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El Empresario

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Franquicias de belleza, atractiva inversión

A pesar del entorno de inseguridad y el bajo crecimiento económico, los mexicanos no dejan de gastar en servicios de salud y belleza.

Aunque reconoce que hay cautela por parte de los inversionistas en México, Carmina Cisneros, directora general de franquicias Gisele Delorme, destaca el atractivo para emprendedores que tienen este tipo de negocios que, trabajados adecuadamente, hacen que el retorno de inversión se logre en tan sólo tres meses.

Con más de 10 años de existencia en Francia, de donde es originaria, la firma gala trabaja en su expansión en México donde, a lo largo de dos años, ha abierto sucursales en Monterrey, Querétaro, Veracruz, Hermosillo, Estado de México y Distrito Federal. El proyecto, explica Carmina Cisneros, es inaugurar tres unidades por año, aunque este 2014, el plan se vio frenado.

“Para ser sincera, este año se paró la venta de franquicias. No lo sé, pero la gente que va a invertir un millón de pesos lo está pensando. Esperamos que pase la situación para seguir con nuestro proyecto de tres unidades al año el próximo año”, dijo.

Y añade: “Creo que es prudencia, todos estamos en la idea de que se calmen las cosas. Sentimos que nuestro sector está parado, pero conozco otros sectores que tiene una expansión increíble, así que creo que es por el monto de la inversión, creo que el mercado está un poco asustado”.

A pesar de ello, la directora general de las franquicias galas apuesta por su propio proyecto. Además de dirigir la expansión de las unidades, en abril pasado inauguró en Altavista, al sur de la ciudad de México, su sucursal piloto y planea abrir otras dos unidades propias.

MERCADO ATRACTIVO

En México, el mercado de belleza está valuado en 13,000 millones de dólares. De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI), los mexicanos destinan 4.1% de sus presupuesto a servicios de belleza y salud, siendo aquellos con educación media y superior o más los que más recursos apartan para este fin. En el país, según el organismo de estadística, existen 133,349 salones y clínicas de belleza, así como peluquerías.

Carmina Cisneros indica que una franquicia de belleza en México ronda los 700,000 a 800,000 pesos. En el caso de Gisele Delorme la cifra es de 900,000 a 1 millón de pesos. Se trata, afirma, de un mercado en constante evolución, que en los últimos 10 años ha ampliado su cartera de clientes.

“Hace 10 años el spa era un lugar de relajamiento para señoras que lo podían pagar, era un nicho muy definido. Ahora se ha roto ese tabú, en nuestra franquicia piloto vemos que 40% de nuestros clientes son caballeros que buscan exactamente lo mismo: la sensación de bienestar y aliviarse del estrés”.

La empresaria afirma que el éxito de este tipo de negocios es tal que al tercer mes de haber inaugurado la sucursal piloto de Altavista llegaron al punto de equilibrio. En este lugar se ofrecen diversos tipos de masajes y maquillaje, así como la venta de productos de belleza de la marca Delorme.

“En los últimos 10 años, el mercado ha crecido 10%, hay muchos establecimientos que han abierto, pero también es cierto que muchos otros han cerrado debido a la crisis. A nosotros no nos ha pegado porque es un concepto muy completo”, sostiene.

Lo que distingue a Gisele Delorme, indica, es la personalización del servicio. Desde que el cliente pone un pie en la sucursal se le recomiendan los productos adecuados a su tipo de piel “en ese momento de su vida”. La línea de productos se fabrica con base a aceites esenciales y sueros que se mezclan con las cremas y mascarillas, entre otros.

Además ofrece servicios de cabinas de bronceado, el cual ha sido muy demandado por los clientes. “Tenemos una cabina doble y otra sencilla, con una asistencia de cinco a seis personas diarias, los tratamientos duran entre una hora y una hora y media. A ocho meses de apertura hemos tenido que negar citas porque están completamente llenas”, afirma.

La empresa apunta hacia los hombres y mujeres de 40 años en delante de los sectores A y B+, precisa Cisneros. Indica que para tener éxito en esta clase de empresas es necesario que quien esté al frente esté decido a trabajar.

“Para alguien que nada más desea invertir para tener un negocio, no funciona.

Se necesita mucha dedicación, no necesitan conocer el medio de belleza, aunque nosotros le damos el Know How, lo capacitamos en masajes y productos de belleza. Hay que moverse mucho por lo menos un par de años hasta establecer una buena base de clientes. No es un negocio para abrir la puerta y esperar que lleguen los clientes, hay que trabajar para tener resultados. Lo vemos con nuestra franquicia de Satélite, que a pesar de la crisis va muy bien, porque sigue los lineamientos”, concluye.

angelica.pineda@eleconomista.mx

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