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“Elevar reglas de origen puede beneficiar a México”

Si Estados Unidos se levanta de la mesa del TLCAN, el país tendría que cobrar los aranceles de la nación más favorecida, que ya son bajos.

Elevar las reglas de origen en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) puede beneficiar a sus tres integrantes, México, Estados Unidos y Canadá, opinó Jaime Serra Puche, presidente de SAI Consultores y quien encabezó las negociaciones de ese acuerdo del lado mexicano.

En las reglas de origen hay un espacio muy importante de renegociación, porque ha habido un proceso de integración muy fuerte en los últimos veintitantos años; entonces buscar un esquema de mayor integración no está mal , dijo. Serra destacó que México tiene la ventaja de que, si no acepta medidas proteccionistas de Estados Unidos, éste es quien tendría que salirse del TLCAN, el cual prevalecería entre México y Canadá, quienes regirían la relación comercial con su vecino común a través de las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Esta disyuntiva, de la salida o no de Estados Unidos del TLCAN, ha generado alta incertidumbre porque, según Serra, no se ha explicado bien que, si este país denuncia el tratado, sus aduanas cobrarían aranceles de Nación Más Favorecida relativamente bajos.

Para él, no es razonable que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ataque a México, porque ambas naciones tienen una producción compartida que compite contra China y Europa, mientras que la relación de la economía estadounidense con China es de un outsourcing (subcontratación) puro . Ésta es parte de una entrevista que concedió a El Economista:

¿Por qué Trump enfocó mucho de su discurso contra México?

No tengo una explicación. Pero lo claro es que los canadienses, los mexicanos y los estadounidenses estamos del mismo lado de la mesa para ser competitivos frente a China, Europa y otras regiones del mundo. Además, la relación comercial que existe entre México y Estados Unidos es muy distinta a la relación comercial que existe entre Estados Unidos y China. En nuestro caso, es una relación de producción compartida; en el caso de China es más bien un outsourcing puro que no refleja ninguna integración entre la economía china y la estadounidense.

Trump amenazó con sacar a Estados Unidos del TLCAN. ¿Cómo se debe dimensionar esto?

Los estadounidenses han dicho que, si la negociación no es satisfactoria para ellos, se saldrán. Pero nosotros no tenemos por qué salirnos. Ellos que se salgan y, entonces, lo que va a regir la relación entre México y Estados Unidos es la OMC.

¿Pero cuál es el sentido de amenaza?

Negociar con una amenaza de esa naturaleza es muy complicado. Lo que tenemos que hacer es que esta negociación les ayude a todos, que mejore a todos y que haga mucho más competitiva la región. La premisa de la negociación es que sea benéfica para todos.

Si las propuestas que nos hacen no son benéficas para México, simplemente lo que hay que hacer es no aceptarlas. Al no aceptarlas, los estadounidenses tendrán que decidir si se salen o se quedan. Pero México no tiene por qué salirse, porque nunca hemos usado el argumento de que nos salimos.

¿Por qué creó mucha incertidumbre la salida o no de Estados Unidos del TLCAN?

Es que no se ha explicado con claridad ese escenario. La otra cosa es que los aranceles que los estadounidenses cobran, en lo que se llaman los aranceles de Nación Más Favorecida, son relativamente bajos. Entonces pasar de un escenario en el que ellos se quedan, pero con medidas que no nos gustan, a un escenario en el que ellos se salen, pero que nos imponen el tratamiento de NMF, no es tan dañino.

¿Qué es lo razonable?

Lo razonable es que se modernice en parte el tratado, considerando que se trata de un acuerdo a partir de principios y de reglas. Y si quieren pasar más de un esquema a donde la relación es más de un acuerdo administrado, eso me parece que es malo para nosotros.

¿Aprueba el aumento de las reglas de origen?

En las reglas de origen hay un espacio muy importante de renegociación, porque ha habido un proceso de integración muy fuerte en los últimos veintitantos años. Entonces, buscar un esquema de mayor integración no está mal. Es una propuesta que puede jalar y que puede ser benéfica para todos. Habrá que ver el detalle.

En el largo plazo, ¿puede beneficiar?

Yo diría que sí, porque ya de hecho existe un grado de integración tal en donde cumplir con algún grado de contenido regional mayor no es tan grave.

rmorales@eleconomista.com.mx

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