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¿Por qué una empresa debe tener un consejo de administración?
La formación de un consejo es un acto de humildad como empresario, como director general o como propietario; contribuye a tener una visión mucho más clara de hasta dónde puede llegar una empresa de manera rentable, ordenada y con responsabilidad.
La existencia de un órgano colegiado dentro de las empresas ayuda al director general y al equipo de liderazgo a tomar decisiones estratégicas de mediano y largo plazo. Así, un consejo de administración contribuye a crecer, seguir siendo rentables y sustentables en el tiempo, y más después de una pandemia.
Prácticamente para cualquier empresa pequeña, mediana o grande siempre ha sido muy importante tener la asistencia de un grupo de experimentados consejeros capaces de ofrecer valor al negocio. Sin embargo, hoy, más que nunca, cuando muchas entidades están en proceso de recuperación, enfrentándose a nuevos competidores –de cualquier región y tamaño– y cargando a cuestas la “ceguera de taller” –estado normal después de enfocarse a las mismas actividades durante varios años–, se torna imprescindible una opinión experta y externa que nos permita, como empresarios, tener una mente mucho más abierta.
Imaginemos que una empresa, por décadas, ha fabricado un mismo producto que ofrece 30% de rentabilidad anual; resultado que deja bastante conformes a los dueños. Pero un día, otra empresa comienza a importar ese mismo producto, lo que permite ofrecer un precio mucho más bajo. Y sí, en automático, la primera empresa quedará sin opciones para competir. Ahora, parte de las tareas de un consejo de administración es justamente esa, prever escenarios de riesgo, pensar más allá del negocio y tener mayor visibilidad de lo que sucede en México y en otros países relacionados.
Entonces, ¿esperar un contexto de urgencia, como en el anterior ejemplo, sería lo mejor? Por supuesto que no. Aunque no existen fórmulas, ni un momento preciso, mucho ayuda establecer límites. Por ejemplo, un límite de facturación podría ser el detonador para formar un consejo de administración, lo mismo que planes relevantes de inversión y solicitudes de préstamos. Claro que desde la creación de una empresa siempre es positivo considerar la formación de uno. Y no me refiero a un consejo formal; se puede recurrir a la asesoría de un par de expertos que ayuden a magnificar la experiencia y conocimiento de los dueños.
Un cambio generacional dentro de las empresas puede ser también un detonante para formar un consejo de administración. En empresas familiares, que durante años han tenido los mismos consejeros y directivos, es común que requieran de un órgano que les permita seguir creciendo de manera más institucional y corporativa cuando están en un proceso de sucesión.
Ante la pregunta ¿cómo formar un consejo? Existen varios despachos de abogados corporativos que pueden ayudar a cumplir el objetivo. En este sentido, lo más importante es recurrir a especialistas externos e independientes a la firma para evitar nepotismos y lograr que efectivamente se concrete un consejo de administración –con consejeros independientes– capaz de liderar a la empresa en un momento muy específico. El despacho de abogados corporativos, el equipo de liderazgo, el director general y el presidente de consejo deberán tener muy claros los objetivos para el órgano en ciernes.
El consejo de administración contribuye a tener una visión mucho más clara de hasta dónde puede llegar una empresa de manera rentable, ordenada y con responsabilidad y así evitar acciones abruptas que pongan en peligro a la organización –¿cuántas veces hemos escuchado de empresas que incrementan su capital y hacen inversiones en sectores donde no tienen experiencia sufriendo consecuencias fatales? –.
En México hemos evolucionado mucho en la formación de consejos de administración, aunque no existe la obligación de tener uno –a menos que la empresa sea pública¬–. No obstante, formar un consejo también es un acto de humildad como empresario, como director general o como propietario. También es un tema de valores y propósito de una empresa. Tener un consejo de administración tampoco es garantía de éxito, pero sí incrementa el nivel de una organización, mejora su capacidad para operar en el país donde surgió –o en otra nación–, aumenta su resistencia y resiliencia.