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México Open, la versión que provocó un 50% más de derrama económica

Grupo Vidanta, Grupo Salinas, patrocinadores y Vallarta como sede turística afirman que el primer año del torneo PGA Tour es un retorno de inversión y una apuesta en el golf a largo plazo.

Foto EE: Especial

Foto EE: Especial

Cambiar de casa sirvió al Abierto Mexicano de Golf, ahora denominado México Open, para impulsar su fuente de ingresos hasta en un 50%. Las nuevas instalaciones, localizadas en el campo de golf del Grupo Vidanta en Vallarta (entre el territorio de Jalisco y Nayarit), alentaron un fuerte bastión económico que se vio reflejado en el evento desde la compra de gorras por 1,500 pesos hasta paquetes de entradas por 7,000 pesos.

En entrevista con El Economista, Rodrigo Suárez Gilly, director ejecutivo del México Open at Vidanta, señaló que la derrama económica estimada para el primer torneo del PGA Tour celebrado en Vallarta es de 3,000 millones de pesos, que significan un 50% que los 2,000 millones recaudados cuando Grupo Salinas realizó el evento por última vez en los campos de Chapultepec, en la Ciudad de México.

“Todavía al día de hoy (en la final del domingo) estamos haciendo encuestas y muchas cosas en el sentido de conocer la perspectiva de los aficionados, pero siempre he dicho que si en la Ciudad de México el torneo dejaba más de 2,000 millones de pesos, aquí la derrama debe ser considerablemente mayor, entendiendo que aquí estamos consumiendo una cantidad de cuartos y noches de hotel impresionante, medios de transporte aéreos y demás, entonces, yo creo que la derrama sí va a ser muy interesante. Estamos hablando de alrededor de un 50% más, la derrama aquí en Vallarta debe estar alrededor de los 3,000 millones de pesos sin ninguna duda”.

El torneo se celebró en la semana del 25 de abril al 1 de mayo, siendo los días principales del 28 al 1 por disputarse el corte final, en el que participaron golfistas de gran atractivo mundial como el español Jon Rahm, el norirlandés Graeme McDowell, el surcoreano Sung Kang, los estadounidenses Tony Finau y Cameron Triangle, así como una embajada mexicana formada por Abraham Ancer y los hermanos Carlos y Álvaro Ortiz.

Los golfistas nacionales, además del español Rahm, que terminó por coronarse, fueron los principales atractivos de la afición, que se daba cita desde las 7:00 horas y empezaba a retirarse casi 12 horas después. Esto permitió que la expectativa de afluencia general fuera superada con un 25% más.

“Con los números que llevábamos hasta el sábado, nuestra afluencia debió estar cerrando arriba de los 25,000 aficionados pese a que nuestra meta eran 20,000, así es que también por ese lado estamos muy satisfechos. Esto significa que el mercado está aquí, que no nos equivocamos en lo más mínimo al traer un evento de este nivel a este destino y que podemos hacer muchas cosas. A la gente le gusta vivir este tipo de eventos y estoy seguro que dejará una gran enseñanza y que en 2023 vamos a poder entregar un mejor monto todavía”.

Los precios del boletaje fueron desde los 2,000 pesos para tener acceso solo a la jornada del jueves, mientras que los más altos fueron paquetes de jueves a domingo con valor de 7,000 pesos por persona.

Entre el viernes y domingo, el perímetro del campo de Vidanta vio marchar a multitudes detrás de golfistas como Rahm y Ancer, además de que alrededor de los 18 hoyos había presencia de stands comerciales de alguno de los 14 patrocinadores del campeonato, con marcas como Amstel Ultra, Totalplay Empresarial y La Roche Posay creando activaciones de forma continua. La tienda de productos oficiales, por su parte, vendía desde tazas con precio de 300 pesos hasta playeras de casi 2,000 pesos, bajo el sello de marcas como Adidas y Under Armour.

“Mi conclusión en el aspecto económico es que el México Open es un evento que ayuda a crecer la economía de esta región (Jalisco y Nayarit) sin ninguna duda. El simple hecho de que trajimos a más de 1,000 personas a trabajar aquí, junto con toda la gente de Vidanta, que éramos más de 9,500 en total, creo que es un número estratosférico para atender a 25,000 visitantes y eso es lo que genera riqueza, derrama, que se mueva dinero, que la gente venga y gaste a través del disfrute, de una actividad lúdica que es muy interesante. Estoy seguro que a los restaurantes, bares, hoteles y transportistas les fue muy bien, son eventos que ayudan en todos los aspectos económicos a cualquier ciudad y destino turístico”, describe Suárez Gilly.

Inversión de dos rubros para Grupo Vidanta

Grupo Vidanta es el responsable de poseer el naming right y la sede del México Open al menos por tres años, hasta 2024, definiendo esta relación como su apuesta más importante dentro del entorno deportivo. Pese a que tuvieron que remodelar sus instalaciones a marchas forzadas en menos de seis meses, se dicen satisfechos de haber colaborado con consorcios como Grupo Salinas y el PGA Tour para poner su nombre en una vitrina internacional.

“Fue una propuesta para todos alentadora tener este nombre porque no nada más es Vidanta, sino el destino, es Bahía de Banderas, es estar en Nayarit, Jalisco y el retorno de inversión va a ser para todos, porque si bien nosotros tenemos el nombre de Vidanta puesto en el nombre del torneo y en el logotipo, la derrama para el destino va desde Nayarit hasta Jalisco, es enorme para los dos estados”, mencionó a este diario, José Alonso, director de operaciones de Grupo Vidanta.

Aunque no reveló el monto que pagaron por el naming right de este torneo, que formará parte del PGA Tour al menos durante las temporadas 2021-22, 2022,-23 y 2023-24, especificó que “definitivamente sí está dentro de las inversiones más fuertes del grupo” y que se trató de una cifra alta dividida en dos rubros: poseer el nombre y adecuar la infraestructura.

“Va a generar un retorno de inversión sólido para todo el destino. Las inversiones fueron a la par tanto en mercadotecnia como en infraestructura, en cuanto a lo que la experiencia del cliente está pensando, en mejores instalaciones, ofertas y cosas para que esto vaya de la mano, se trata de invertir tanto en infraestructura como en marketing una cifra similar para lograr mejores resultados. Sería absurdo invertir mucho en un nombre si no ofreces lo que ese nombre merece, entonces lo que queremos es invertir también en las necesidades que ese nombre ampara”.

La relación de Grupo Vidanta con el golf comenzó en 1994 con la construcción de su primer complejo en Acapulco y actualmente poseen siete, incluyendo zonas como Puerto Peñasco, Los Cabos, Riviera Maya y Vallarta, en donde también cuentan con una academia y un simulador. Además, han sido patrocinadores del jalisciense Carlos Ortiz, ganador de un torneo de PGA Tour en 2020.

“El deporte siempre ha sido un factor muy importante para Grupo Vidanta, siempre le hemos apostado como una actividad de bienestar, sana, que se hace al aire libre, que fomenta valores y siempre la vamos a apoyar. En este momento estamos enfocados al golf, definitivamente, somos el desarrollador número 1 de golf en México y Latinoamérica y creemos que el golf, después de la pandemia, también ha tenido un repunte muy importante porque conjuga perfecto lo que no se tiene que hacer, como meterte en un salón o convivir con mucha gente”, concluye el director de operaciones de Grupo Vidanta.

kg

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