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El gran escollo es migrar a cuentas individualizadas
Mientras los estados siguen en la indecisión, el fondo sigue sin usarse y su monto es desconocido, afirman especialistas.
Carlos Melgoza Martín del Campo, extitular de la Oficina de Pensiones de Oaxaca y presidente saliente de la Asociación Nacional de Instituciones Estatales de Seguridad Social (ANIESS), afirmó que el Fondo de Apoyo para la Reestructuración de Pensiones (FARP) poco ha servido, ya que ninguna entidad se ha hecho acreedora al no haber legislado para ajustarse a los requerimientos solicitados por Hacienda como condición.
Dijo que el requerimiento principal para acceder al FARP -la migración de un sistema de cuentas comunales a uno de cuentas individuales- ha sido el talón de Aquiles de esta iniciativa, dado que arranca de raíz toda una estructura de solidaridad generacional.
Bajo este esquema, explicó, los trabajadores jóvenes dejan de mantener a los jubilados y pensionados al abonar ellos mismos a sus cuentas. En tanto, los adultos mayores que están por jubilarse deben ser mantenidos por los gobiernos locales; situación que ha desincentivado a algunos gobiernos locales dado las costos políticos y financieros implícitos.
Nadie sabe cuánto tiene el FARP
Uriel López Paredes, vicepresidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados y expresidente de la Comisión de Seguridad Social en San Lázaro, añadió que hay un manejo poco transparente del FARP.
Comentó que algunos estados que lograron apegarse a las normas, no se han hecho merecedores de este apoyo, lo que genera suspicacias, ya que se desconoce con exactitud el monto destinado a este fondo, el cual debería rondar los 160,000 millones de pesos y que, según datos extra oficiales , está en 22,000 millones.
Recordó que diputados ya han solicitado a Hacienda la apertura de este fondo, sin que haya respuesta.
De acuerdo con el integrante de la ANIESS, las mismas administraciones estatales desde sus congresos deben legislar para prevenir mayores deudas, ya que cada una tiene un contexto particular con sindicatos, sociedades, salarios y necesidades únicas.
eramirez@eleconomista.com.mx