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El GP de México no es un negocio para todos

A los comercios que están en los alrededores del Autódromo Hermanos Rodríguez se les ha pedido cerrar para cuidar la imagen internacional y se ha prohibido el ambulantaje.

Haga de cuenta que lo estoy viendo. En los 70, en el primer Gran Premio, la gente parecía que venía a un día de campo, a un lugar con mucho sol y vegetación. Ya se han talado muchos árboles. Las parejas y los niños llegaban con sus sombreritos, refrescos, comida, banderines y pese a que venían así, vendíamos bien. No como ahora que nos piden cerrar para cuidar la imagen internacional. Adentro una Coca-Cola de lata la venden como en 40 ó 50 pesos, una cerveza casi 100 pesos. Nunca había visto, hasta hoy lo que trae una carrera así .

La historia es de José García, de 73 años de edad, quien asegura que la memoria no le falla.

Este árbol tiene la misma edad que yo tengo viniendo, es decir unos 57 años, lo plantaron con otros y se ha salvado. En los 90 cuando modificaron la horquilla, quitaron la recta y bastantes árboles como unos 500 .

Cerca de la puerta 6 del Autódromo y de las entradas al Foro Sol, se ve una carpa amarilla. Es el negocio de don Pepe que acomoda en un lugar pequeño su mercancía; tiene de todo, comida, bebidas, dulces, cigarros. Estaba al alcance de los trabajadores que montaron el espectáculo de la Fórmula 1 y en mesas y sillas de plástico podían tomarse un refrigerio. El puesto es pequeño pero equipado, cuentan con refrigerador, un microondas y una pequeña estufa portátil.

Molesto, don Pepe que ha trabajado ahí desde hace más de 50 años, cuenta que ha luchado por su lugar desde el GP del año pasado.

Han intentado quitarme, pero logré solucionar el caso en el papel que firmé, donde en vez de ‘desalojar’ se consiguió que dijera ‘reubicar’, yo no me salgo de aquí , dijo hace una semana.

Ahora, al igual que todos los comerciantes ambulantes y locales a la redonda del Autódromo, tuvieron que cerrar a partir del jueves y podrán reestablecerse el lunes.

Su molestia empatiza con la de Pedro Julio, que tiene su local fuera del Autódromo. donde vende muebles usados, un giro que no se relaciona con el espectáculo del Gran Premio, por lo tanto advirtió que no lo cerraría.

Como el año pasado, tenemos que cerrar el local para cuidar la imagen internacional, quieren aparentar algo que no es. La gente debe aprovechar también del negocio del GP, abrir sus casas por ejemplo, para que la gente use el baño, cobran hasta más de 5 pesos, las casas se ponen a vender bebidas.

A la gente no le dejan otra opción , dice don Julio de 60 años de edad, sentado en un banco alto en la entrada de su negocio que está sobre Viaducto Tlalpan, cerca del metro Puebla, cruzando el camellón, que se vuelve un estacionamiento saturado cuando hay eventos en el Foro Sol y por arriba, pasa la línea 9 del metro, que no existía antes de 1986, cuando inició la segunda etapa del Gran Premio de México.

El camellón era un basurero y las puertas del Autódromo tenían numeración distinta, recuerdo que la seis era la cuatro. Con el GP de los 90 limpiaron y estaba recién inaugurado el metro, sí noté el cambio , recordó don Julio, quien un sábado por la tarde para atender a sus clientes, viste una camisa blanca percudida de mangas largas y un moñito negro en el cuello.

Pero no todos son malos recuerdos, el señor de repente sonríe cuando recuerda que en el GP de 1968 a sus 14 años de edad, saltaba la valla de metal, que cercaba el Autódromo junto a sus hermanos y amigos para ver los carros, subirse a ellos y tomarse fotos.

Éramos como 10, tengo fotos de los carros de Fórmula 1 de esos tiempos, era fácil acercarse a los pilotos. Ya no es lo mismo, ya el Gran Premio es elitista , mencionó.

Una cuadra de distancia del negocio de don Julio está el Perro Negro, bar que atiende Antonieta, una chica joven que lleva un mes trabajando en el local, viste una blusa rosa, mezclilla, un delantal negro y una sonrisa con la que responde cuando se le cuestiona ¿qué esperas del GP de México en una semana?: Vender mucha cerveza , confiesa.

El bar está en la planta baja de un edificio de dos pisos, es pequeño y está ubicado cerca del metro Puebla, lleva activo más de un mes y ya conoce los beneficios que trae un evento en el Foro Sol. Antonieta esperaba que la carrera de GP les trajera ganancias hasta dos veces más cuando es un evento internacional como el de hace un mes con Rogers Waters.

Aumentamos 5 pesos más el precio de las bebidas por el servicio, ya que en este tipo de eventos la gente no acostumbra a dejar propina, tenemos gente hasta parada , señala con su dedo hacia los bancos y mesas altas.

Abrimos más temprano porque los camiones foráneos traen gente que no tiene donde quedarse y vienen al bar a esperar, para el GP nos gustaría meter más comida porque sólo tenemos papas y alitas , explicó.

Seguridad y vigilancia,? los causantes de los vetos

Las dos pausas entre los dos primeros Grandes Premios se dieron en gran medida por la falta de seguridad entre los aficionados y los pilotos.

Adentro en la tribuna principal colgaba un arreglo floral con la leyenda ‘Bienvenidos a Iztacalco’, acompañado con anuncios de cigarros y refacciones de autos. En la sala de prensa, las máquinas de escribir no cesaban de teclear, los teléfonos mandaban noticias a lejanos países y todas las miraban denotaban ansiedad , describió el diario El Nacional el 13 de noviembre de 1986. No todo marchaba bien, la inseguridad se plasmó en el diario cuando publicó Afuera de las instalaciones de la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca la gente que trataba de conseguir un boleto o un recuerdo, comenzaba a aglutinarse .

Al interior del Autódromo, la vigilancia tampoco controlaba el acercamiento de las personas al circuito, así lo ejemplifica un recuerdo de don Pepe:

Yo estaba parado a la altura del circuito, viendo cómo pasaban los autos en unas prácticas, cuando de repente se atraviesa un perro y el piloto para eludirlo se volteó y como a unos 40 metros de distancia vi cómo el carro se impactó. Otro poco más y me da a mí, el perro se salvó. El piloto en su idioma enojado ‘le mentaba la madre al perro’, me imagino que maldiciéndolo , eso fue en la época de los hermanos Rodríguez, cuando yo tenía 49 años.

En el capítulo uno del Gran Premio de México, en la primera carrera de 1963 el ganador Jimmy Clark fue abrazado por la actriz y cantante mexicana Elvira Quintana con besos y abrazos , especifica el diario El Nacional el 28 de noviembre de ese año. En esa carrera los mexicanos Moisés Solana y Pedro Rodríguez tuvieron problemas con sus autos.

Para 1989, las medidas de seguridad trataron de reforzarse desplegando a lo largo del Autódromo cerca de 5 mil uniformados preventivos que cuidarían la seguridad de 140 mil aficionados en la carrera que traía más de 15 escuderías. Además, por órdenes de Julián Abed, director de Circuitos, y parte del comité organizador, se prohibió que los espectadores subieran a las gradas con botellas de refrescos o licor.

El cordón de seguridad permanecerá alrededor de la magdalena Mixhuca para impedir que en las noches entren ilegalmente al circuito. El personal del batallón femenil realizará rondines para evitar enfrentamientos entre aficionados. Se confiscarán bebidas embriagantes o no reglamentadas por el comité organizador , detalló el diario en su edición del 16 de febrero.

marisol.rojas@eleconomista.mx

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