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Detectan oportunidad para invertir en vivienda vacacional

Compartir propiedad es una opción que permite a personas hacerse de un bien de este tipo, sin destinar grandes sumas de dinero
 
 

Foto: Cortesía

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Ser propietario de una vivienda no solo conlleva beneficios como la posesión de un bien inmueble y tener un lugar para habitar o rentar, también implica una serie de responsabilidades como pagos prediales, de mantenimiento y de seguridad.

En el caso de la vivienda vacacional, la cual está ubicada en destinos de descanso, ésta se utiliza con menos frecuencia y las responsabilidades son más costosas, debido a que, por su menor uso, los gastos tienen un mayor impacto.

De ahí que Ancana, empresa dedicada a la adquisición y venta de inmuebles vacacionales, detectara una oportunidad de negocio para que la propiedad de las viviendas se fraccione entre un grupo de dueños y también se repartan las responsabilidades y gastos.

Andrés Barrios, fundador y director general de la empresa, comentó que, a diferencia de otros modelos de negocio para casas vacacionales, el de Ancana se distingue por hacer copropietario a cada inversionista, lo que hace que la inversión sea menor, pero además permite tener comodidades como las de un hotel.

“Vimos esta oportunidad porque hay mucha gente que tiene el dinero para comprar una casa completa, pero dice ‘no la voy a usar’, entonces prefiere no comprar la casa completa y usa una modalidad que le garantice sus vacaciones”, apuntó el directivo.

Y es que el modelo de negocios de Ancana por un lado requiere un ingreso mínimo de 70,000 pesos, para así adquirir cerca de 12.5% de la propiedad, que puede ir desde 1 millón 500,000 pesos, y posteriormente, se hace un presupuesto anual con lo que se determina el gasto de mantenimiento y operación para fijar las comisiones mensuales que cada propietario deberá mantener.

“Son dueños a una octava parte de la propiedad, son dueños a través de la escritura, hacemos todo a través de fideicomisos, ellos compran 12.5% de la propiedad, son dueños legítimos que les permite tal vez sacar un crédito personal, es su patrimonio”, acotó Barrios.

Al ser propietarios de una octava parte de la propiedad, el inversionista accede a 44 días de uso de la vivienda. Es posible que un mismo dueño adquiera más de una proporción, hasta un cuarto de ella, y así aumente a 97 días disponibles su posesión.

Casa compartida ¿problemas compartidos?

Barrios explicó que con el modelo de vivienda compartida hasta ocho propietarios pueden ser dueños de un mismo inmueble, organizar los días en cada uno tendrá la vivienda disponible y así permitir que con una menor inversión acceder a una casa vacacional.

Sin embargo, la administración queda en manos de Ancana, con lo que los propietarios pueden organizarse por medio de un reporte mensual que la empresa debe mandar cada mes, así como por medio de información pública, ya que la operación de compra se constituye mediante un fideicomiso que obliga a mayor transparencia.

Ancana cuenta con un inventario de viviendas de lujo ubicadas en ciudades vacacionales como Tulum, Acapulco, Puerto Vallarta, Valle de Bravo, San Miguel de Allende, Cabo, Oaxaca y Cancún, enfocadas.

La empresa espera, en primer lugar, consolidarse en las zonas que ya opera, para luego llegar a destinos en el norte del país, hacia Mazatlán e incluso expandirse a Estados Unidos.

La comodidad de las vacaciones

El objetivo de Ancana, además de la copropiedad vacacional, es dar una experiencia de descanso, por lo que los dueños no solo llegarán a su vivienda, también contarán con los servicios que ofrece normalmente un lugar de descanso como un hotel o una casa rentada.

“Tener una segunda casa es un dolor de cabeza, tienes que pagar prediales, luz, agua, servicios, el internet, gente de servicio, llegas y puede estar fallando el aire acondicionado o las bombas de la alberca o el jacuzzi, entonces lo que no encargamos es que anualmente se hace un presupuesto de la propiedad.

“Nosotros nos encargamos de todo, el chiste es que lleguen, estén las camas hechas, las toallas bien puestas, que haya utensilios de cocina y todo lo básico para cocinar, hay gente de limpieza diario y llegas y tienes una persona de servicio, que, con esa mensualidad a costo, tendrán un servicio de lujo”, acotó Barrios.

Para Ancana, con poco más de año y medio de operaciones, el crecimiento debe seguir, por lo que esperan que sus hasta ahora ventas por 80 millones de pesos de acciones entre 25 clientes, llegue este año a vender más de 100 fracciones y alcanzar ventas por 25 millones de dólares.

Uno de los principales retos que Barrios percibe es el tema cultural sobre compartir y erradicar la idea de que son viviendas difíciles de vender.

“Lo que nos está complicando y es un reto es que nosotros como mexicanos entendamos que es un tema de ser eficiente con la inversión que hacemos en este tipo de activos, pero que también hay empresas como Ancana que se especializan en estas inversiones”, puntualizó.

nallely.hernandez@eleconomista.mx

Reportera especializada en el sector inmobiliario. Egresada de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

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