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Inflación subyacente de enero sorprende a Banxico y favorece alza de medio punto en la tasa
La Junta de Gobierno de Banco de México reconoció que la dinámica de la inflación subyacente hizo necesario subir la tasa en 50 puntos base durante el primer anuncio monetario del año, con lo que repitió la magnitud del incremento que aplicó en diciembre.
La Junta de Gobierno de Banco de México reconoció que la dinámica de la inflación subyacente hizo necesario subir la tasa en 50 puntos base durante el primer anuncio monetario del año, con lo que repitió la magnitud del incremento que aplicó en diciembre.
“El componente subyacente, que refleja mejor la tendencia de la inflación, se situó en 8.45% (en enero) sorprendiendo al alza. Ello ante un descenso más lento que el previsto en la inflación de las mercancías alimenticias y el repunte de los servicios”, refirieron en el comunicado.
De acuerdo con la directora de análisis económico y financiero de Banco Base, Gabriela Siller Pagaza, la inflación subyacente determina la trayectoria de la inflación general en el mediano y largo plazo.
Y la variación anual al corte de enero representa un alza desde el 8.35% que alcanzó en diciembre del 2022, se está aproximando al pico de 8.51% observado en noviembre del año pasado y es más del doble de la meta puntual de Banco de México.
“La inflación subyacente ha subido en 25 de los últimos 26 meses. En ese lapso pasó de 3.66% en noviembre de 2020 al 8.45% donde se ubicó en enero de este año”, consignó la experta.
Y resaltó que la inflación subyacente explicó el 79% de la inflación general mensual, de enero, al registrar una variación mensual de 0.71%, que resultó la más elevada para un mes similar desde el año 2014.
El seguimiento de este indicador es relevante, pues tres de los subgobernadores de la Junta de explicaron en la conferencia del Informe Trimestral más reciente, del 30 de noviembre, que la inflación subyacente tiene un peso particularmente importante en sus decisiones. Los citados banqueros centrales, son Irene Espinosa, Galia Borja y Jonathan Heath.
Siller destacó que dentro de este indicador, el subcomponente de las mercancías mostró una segunda desaceleración consecutiva con una variación de 11% anual, que evidencia una moderación desde el 11.28% que alcanzaron en noviembre pasado.
Pero la inflación de servicios, que también es parte de la subyacente, se inscribió una tasa anual de 5.51%, con lo que se ubicó como la más alta desde mayo de 2002.
“Me preocupa la inflación del sector servicios porque no refleja las disrupciones generadas por la pandemia. Lo que realmente nos está mostrando es el efecto de la demanda interna que ha provocado el incremento de salarios y costos laborales”.
Tasas altas para enfriar demanda
La experta destacó que la presión generada por la demanda interna, a causa del incremento salarial y el elevado déficit fiscal no tiene otra forma de mitigarse que a través de subir las tasas.
Agregó que otra evidencia de que la presión inflacionaria es doméstica, es el comportamiento de la inflación de “otros servicios”, presionada por el gasto público.
De acuerdo con los datos del Inegi, el subcomponente de otros servicios mostró una inflación anual de 7.53%, que es un nivel no visto desde el año 2001.
La estratega de Banco Base recordó que en 2015, precisamente en el ciclo alcista precedente, se presentó una situación similar con un déficit fiscal de 2.4 puntos como el que actualmente tenemos, y ameritó un llamado de atención de Banxico para moderar el gasto público de manera que no generase presiones en la inflación.
La inflación subyacente es también vista como un termómetro de las condiciones de precios en la economía, la parte medular del proceso inflacionario, tal como lo ha explicado el director para América Latina de la consultoría Moody´s Analytics, Alfredo Coutiño