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Economía

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Finanzas públicas, mejor que hace cuatro años: CEEY

En los últimos cuatro años, la recaudación que se obtiene por el cobro de impuestos ha crecido 5.1 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB), cifra que nunca se había visto en un sexenio, indicó Enrique Cárdenas.

En los últimos cuatro años, la recaudación que se obtiene por el cobro de impuestos ha crecido 5.1 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB), cifra que nunca se había visto en un sexenio, indicó Enrique Cárdenas, director general del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).

Hoy tenemos finanzas públicas más sanas que hace cuatro años. En el 2012, las finanzas dependían 40% de los ingresos petroleros, para el 2016 sólo 17% y en términos del PIB se redujo en 4.7 puntos porcentuales, lo cual es muy significativo .

En la octava edición del curso de Movilidad Social, expuso que en el 2012, los ingresos petroleros del país representaban 8.5% del PIB; mientras que para el 2016 fueron de 4.2 por ciento. En tanto, los ingresos no petroleros en ese mismo periodo pasaron de 13.6% a 20.2% del PIB, según las estimaciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Detalló que tan sólo en el caso del Impuesto Sobre la Renta (ISR) la recaudación creció más de 2 puntos del PIB; mientras que el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios aumentó casi 2.7 puntos y el Impuesto al Valor Agregado (IVA) apenas 0.4 puntos del PIB.

Nunca en cuatro años se había visto un avance de la recaudación del ISR como la que estamos viendo. La disciplina fiscal que se vio a principios del sexenio con Aristóteles Núñez fue muy importante para los ingresos del país y para mitigar el impacto de los bajos precios del petróleo .

En el 2012, la recaudación de impuestos representaba 8.4% del PIB y para el cierre del 2016 fue de 13.5% del PIB, destacó el directivo del CEEY.

Pendiente, reforma ?al gasto público

Cárdenas acotó que, si bien la estructura de las finanzas públicas se mejoró en la parte de ingresos, aún existen deficiencias con lo referente al gasto público. En estos cuatro años, el gasto público se incrementó en alrededor de 2 puntos del PIB, en el 2012 representaba 25.1% del Producto, para el 2016 eran de 27.3%; además, se continuó con la tendencia de déficit primario y se incrementó la deuda .

Refirió que se tiene una mala costumbre por parte del gobierno federal de utilizar ingresos no recurrentes, como la venta petrolera, para pagar el gasto corriente en vez de destinarlo a proyectos de inversión o a un mejor desarrollo del sector petrolero.

Criticó que el Presupuesto Base Cero nunca se haya materializado, pues no se vio reflejado en reducir principalmente el gasto corriente. En el 2012, el gasto corriente representó 15.1% del PIB y en el 2015 cuando se llevaría a cabo dicho modelo, se ubicó en 15.9% del PIB .

El directivo del CEEY agregó que la principal presión del gasto público es precisamente el gasto no programable que se refiere a los recursos que se destinan al pago de pensiones, costo financiero de la deuda y las participaciones que se entregan a estados y municipios.

Sí hubo mejora en las finanzas públicas, pero es un hecho que se deben fortalecer más. Si se quiere hacer frente a un sistema de protección social universal, se debe reforzar la política hacendaria .

Adelantó que próximamente presentarán una propuesta junto con el Centro de Investigación y Docencia Económicas sobre un modelo económico que permite conocer cómo reducir la informalidad a través de un cambio en la estructura de seguridad social que tiene el país.

Corrupción, lastre ?para el avance del país

Cárdenas comentó que, ante la incertidumbre que vive hoy el país por las políticas comerciales entre México y Estados Unidos, es indispensable que el país mejore el Estado de Derecho y el combate a la corrupción para crear confianza en la ciudadanía y en las empresas para lograr una especie de pacto social.

No hay manera de lograr avances en el país mientras no se resuelva el problema de la corrupción y del Estado de Derecho, no habría manera de lograr un acuerdo social (...) Había empresas que estaban dispuestas a asumir el IVA a alimentos, sólo si ese dinero se dirigía al sistema de protección social. Entonces sí es factible convencer a gente que se verá afectada por estas medidas, pero se debe garantizar que se destinará de manera adecuada .

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