejorar la salud global”.

Las dinámicas de las empresas pueden dañar la salud de millones de personas trabajadoras, pero también pueden mejorarla. Ambos efectos son extensivos a las familias y al resto de la sociedad.

El análisis del MHI “encontró que la autoeficacia, la adaptabilidad y los sentimientos de pertenencia de los empleados en el trabajo eran los principales predictores de una buena salud, mientras que los comportamientos tóxicos en el lugar de trabajo, la ambigüedad de roles y los conflictos de roles en el trabajo eran los principales predictores de mala salud”.

1. El trabajo crea relaciones

El empleo, aun siendo teletrabajo, permite tener interacciones con otras personas, las cuales “influyen fuertemente en la salud y los resultados en el lugar de trabajo”.

Una investigación del Centro Nacional de Información Biotecnológica de Estados Unidos, citada en el reporte del MHI, encontró que la supervivencia de las personas aumenta en promedio un 50% cuando tienen relaciones sociales sólidas.

“Sentirse conectado en el trabajo se asocia con una mayor innovación, compromiso y calidad del trabajo, y puede tener un impacto especial para aquellos con redes sociales más pequeñas fuera de sus trabajos”.

Pero, por supuesto, las interacciones sociales en el trabajo por sí mismas no mejoran la salud de las personas. Es un factor que puede dañarla o aliviarla. La investigación del MHI indica que “experimentar un comportamiento tóxico en el lugar de trabajo es un fuerte predictor de resultados negativos para la salud en el trabajo, incluida la soledad en el trabajo, la intención de abandonar una organización y los síntomas de agotamiento”.

2. Pensar y esperar cosas buenas

“Las mentalidades y creencias positivas en el lugar de trabajo también influyen mucho en una buena salud integral”. Estas percepciones de la vida y del trabajo tienen que ver con la salud mental.

El acoso y el hostigamiento laborales, los cuales pueden ser también de tipo sexual, afectan las interacciones sociales que se mencionan antes y destruyen la mentalidad positiva sobre el lugar de trabajo. Por ello las empresas deben prevenir y atender los casos de violencia laboral.

No se trata de que todo sea bello en el trabajo, “una buena salud integral no se logra evitando por completo los factores estresantes en el lugar de trabajo. En cambio, se puede mantener creando experiencias positivas”.

Por ejemplo, indica el reporte, “una persona puede tolerar el estrés de una fecha límite inminente en un gran proyecto si cree que cuenta con el apoyo de su equipo”.

3. Posibilidad de sentirse productivo

El trabajo puede generar sentimientos de autoeficacia, de aportar algo a las demás personas, “la creencia de un empleado de que puede afrontar situaciones difíciles o cambiantes” le ayuda a su autoestima y, por lo tanto, a su salud.

Es importante destacar que, según el informe, la productividad no se limita al empleo, “incluye el voluntariado, la prestación de cuidados, dedicar tiempo a pasatiempos, dedicar tiempo al activismo, tocar música y viajar”.

En ese sentido, las empresas pueden ayudar a su personal “a conectarse con actividades significativas y productivas que respalden su salud y bienestar a largo plazo”. Éstas pueden ser actividades de descanso y placenteras.

4. Trabajos que estresan

“El estrés en sí no es necesariamente algo malo”, pues es necesario para aprender, crecer y desarrollarse, sostiene el Instituto de Salud McKinsey (MHI).

Pero después de un punto es altamente dañino para la salud: aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas y metabólicas. También causa trastornos mentales comunes y “es el factor determinante más predictivo de los síntomas de agotamiento (burnout) y angustia en el trabajo”.

Si bien hay trabajos que tienen una gran demanda por estructura, “el papel del empleador es garantizar que los empleados se sientan estimulados, desafiados y motivados (pero no abrumados) por las demandas que experimentan en el lugar de trabajo”, señala el informe.

5. El dinero y la salud

“Los empleados que tienen dificultades financieras tienen más probabilidades que otros de experimentar signos de mala salud mental que podrían afectar su capacidad para funcionar en el trabajo”.

Así que algo básico para mantener la buena salud del personal, y con ello impactar al resto de la sociedad, es pagar salarios justos y dignos. “La investigación del MHI muestra que lo que más contribuye a la sensación de inseguridad financiera de los empleados es si se les paga lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas”.

Luego, deben garantizar la estabilidad laboral, pues la falta de ésta se vincula con una salud mental deficiente y enfermedades cardiovasculares, según el informe.

6. Empleos que quitan el sueño

“Los empleados con insomnio no tratado cuestan a los empleadores un promedio de 2,280 dólares anuales más que los empleados sin ese problema” debido al ausentismo, el presentismo, el bajo desempeño y el aumento de incidentes de accidentes y lesiones.

En este contexto, otro estudio del MHI encontró que uno de los principales motivos que, literalmente, les quitan el sueño a miles de personas “es el volumen de trabajo que se les exige”.

Por lo tanto, los programas que buscan mejorar los procesos para evitar sobrecargas de tareas también pueden mejorar el sueño de las trabajadoras y los trabajadores.

Otra forma en la que pueden ayudarles es creando espacios de trabajo con abundante luz natural y acceso a alimentos saludables. Respetar la desconexión digital al término de la jornada laboral es fundamental.

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