Lectura 7:00 min
Sostenibilidad, la clave para hacer ciudades en el tiempo
El beneficio ambiental pero también el social deben de ser los ejes principales para motivar a realizar acciones
La sostenibilidad requiere acciones conjuntas tanto en normas, inversiones, gobernanza y planeación de negocios, por lo que para lograr permear en la industria inmobiliaria es necesario que tanto autoridades como las empresas generen sinergias para atender problemas sociales y ambientales.
En el Foro “Laboratorio de soluciones: Sostenibilidad en el sector inmobiliario”, organizado por El Economista, especialistas coincidieron en que para incentivar a los desarrolladores a establecer parámetros sostenibles en sus proyectos se requieren condiciones en la normativa, así como organizar el desarrollo urbano y fomentar fuentes de energía limpias.
De acuerdo con los especialistas, actualmente hay una línea muy marcada entre el discurso y la acción, en un contexto donde hay una deuda muy grande por parte de todos los actores en materia de sostenibilidad inmobiliaria y donde tanto el factor ambiental como social deben de ser ejes que dicten las acciones en la materia.
Si bien en los últimos años, las innovaciones tecnológicas han permitido transitar hacia modelos sostenibles, es notable la falta de coordinación para emprender acciones conjuntas y así exista una armonización en la materia que permita generar una tendencia que permanezca con el paso de los años.
Colaboración, eje fundamental
Ana Karen Mora, directora de sostenibilidad en Fibra Uno (FUNO), señaló que las empresas por sí solas sino pueden absorber el reto total, pues además de requerir presupuesto e inversiones, es necesario que desde las autoridades se ofrezca, principalmente, agua y energía “limpias”, pues son de los temas que más impactan en el sector inmobiliario.
“Hay una línea muy delgada entre el green washing (marketing ecológico) y la verdadera sostenibilidad, particularmente del sector público, pero también del privado”, afirmó la directiva de FUNO.
“Si los líderes no están comprometidos, es muy difícil que esto permee hacia abajo, porque necesitas presupuesto, necesitas inversión”.
La directiva de FUNO señaló que para las empresas cada día se ha vuelto más relevante seguir los criterios ASG (ambiente, seguridad y gobernanza).“Las ciudades que tienen mejor mitigados o mejor previstos sus riesgos ASG son también las que son más competitivas y atraen más empleos”, dijo la especialista.
“Nunca puede ser una empresa por sí sola sostenible, necesitas el apoyo del Gobierno, de los proveedores, de los organismos como el IMCO, CMIC, toda una red”.
Para la especialista, tanto gobiernos como empresas deben primero distinguir lo que son realmente las prácticas sostenibles del green washing o la simulación del manejo sustentable, el cual incluso puede ser perjudicial.
Consideró que, en proyectos de alto impacto, como el caso de la Torre Mitikah, debe analizarse desde la perspectiva social, el impacto ambiental y las mejoras que se realizan, así como atender las dudas de los habitantes de la comunidad.
Y es que, para la representante de FUNO, actualmente las desarrolladoras deben atender todas las aristas y dudas que conllevan los proyectos de alto impacto, pues actualmente para las empresas, atender los objetivos ambientales y la reputación son parte de los riesgos sociales que pueden impactar en los negocios.
Incluso, cumplir con objetivos sostenibles incide en la obtención de financiamiento a menor costo, por lo que seguir metas a largo plazo, ligadas a riesgos sociales, es relevante hasta en las inversiones.
“Hoy existen muchos grupos de interés que presionan al sector privado, de forma positiva, para generar cambios”, enfatizó.
La sostenibilidad: el arte de preservar la existencia
Jesús Carillo, director de economía sostenible en el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), explicó que hablar de sostenibilidad es tomar en cuenta que las acciones que se realicen hoy no deben comprometer los recursos y condiciones de vida de las generaciones futuras.
Para entender la importancia de la sostenibilidad, independientemente del sector del que se trate, es necesario tener un panorama sobre el reto que implica la sostenibilidad.
“Tiene que ser un desarrollo soportable en lo ecológico, viable en lo económico y equitativo en lo social”, explicó.
“¿Qué hace a una ciudad sostenible? Que sea inclusiva, que sea segura, y sea resiliente. Que haya buenas posibilidades de transporte, acceso a los servicios, que la ciudad no se desparrame e invada ecosistemas alrededor, que las personas puedan acceder a energía asequible, que la participación política sea igual y viable para todas las personas”.
Sin embargo, acotó, para lograr el desarrollo sostenible de las ciudades es preciso que tanto comunidades como empresas y autoridades trabajen de la mano del cumplimiento de las normas.
“Un país como México necesita la mano del empresariado, no hay manera que el sector público lo haga solito”, acotó.
Por ello, el especialista del IMCO explicó que debido a las diferencias territoriales no es posible homologar las reglas a seguir en sostenibilidad y tampoco se pueden exigir seguir parámetros si no se otorgan los mecanismos para hacerlo.
“Estas divergencias entre las regiones, que son claramente muy necesarias de identificar, porque no va a poder ser igual la normatividad en un lugar que otro”, mencionó Carrillo.
Entre los puntos positivos como prácticas de sostenibilidad que el especialista del IMCO identificó está la disponibilidad de datos, pero esa información debe utilizarse para homologar la gobernanza de las ciudades y llegar a puntos de acuerdo.
Otro de los retos detectados por el especialista del IMCO es la necesidad de contar con áreas verdes al tiempo que los territorios se urbanizan, pues, aunque lo ideal es contar con 10% del espacio en áreas verdes, en México en algunas zonas la cifra es menor al 1 por ciento.
“Lo que se propone es que las manchas urbanas estuviesen decreciendo; sin embargo, están creciendo. Eso tiene dos problemas, de entrada, va a ser más costoso (llevar servicios) y posiblemente más marginal la ciudad, podría segmentarse más y, por otro lado, se cambia el uso de suelo y lugares que ambientalmente podrían ser muy valiosos, pero que a veces se cree que ahí no hay nada”, acotó.
Diferenciar conceptos
Por otra parte, Francisco Bermúdez Rojas, coordinador ejecutivo de vivienda y desarrollo urbano de la Cámara Mexicana de la Industria de la construcción (CMIC), acotó la necesidad de distinguir entre los términos sustentabilidad y sostenibilidad, ya que el primero puede referir solo a usar tecnologías que permitan ahorros y eficiencia de recursos, mientras que hablar de proyectos sostenibles, implica generar cambios positivos en el entorno, las comunidades y provocar mejoras a los habitantes de las ciudades.
“Es muy importante que la sostenibilidad es un conjunto, que sea ahorrador, para que a la sociedad le sirva y al mismo tiempo permite eliminar costos”, explicó el representante de la CMIC.
Más allá del empleo eficiente de recursos como el agua y la energía, la instalación de ecotecnologías en los inmuebles, la sostenibilidad debe entenderse como el conjunto de acciones para preservar la existencia humana a lo largo del tiempo.
Labor de los desarrolladores
Jorge Jiménez Alcaraz, coordinador del comité de desarrollo urbano sustentable del Colegio de Ingeniero Civiles de México, consideró que las empresas inmobiliarias deben tomar en cuenta cómo hacer que los proyectos que realicen sean sostenibles.
El especialista señaló que es necesario trabajar en que los habitantes y los inmobiliarios generen sinergias positivas para que la sostenibilidad alcance a todos los involucrados en una comunidad.
"Incluso la generación de desechos debe tomarse en cuenta al momento de planear la sostenibilidad de un desarrollo inmobiliario", expresó Jiménez Alcaraz.