Amor ciego: ¿Cómo evitar que la pasión por el producto cierre oportunidades?

Tener un negocio es como tener un nuevo integrante en la familia o eso es lo que algunos emprendedores han expresado cuando ven que su proyecto crece y se encamina hacia el éxito. 

Pero cuando esta pasión no permite que se hagan cambios o mejoras, provoca problemas con el futuro del negocio, que pueden ir desde el impacto negativo en las ventas, o en casos más extremos, la quiebra.

Sin embargo, mostrar aprecio y orgullo por parte del emprendedor hacia su creación no es malo, siempre y cuando no se rebasen los límites, explica Ignacio Ortiz, socio fundador de Pro Evolution Pymes.

Como cualquier relación o vínculo, la pasión y entusiasmo deben estar equilibrados, porque si el emprendedor no confía en lo que vende, probablemente sus clientes tampoco. 

Si no estás enamorado de tu producto, no sabes cuáles son sus atributos, para qué sirve o cómo funciona, eso ya te da una desventaja”, argumenta Marco Antonio Escalona, director asociado de BrainKo.

Apego emocional de los emprendedores lleva el negocio al fracaso

Uno de los principales motivos por los que una empresa fracasa es por la falta de conocimiento en el mercado y esto ocurre en cuatro de cada diez emprendedores, de acuerdo con la Radiografía del Emprendimiento 2023 realizado por la Asociación de Emprendedores de México (Asem). 

Entre las razones se encuentra el que los emprendedores suelen enfocarse más en las condiciones y características de sus productos, y se olvidan de analizar las necesidades del mercado.

Otro de los riesgos al resistirse a escuchar lo que quieren los clientes, es que gradualmente el negocio tendrá dificultades para ser competitivo, hasta quedar obsoleto.

“Lamentablemente las empresas que cierran por esta situación, es porque no modifican sus procesos para que la empresa crezca”, señala Ignacio Ortiz.

Por otra parte, cuando se trata de crear estrategias de mercadotecnia, hay más probabilidad de que no sea exitosa porque si no hay un mercado objetivo, es complicado saber a quién dirigirse.

Asimismo, cuando la emoción por un producto excede los límites puede causar “ceguera” y resulta complicado para los emprendedores comprender que es necesario permitir hacer modificaciones.

Marco Antonio Escalona explica que este apego se debe a que la creencia de que la pasión significa no soltar ni permitir cambios, pero lo cierto es que la pasión verdadera permite y está abierta a modificaciones.

El amor también implica cambiar

Para saber cuándo se excede el límite y evitar perjudicar el negocio, Ignacio Ortiz recomienda monitorear constantemente la satisfacción de los clientes, es decir, si vuelven a consumir o llegan nuevos por recomendaciones. 

En tanto, Marco Antonio Escalona menciona una metodología llamada “El reto del CUBO” para saber la alineación de productos o servicios de acuerdo a las tendencias del mercado. Cabe mencionar que esto se puede hacer al menos una o dos veces al año:

Sostenibilidad: Implementarla como parte de las tendencias del mercado y la necesidad por crear productos y procesos que disminuyan al medio ambiente, por ello es importante hacer un análisis de cuántos desechos genera el negocio y trabajar sobre ello.

Impacto social: Implica crear un impacto positivo en la sociedad y qué es lo que puede aportar de forma positiva.

Innovación: Este análisis demuestra que tanto se puede mejorar un producto o servicio en cuanto a materiales, estrategias o distribución.

La experiencia del cliente: Es importante no dejar a un lado la satisfacción del cliente, por ejemplo si se trata de un negocio en línea, verificar que el sitio web esté optimizado y actualizado.

Tecnología: Aprovechar las nuevas herramientas tecnológicas como la Inteligencia Artificial e implementarlas en procesos, comercialización, análisis de datos o para fines publicitarios.

Personalización: Conocer si el producto o servicio es capaz de modificarse conforme los clientes lo soliciten.

Además de la metodología, también es recomendable acercarse con emprendedores que llevan más tiempo y estar abierto a la retroalimentación, tanto de otros negocios como de los propios clientes.