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Demanda deprimida puede limitar éxito de acuerdo: analistas

De prolongarse el parón económico, las compras de energéticos se mantendrán débiles; el repunte del precio del crudo, limitado en magnitud y duración, advierten.

Foto: Shutterstock

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Mientras muchos aplauden el acuerdo para el recorte petrolero logrado entre los países del grupo OPEP+, otros cuestionan tanto el interés de Estados Unidos como la suficiencia de este recorte para mejorar la situación económica global que por la contingencia del Covid-19 atraviesa un momento delicado.

De acuerdo con Carlos Huerta, analista del sector energético mexicano, Estados Unidos tiene un gran interés en que los precios no se caigan. Durante la última década, el país del norte ha incrementado su producción de petróleo crudo de manera significativa, principalmente por la explotación de shale oil o petróleo de lutitas; esta particularidad ha convertido a la Unión Americana en uno de los principales productores, compitiendo en este segmento con Rusia y Arabia Saudita. “Sin embargo, la producción de petróleo de lutitas es costosa, entre 25 y 35 dólares el barril de petróleo promedio. Por tanto, esto explica el activismo de Estados Unidos de estabilizar el crudo al alza para seguir manteniendo su producción de manera que pueda cubrir sus costos”, explicó.

Según el analista, por ahora, nadie sabe con certeza la profundidad de la crisis económica derivada del Covid-19, por lo que recortar la producción de petróleo en este momento para apuntalar los precios del hidrocarburo puede resultar insuficiente e insostenible, si la caída económica es mucho más pronunciada. Existe un consenso entre especialistas sobre que la disminución de la producción petrolera debería de ser entre 20 y 30 millones de barriles diarios, aseguró. Así, la duración de este recorte dependerá del curso y alcance de la crisis económica del coronavirus.

“En las próximas horas, los mercados energéticos abrirán y nos daremos cuenta de la influencia que ejerció el acuerdo de la OPEP+ en aumentar el precio del petróleo a nivel global. Pero, insisto, resulta prematuro saber si este acuerdo será suficiente y sostenible en el tiempo”, mencionó.

El analista Ramsés Pech sostuvo que el recorte de producción está en función de tener piso parejo entre todos los productores mundiales para no tener una ventaja competitiva de poseer crudo al momento que se empiece a incrementar la demanda, aunque consideró que el Covid-19 afectará la economía mundial hasta el 2022. Así, según lo expuesto hasta ahora, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) iniciaría con una producción base de 26 millones para reducir a 20.5 millones de barriles diarios. Los países no OPEP iniciarían una base de 17.2 millones para reducir a 13.3 millones.

kgarcia@eleconomista.mx

Karol García es reportera de Empresas y Negocios.

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