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Consumidores chinos, cautelosos para gastar
Es probable que la recuperación del consumo de los hogares, considerada clave para mejorar la sostenibilidad del crecimiento en la segunda economía mundial, sea gradual y desigual.
Los consumidores chinos, liberados de las restricciones sanitarias por la Covid-19, vuelven a los hoteles, restaurantes y algunas tiendas, sin embargo, son muy exigentes con lo que compran, lo que ha defraudado las esperanzas de un derroche inmediato tras los encierros.
El maltrecho mercado inmobiliario, la persistente preocupación por la estabilidad laboral y la parsimonia del gobierno en materia de salarios, pensiones y prestaciones médicas mantienen cautelosos a los compradores.
Los analistas afirman que su prudencia aumenta la presión sobre los responsables políticos, quienes han señalado a la demanda interna como una de las principales prioridades para estimular aún más la economía. Pero las subvenciones directas a los consumidores son improbables, dijeron fuentes a Reuters el mes pasado.
En ausencia de ayudas adicionales es probable que la recuperación del consumo de los hogares, considerada clave para mejorar la sostenibilidad del crecimiento en la segunda economía mundial, sea gradual y desigual, afirmaron.
Después de que China eliminara la mayoría de los cierres a finales de 2022, los precios de las acciones de muchas empresas orientadas al consumo subieron, lo que reflejó el optimismo de un derroche inminente en el gasto.
“Hemos advertido que los mercados se volvieron demasiado optimistas sobre el gasto y la liberación de la demanda reprimida”, dijo el economista jefe de China de Nomura, Ting Lu, al referirse a la recuperación en forma de V observada en los muchos otros países tras el fin de las restricciones sanitarias.
“Los mercados deben frenar su entusiasmo debido a la escasa posibilidad de un gran paquete de estímulos, la elevada tasa de desempleo, la falta de confianza en el sector inmobiliario, la caída de las exportaciones y las tensiones geopolíticas”, añadió Ting Lu.
Algunos economistas, que afirmaron que los nuevos ahorros de los hogares alcanzaron los 17.8 billones de yuanes el año pasado esperaban que la demanda reprimida impulsaría una recuperación del consumo.