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Así es como se ?sufre en el soccer
Ayer, el gol del empate a dos tantos de Varela en el minuto 90, les desdibujó el rostro a aquellos que llevaban la cara pintada, o usaban los lentes típicos de los campos de soccer ... ellos ha aprendido que en el balompié de un momento a otro hay injusticia, sufrimiento, dolor.
Oigan: lo lamento. Ha sido una pena y se les nota a todos en el rostro, le puedo asegurar que no sólo a los que puede mirar en primera fila, también a los que están en la última. ¿Qué les ha causado ese dolor?, el servicio del portugués Cristiano Ronaldo y el remate de Varela al minuto 90. Pero quizá lo más importante no es qué les ha dolido, sino por qué les ha dolido.
El futbol en Estados Unidos vive una especie de era romántica. Ni Pelé, ni Beckenbauer, ni ninguna estrella del futbol internacional había podido detonar el gusto por un deporte que ellos llaman soccer y que siempre había sido menospreciado, casi como una tercera o cuarta opción para quien no estaba en el equipo de baloncesto, futbol americano, natación o beisbol.
Ahora es distinto. Este es Grant Park en Chicago. Le apuesto que hace 10 años era posible hacer un cálculo muy sencillo para saber cuántas personas se reunían para ver el soccer ; hoy ya no caben en cualquier sitio, necesitan estas plazas públicas. Ayer fueron 15,000 personas dispuestas a quemarse a más de 29 grados y 78% de humedad, casi el mismo sufrimiento que ayer tuvo su selección en Manaos, Brasil. Es evidente que es imposible contar las cabezas que están mirando justo el momento en que Varela les empataba un partido que era una victoria segura.
Chicago no fue el único sitio que llenó plazas. En los parques de beisbol de Grandes Ligas se transmitió el partido. En Orlando cerraron calles para ver el duelo en pantallas gigantes. De ser un deporte ignorado, pasó a tener una base de aficionados que supera las 80 millones de personas, que día con día rompe records de audiencia en televisión y se pagan derechos de TV superiores a los 300 mdd.
Aquí en Chicago volvamos a la imagen- también se pintan la cara con la bandera, usan lentes típicos de los campos de soccer , bufandas y sobre todo han aprendido que aquí también tienen su dosis de injusticia y sufrimiento. Si no mire usted al chico de primera fila que se tapa los oídos y aprieta los ojos. Así duelen los goles en contra y más cuando son en el último suspiro. A los estadounidenses ya les gusta el soccer .