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Brasil prefiere autos made in México
Están 44% por debajo de su máximo histórico, pero las exportaciones mexicanas de autos a Brasil acumulan un alza de 11% respecto del 2011, año previo al desconocimiento del ACE 55 por el gobierno brasileño.
La calidad en tecnología y mano de obra mexicana en el ensamble de autos, así como un menor costo y mayor tamaño en los vehículos son factores que favorecen las exportaciones de México a Brasil, que al cierre del primer semestre del 2014 se mantienen con dinamismo, pese a las barreras no arancelarias que impuso el país carioca desde hace dos años.
La preferencia de los brasileños por los autos fabricados en México sigue en auge, debido a que en esa nación se ensamblan unidades austeras y a un mayor precio por la relación de su moneda (el real).
Brasil representa el tercer destino de las exportaciones de vehículos de México (después de Canadá y antes de Estados Unidos), con una participación de mercado de 4.8% del total de las ventas externas que realiza la industria automotriz mexicana, según cifras de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
Aun cuando presenta un crecimiento incipiente de 0.2% en enero-junio del 2014, las exportaciones de autos mexicanos a Brasil suman 60,393 unidades, 11.3% mayor al mismo periodo del 2011 (previo al rompimiento entre ambas economías).
México es el segundo abastecedor de autos de Brasil, detrás de Argentina, por lo que la industria automotriz confía en que en marzo del 2015 haya libre comercio entre ambas naciones, cuando concluya el acuerdo que frenó las ventas mexicanas, como medida proteccionista del gobierno brasileño.
Si bien Brasil ha logrado en los últimos años cifras récord de ventas y producción de vehículos, hasta duplicar entre el 2005 y el 2010 las ventas de automóviles y camiones, la fabricación ha mermado por la apreciación del real y el aumento de los costos, entre otras causas, lo que ha beneficiado a México.
Para los distribuidores brasileños, el que su gobierno haya limitado las importaciones de México ha mermado sus ingresos y es una pérdida de oportunidad de crecimiento, puesto que el segmento de los autos mexicanos ronda en el 10% del total de ventas.
