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Economía

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La inversión y el consumo necesitan de menor inflación en Argentina

El tiempo previo al segundo mandato de Cristina Kirchner tiene un diagnóstico común para heterodoxos y ortodoxos. El aumento del gasto y la inflación son dos de los males que requieren atención inmediata para corregir la distorsión de la economía doméstica.

El tiempo previo al segundo mandato de Cristina Kirchner tiene un diagnóstico común para heterodoxos y ortodoxos. El aumento del gasto y la inflación son dos de los males que requieren atención inmediata para corregir la distorsión de la economía doméstica.

La etapa de sintonía fina requiere no sólo de un recorte de subsidios, sino también de una política que contenga la suba de precios. En definitiva, dar previsibilidad a empresas y asalariados en tiempos en que la pantalla devuelve imágenes de zozobra en la economía internacional.

La Presidenta pretende que las empresas inviertan en el país. Por ello, no duda en dar de baja la idea de la Confederación General del Trabajo sobre el reparto de ganancias, como tampoco en reclamar que esas utilidades ni se giren ni se vuelquen a la compra de dólares.

Asimismo, desea que se mantenga el alto consumo, pero el propio recorte de subsidios atenta contra ello. Sin el aporte del Estado, gran parte de los consumidores deberá pagar más por los servicios y también por los productos que suelen adquirir, ya que el mayor costo no sólo recaerá en hogares e industrias, sino también en el comercio.

El resultado será una nueva puja en torno de la demanda de recomposición salarial y la necesidad de morigerar el alza de precios. Aunque Cristina no quiera establecer metas, necesita ajustar la sintonía para contener la inflación.

Contenido de la Red Iberoamericana de Prensa Económica

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