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Cotizar en Nasdaq, entre los planes futuros de Rappi

Para el CEO de Rappi, las recientes protestas de los repartidores se deben a que ignoran cómo funciona el sistema. "La ley es clara en cómo se crea una relación laboral y con los rappitenderos no hay nada que la cree y ellos no la quieren", dijo.

Varias son las noticias que ha generado Rappi este año. La principal fue convertirse en la primera “empresa unicornio” de Colombia, al lograr un valor de mercado de 1,000 millones de dólares. Lo segundo que llamó la atención de la aplicación este año fue su expansión a Chile y Perú. Y la próxima novedad se podría dar dentro de dos años, período en que la app espera salir a cotizar en el Nasdaq. Así lo dijo Simón Borrero, cofundador y CEO de Rappi, quien estuvo en el Ventures Summit 2018.

No todo ha sido bueno para este emprendimiento digital que empezó en 2015. También este año varios han sido los señalamientos por las condiciones laborales de los rappitenderos, los cuales protestaron por mejores garantías. El vocero habló sobre este tema, la dinámica de la aplicación en diciembre y su crecimiento.

—¿En qué estado está Rappi?

—A los colombianos les parece que está en estado de maduración, pero Rappi está en su temprana edad. En algunos años vamos a ver que será la empresa tecnológica más importante de Latinoamérica. Crecemos 20% mensual y esperamos el próximo año seguir creciendo a esos niveles. Estamos tomando el liderazgo en México, Brasil, Argentina, Chile, y acabamos de lanzar en Perú.

—¿Cuándo tienen planeado cotizar en la bolsa?

—El plan de Rappi es que en dos años podamos salir al Nasdaq.

—¿Cuánto esperan que suban las operaciones en diciembre?

—El comportamiento de diciembre es raro, porque sale mucha gente de vacaciones y eso hace que la actividad en regiones como la costa caribe aumente considerablemente. En Bogotá, disminuyen los pedidos después del 22 de diciembre. Sin embargo, los usuarios saben que pueden mandar regalos por la app. Lo especial de diciembre es que comienzan a crecer los pedidos que se generan en Bogotá, pero se entregan en Cali o se generan en Medellín y se entregan en Barranquilla. La gente les manda detalles a los familiares en otras ciudades. Ese mes la operación puede aumentar hasta 23 por ciento.

—¿En qué ciudades la dinámica de la aplicación ha subido?

—Cali está creciendo muchísimo y Medellín también. En ciudades intermedias, son Bucaramanga y Cartagena.

—¿Cuál es la posición de Rappi frente a la polémica de los rappitenderos?

—Es un tema de ignorancia sobre el sistema, la gente cree que los rappitenderos son empleados y eso no es verdad. Rappi es una plataforma que conecta a personas que quieren pedir algo con personas que tienen el tiempo para hacer las diligencias. Es como las páginas amarillas, donde buscabas un plomero y te conectabas con él. En esa época nadie decía por qué las páginas amarillas no les pagaban prestaciones a los plomeros. Las páginas amarillas eran un medio para conectarte con el plomero. Como Rappi lo hace con tecnología y tan rápido, entonces la gente cree que son empleados, pero no lo son. Son emprendedores.

—¿Cuál es el perfil de los rappitenderos?

—Los rappitenderos son personas que trabajan en promedio 14 o 16 horas por semana. Esto no es un empleo fijo. Son estudiantes que salen de sus clases y gracias a Rappi se pagan la carrera o son personas que tienen otros empleos formales, hay muchos guardias de seguridad, por ejemplo, que hacen su turno y después se conectan dos o tres horas por la noche para tener unos ingresos extras. No hay ninguna subordinación por medio de Rappi. Se conectan y desconectan cuando quieran y nadie les va a decir nada. No es un trabajo. Nuestros empleados, que son más de 700 en el país tienen, obviamente, todas sus prestaciones. Somos una empresa que sigue la ley milimétricamente y, por eso, hemos podido crecer.

—¿Qué opinan los rappitenderos?

—La ley es clara en cómo se crea una relación laboral y con los rappitenderos no hay nada que la cree y ellos no la quieren. Si les preguntas a los rappitenderos, ellos no quieren ser empleados, ellos son emprendedores. No quieren cumplir un horario fijo. No quieren cumplir todas esas cosas. Quieren la flexibilidad que da la aplicación. Este año esperamos cerrar con 12,000 rappitenderos.

—¿Cómo hacer entonces para que ganen más dinero?

—Estamos muy interesados en que los rappitenderos ganen más dinero, pero la forma de ganar más no es aumentar el costo de los pedidos. Son los usuarios los que le pagan por el domicilio. Entonces si yo pongo el domicilio a 10,000 pesos colombianos, nadie va a pedir por Rappi y los rappitenderos no tendrán suficientes pedidos. El precio lo pone el usuario y hay quienes quieren que Rappi tenga una mejor vida y les dan una mejor propina. Todo lo que pagan del pedido, 100% va al rappitendero, Rappi no se queda con nada de eso, ni de la propina. Lo que estamos haciendo para que ganen más dinero es que por medio de tecnología aumenten la productividad. Como, por ejemplo, tecnología de geolocalización, mapas y rutas para que ellos puedan hacer más pedidos por hora y así puedan ganar más dinero.

—Les tocó salir de Santa Marta ¿cuándo piensan recuperar operaciones allá y en qué otras ciudades puede verse afectada la actividad de la app?

—En Santa Marta no tenemos fecha para volver a entrar, pero estamos organizándonos. No vamos a salir de otra ciudad. Todas están funcionando bien.

—¿Cómo van con las operaciones en el exterior?

—Brasil es el país que más crece a un ritmo de más de 30% mensual. En Argentina nos ha ido muy bien. Nos estamos volviendo líderes en estos dos países y México. Recientemente, lanzamos operaciones en Perú.

—¿Qué esperan en materia impositiva?

—Por nuestro lado, estamos en fase de crecimiento e inversión. Tenemos que pensar a largo plazo en construir país y creo que el Gobierno está alineado en eso. No hay que ser cortoplacistas y frenar emprendimientos que le están trayendo al país millones en inversión extranjera. Hay que dejar crecer a estos emprendimientos. Una vez sean rentables pueden dejarle mucho dinero en tributo al Estado, pero hay que apoyarlos.

—¿Cuántas ideas desecharon antes de hacer tener éxito?

—Solo en la universidad monté cuatro compañías, todas fracasaron. Una fue una agencia de modelos. Reclutábamos a los modelos por HI5 (red social) y logramos que se registraran 3,500 modelos. No le conseguimos trabajo a ninguno y nos quebramos. Es muy importante comenzar joven, yo empecé a los 17 años con 700,000 pesos colombianos (4,366 pesos mexicanos) y monté una empresa de software que se llama Imaginamos. El consejo es empezar joven para poder equivocarse más y así aprender más.

—¿Qué le aconsejan a los emprendedores para que no dejen su idea y la desarrollen?

—Si Rappi llega a venderse antes de 15 años es porque fracasamos. Emprender es una vocación más que querer hacer plata rápido. Es más un propósito. Emprender no es fácil. Es servir y sacar todo lo que tenemos dentro para dárselo al mundo. Es hacer sacrificios personales. La recomendación es que emprendan si quieren crear impacto, si quieren cambiar al mundo. El dinero va a venir en la medida en que se haga siempre lo mejor, no preocupándose por él. Los inversionistas no gastan dinero en alguien que quiere comprarse un yate. Ese tipo de personas no cambian el mundo.

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