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El Empresario

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Falta de financiamiento retrasa dos años a emprendedoras

Sin el acceso se pueden demorar en comercializar el producto y tener una tienda física

Sin el acceso se pueden demorar en comercializar el producto y tener una tienda física

Las mujeres emprendedoras han demostrado tener un mejor manejo del dinero y organización que los hombres; sin embargo, tienen desventaja en acceder a financiamiento y carecen de seguridad en sí mismas, revela el informe Emprendedoras en situación de Missing Middle y sus opciones de financiamiento, elaborado por Pro Mujer, el Tecnológico de Monterrey y FAIR Center for Financial Access, Inclusion and Reasearch.

“El mayor problema es reconocerse como emprendedoras, combatir el síndrome del impostor. Reconocernos como emprendedoras es también asumir esa actividad pública que tenemos como emprendedoras, no sólo la privada como madre, esposa o hija. También el ecosistema debe legitimarlas como emprendedoras”, expresa en entrevista con El Economista, María Velázquez, líder del plan estratégico de igualdad de género en el Tec de Monterrey.

Ejemplo de mujeres emprendedoras que no se consideran como tal son “las nenis”, mujeres que venden a través de redes sociales, que mantienen a sus familias y logran la independencia financiera.

“Las nenis llamaron la atención por estar juntas y tener un estilo, porque muchas mujeres juntas llaman la atención”. Además, lograron reactivar la economía y se alejaron de la violencia.

En esto coincide Felipe Pérez, director del FAIR Center, quien aseguró que las nenis han aumentado el comercio al por menor y el electrónico, por lo que se debe trabajar en formalizarlas a través de de incentivos y promocionando otros medios de pago.

Estereotipos predominan

La forma en que se perciben las emprendedoras, de acuerdo con el informe, tiene que ver con los roles de género, donde la mujer se considera únicamente como madre y esposa, que debe estar al cuidado de otras personas y después, si queda tiempo, ser emprendedora y empresaria.

Dichas percepciones generan dos situaciones: emprendimientos en áreas de cuidado como servicios de salud y asistencia social (37%), e inhibir el emprendimiento femenino. En Latinoamérica solo 20% de las mujeres deciden ser emprendedoras, mientras que los hombres lo hacen de un 25 a 30 por ciento. A esto se suma que en la región, ellas tienen menos acceso a financiamiento, en comparación con los ellos, generando una brecha de oportunidades, algo conocido como missing middle o segmento medio faltante.

“La brecha de financiamiento que sufren las emprendedoras latinoamericanas lo solventan con medios no formales, 55% de ellas a través de sus tarjetas de crédito personales. Los bancos en México dan poco seguimiento a las pymes lideradas por mujeres, faltan servicios diseñados con perspectiva de género y no es fácil usar métodos como crowdfunding”, indica el informe.

El missing middle se ubica entre 10,000 y 500,000 dólares, que afecta a 23% de las microempresas formales en América Latina y el Caribe, así como a 73% de las pymes lideradas por ellas.

En este sentido, Enrique Díaz, director especialista del sector financiero y seguridad social en el Centro de Estudios Espinosa Yglesias, manifestó que el problema de las empresas de mujeres es la poca calidad en los sistemas de financiamiento, pues no se adaptan a las necesidades, por lo que no crecen adecuadamente.

El informe destaca que el “missing middle se acentúa al haber poca oferta de productos financieros en moneda local y a tasa de interés fija. La burocracia para acceder a préstamos, inversiones y formalizar un negocio en Latinoamérica tiene como consecuencia tardar más de dos años en comercializar el producto y poder tener una tienda física”.

Cómo emprenden

Al emprender, las mujeres comienzan con ahorros personales (52.%), financiamiento de amigos y familia (21%) y préstamos bancarios personales (18%).

Respecto a los créditos personales, 59% de las emprendedoras maneja una misma cuenta para los ingresos personales y de la empresa, y pagan una tasa del 8% al 10% con montos de pagos preferenciales de 36 a 60 meses.

Sobre la forma de invertir el dinero, 24% lo utiliza para expandirse, 20% en marketing y publicidad y 17% para invertir en capital humano.

“No es que no haya acceso de financiamiento a mujeres, solo no es de calidad. Debe haber igualdad de oportunidades”, finalizó Díaz.

Coeditora El Empresario. Periodista especializada en temas de emprendimiento, management, cultura laboral, capitalismo consciente, liderazgo, economía circular y sustentabilidad.

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