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GM: el desafío de una nueva era
Este lunes, el presidente Barack Obama dirigirá un mensaje sobre la industria automotriz, mientras se espera que GM haga la presentación formal de la bancarrota.
Washigton.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, planea referirse el lunes a la industria automotriz, el mismo día en que se espera que General Motors haga la presentación formal de protección por bancarrota.
Obama hablará a las 11:55 a.m. EDT (1555 GMT) en la Casa Blanca, de acuerdo a la agenda oficial.
- Lunes definitivo
El mayor fabricante de automóviles de Estados Unidos, General Motors (GM), se prepara para acogerse el lunes a la protección de la ley de quiebras en busca de una recuperación que su competidor Chrysler parece haber logrado a un mes de declararse en bancarrota.
El lunes será el día D para el sector. El presidente de GM, Fritz Henderson, anunció una conferencia de prensa a media jornada en Nueva York, ciudad sede del tribunal de quiebras.
"Las palabras 'GM en bancarrota' dejan a muchos estadounidenses de mi generación en estado de conmoción económica", aseguró el domingo en el diario Wall Street Journal el escritor P.J. O'Rourke. "Es tan perturbador como escuchar hablar de 'fotos de mamá desnuda'", agregó.
Este domingo, los acreedores en poder del 54% de la deuda obligatoria del grupo aprobaron el plan del Departamento del Tesoro para la reestructura de GM, informó el domingo un portavoz.
Ese 54% involucra a 975 instituciones, dijo a la AFP el vocero de la comisión ad hoc de acreedores, Elliot Sloane.
El ex número uno mundial del automóvil, que apuesta a la vía judicial para su posterior recuperación, ha visto desplomarse 33% su acción, que el viernes se situó en menos de 1 dólar en la bolsa de Nueva York, por primera vez desde 1933.
El Departamento estadounidense del Tesoro se dedicó el fin de semana a poner a punto la reestructura de GM, cuando su competidor Chrysler, que se declaró en bancarrota hace un mes, parecía el sábado a punto de salir de ella, al término de un rapidísimo proceso de reestructuración de su deuda, sus accionistas y su aparato industrial.
El número tres estadounidense, que el 30 de abril se había declarado bajo la protección de la ley de quiebras, espera el fallo judicial sobre su plan para la creación de un nuevo consorcio, "New CarCo", que sólo conservará los activos más saneados.
La suerte de los fabricantes de autos centraba la atención en medios políticos y económicos el domingo, día de debates en la televisión estadounidense.
"Es un momento verdaderamente muy triste para nuestro país", dijo Mitt Romney, ex aspirante a la candidatura presidencial 2008 del Partido Republicano. "Adoro los autos estadounidenses. Mi corazón sangra por la gente de Michigan y Detroit, por todos esos obreros del automóvil", aseguró Romney a la cadena Fox en referencia al estado y la ciudad cuna de esa industria, en el norte del país.
A fines del año pasado, GM sumaba 244,000 empleados en todo el mundo, la mitad de los cuales en Estados Unidos.
El jefe de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, calificó el rescate de las automotrices como "grueso error", tras considerar que los poderes públicos esperaron demasiado para exigir a GM y Chrysler que se declararan en quiebra.
Consultado por la CNN, McConnell puso como ejemplo al segundo fabricante de autos en Estados Unidos, Ford, "que sigue produciendo vehículos sin ayuda del Estado".
En el país de la libre competencia, las grandes compañías llamaban al gobierno a intervenir lo menos posible en la gestión de GM.
"Todos comprendemos que el Estado necesite intervenir como lo hizo", dijo a la NBC Anne Mulcahy, propietaria del fabricante de fotocopiadoras Xerox. "Pero se necesita también un plan de salida", enfatizó.
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