Lectura 4:00 min
En los jóvenes el Tri ha encontrado ?su fortaleza
Juan Carlos Osorio empezó el proceso de renovación del equipo mexicano con dos pilares: Jesús Corona e Hirving Lozano.
Cuauhtémoc Blanco, con 36 años de edad, regresó del retiro de la Selección Nacional en el 2009 para convertirse en el estandarte del Tricolor y de Javier Aguirre rumbo al Mundial de Sudáfrica, torneo del que México estuvo a punto de quedar eliminado y al que se llegó en gran medida gracias al talento y experiencia de Temo. Una eliminatoria después fue Oribe Peralta, de 30 años en ese momento, quien se echó a las espaldas al equipo nacional para poder llegar a Brasil.
Hoy, a dos años de distancia de la Copa del Mundo, la Selección Mexicana de Juan Carlos Osorio parece haber encontrado en jóvenes futbolistas el revulsivo que desde hace tiempo necesitaba el combinado azteca, que si bien ha cumplido actuaciones aceptables bajo la dirección de Osorio, en gran medida mucho de lo que se ha logrado en este corto proceso se debe al talento y frescura de Jesús Tecatito Corona e Hirving Lozano, juveniles de 23 y 20 años respectivamente.
Tecatito Corona está a la altura de Neymar , dijo el técnico colombiano de la Selección Mexicana en febrero de este año, causando mucha polémica pero también dándole toda la confianza al delantero del Porto que hoy destaca como una de las figuras del Tricolor.
Con apenas 23 años y medio Corona se ha convertido en un jugador desequilibrante e indiscutible en los momentos más complicados de la Selección.
Apenas el lunes, gracias a una gran acción del exjugador de Monterrey, México empató con Venezuela y amarró el primer lugar del Grupo C de la Copa América.
Ésa sólo fue la confirmación de lo que había hecho antes Jesús, quien llegó al torneo continental luego de haber sumado tres anotaciones en la eliminatoria en la que el cuadro verde marcha con paso perfecto en Concacaf.
Difícil olvidar los tantos que consiguió en Honduras, al jalar el balón con el talón para luego disparar; y en el Azteca, ante Canadá, inmueble que vio cómo giró sobre el balón para luego superar al arquero.
Esa calidad demuestra por qué llegó al Tri con apenas 63 partidos de Liga en Primera División y con sólo 21 años. Actualmente a sus 23 suma 26 apariciones y seis anotaciones, la última contra Venezuela en la Copa América, torneo en el que también tiene en su cuenta una asistencia para Javier Hernández en el duelo contra los uruguayos.
Lozano, una amenaza ?de 20 años
También destaca en el proceso de Juan Carlos Osorio el desequilibrio de Hirving Lozano, veloz y hábil delantero que ha logrado generar goles y un sinfín de acciones de peligro tanto en la eliminatoria como en la Copa América.
La evolución del Chucky ha sido tan evidente como veloz. El jugador de 20 años debutó en febrero del 2016 con la Selección mayor, con 86 juegos de Liga disputados con Pachuca. A pesar de esto, su juventud, calidad y eficiencia le abrieron la puerta para codearse en un cuadro en donde hay hombres de peso como Javier Hernández, Andrés Guardado y Héctor Herrera.
Lo de Lozano, por su juventud, no tiene ningún problema, y como jugador de futbol, por sus condiciones, tiene tanta capacidad para estar en la Selección mayor , advirtió Osorio cuando comenzó a darle minutos con el Tri.
Hoy en Estados Unidos en la Copa América Centenario, a pesar de que en su carrera suma apenas seis compromisos con la Selección mayor, su desequilibrio, velocidad y alegría con la pelota en los pies han sido fundamentales para México, además de que equipos europeos ya se le han acercado.
Lozano suma un gol en la eliminatoria mundialista y se ha cansado de abrir defensas y dejar a zagueros sembrados en el camino, para terminar siendo una gran vía de acceso a zona de peligro para el cuadro azteca. Basta recordar los desbordes que hizo ante Uruguay y que generaron el segundo y tercer tantos de los mexicanos.
De la mano de dos jovencitos, pero talentosos y eficaces jugadores, Juan Carlos Osorio y la Selección Nacional han encontrado un par de revulsivos con piernas y mente frescas, situación totalmente distinta a lo que se vivió en el pasado, cuando se tuvo que voltear a ver a veteranos como Cuauhtémoc y Oribe, quienes terminaron vistiéndose de salvadores.